Si quieres ser torero, come, y no olvides que es m¨¢s dif¨ªcil que ser Papa
Iniciar una huelga de hambre con 34 a?os para torear en Las Ventas es un contrasentido
Se dice, y parece que con mucha raz¨®n, que ser figura del toreo es m¨¢s dif¨ªcil que ser Papa de Roma. A fin de cuentas, al m¨¢ximo representante de la Iglesia lo elige el Colegio Cardenalicio, donde todos son conocidos y amigos y, una vez ungido, todo lo que diga va a misa sin m¨¢s discusi¨®n posible, al menos, en el seno de la organizaci¨®n eclesial.
Caso muy diferente es el de los toreros que sue?an con la gloria. El camino exige, tambi¨¦n, a?os de estudio (el conocimiento del toro puede llegar a ser m¨¢s intrincado que el misterio divino), meditaci¨®n (el aspirante a torero debe aislarse del mundo y vivir por y para un sue?o), sacrificio (los chavales pierden su adolescencia y juventud y, a veces, hasta la infancia, sin m¨¢s compa?¨ªa que la del toro), y suerte (seguro que hay por ah¨ª alg¨²n alma de torero conduciendo un autob¨²s porque una cogida a destiempo, una enfermedad o su mala estrella le impidieron intimar con el traje de luces). Y algo m¨¢s: juventud, un valor heroico, una cabeza privilegiada y la capacidad para emocionar y conmover a los p¨²blicos.
Lo dicho: es m¨¢s dif¨ªcil ser figura del toreo que Papa de Roma¡
Se nace torero, lo que es muy distinto de sentirse torero. Seguro que por las calles de cualquier localidad taurina de este pa¨ªs (Sevilla, por ejemplo) hay personajes que hacen el pase¨ªllo todas las ma?anas, viven en torero, siguen con la cabeza llena de sue?os, torean en la plaza de su imaginaci¨®n y salen a hombros por la Puerta del Pr¨ªncipe cada vez que desde el tendido de la Maestranza ven embestir a un toro, se les pone la carne de gallina, cierran los ojos y vuelan hasta el albero.
El camino de la gloria exige juventud, estudio, meditaci¨®n, sacrificio, suerte, valor, inteligencia¡
Muchos lo han intentado, y la mayor¨ªa se ha quedado en el camino; algunos han sabido rectificar a tiempo y visten con dignidad y hombr¨ªa el traje de plata, y otros han salido adelante lejos del toro. Pero todos se sentir¨¢n toreros hasta la muerte, porque ese es un veneno incurable.
Se nace torero; y quien se asoma al mundo con esa gracia, deslumbra; se siente, se le nota a lo lejos, y, m¨¢s bien pronto que tarde, destapa el tarro de su misterio.
?C¨®mo, si no, se explica el caso de Curro Romero, que guard¨® cerdos y trabaj¨® como recadero en una farmacia siendo un chaval, y sorprendi¨® al mundo el primer d¨ªa que se visti¨® de torero, a los 21 a?os?
Toda esta perorata se justifica por la fugaz huelga de hambre que ha protagonizado a las puertas de la plaza de Las Ventas un chaval ¡ªbueno, un hombre hecho y derecho de 34 a?os¡ª para que la empresa le ofrezca una oportunidad. Javier V¨¢zquez debut¨® con picadores en 2003 ¡ªhace 14 a?os¡ª, hizo el pase¨ªllo en Sevilla en 2009, y asegura que ha lidiado 30 novilladas.
Su mensaje, escrito en una s¨¢bana que le ¡®rob¨®¡¯ a su madre, dec¨ªa: ¡°Soy y me siento torero, pero sin una oportunidad no puedo conseguirlo ni demostrarlo¡±.
Hombre, ha tenido 30, y, como poco, dos de ellas en plazas de primera categor¨ªa. Pocos aspirantes a la torer¨ªa pueden ofrecer un curr¨ªculo tan abultado. Si con su historial y en tantos a?os, Javier no ha conseguido destacar, hace tiempo, mucho tiempo, que debi¨® optar por otros derroteros en su vida.
Se nace torero, lo que es muy distinto de sentirse y vivir en torero
Ha habido grandes figuras que pasaron hambre antes de alcanzar su objetivo, pero no se conoce caso alguno de que una huelga de apetito haya abierto a nadie las puertas de la gloria; y menos con 34 a?os.
El Sirio, un magn¨ªfico torero de plata, natural de Alepo, enrolado actualmente en la cuadrilla del matador de toros Rom¨¢n, se present¨® en la escuela taurina de Valencia con 23 a?os, y el director rechaz¨® su solicitud con un argumento inapelable: ¡°Con tu edad, chaval, ya hay quien es figura del toreo¡±.
Las huelgas de hambre no sirven m¨¢s que para llamar la atenci¨®n, pero no para atraer el inter¨¦s de los aficionados o de las empresas.
Quienes han optado alguna vez por esa descabellada iniciativa se han negado a aceptar que la vida no les ha llamado por el destino de la gloria delante de los pitones de un toro.
La profesi¨®n de torero est¨¢ plagada de soledad y desesperaci¨®n, por su inherente dificultad, por un drama inesperado, un olvido injusto, una mala tarde en plaza de responsabilidad¡ Pero siempre prevalecer¨¢ la innata condici¨®n, la capacidad de sufrimiento y la disposici¨®n para el m¨¢ximo esfuerzo. En otras palabras, que la torer¨ªa es cuesti¨®n de genialidad.
Iniciar una huelga de hambre con 34 a?os para torear en Las Ventas es ir contra la corriente de la vida.
La mejor oportunidad de Javier es que puede vivir en torero hasta el final de sus d¨ªas; como tantos otros que so?aron, lo intentaron y el toro los devolvi¨® al callej¨®n.
Y debe estar satisfecho porque sentirse torero es una gracia, un sue?o, una realidad ficticia pre?ada de tardes de gloria. Esa es su suerte. Todo lo dem¨¢s, una broma¡ Ah! Y que no deje de comer, que con el est¨®mago vac¨ªo no se puede torear¡ ni en sue?os.
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