Un espejismo en el trigal
Urones de Castroponce, un pueblo casi deshabitado de Tierra de Campos, se convierte cada agosto en meca del teatro alternativo
Dicen en Urones de Castroponce que sus casas no se caen, se deshacen. El adobe del que est¨¢n hechas, mezcla de barro y paja, se desintegra casi sin hacer ruido. Tampoco suele haber ruido en las calles. En este pueblo quedan solo 114 personas, seg¨²n el ¨²ltimo censo, la mayor¨ªa labradores jubilados de poca conversaci¨®n. Esto es la silenciosa Tierra de Campos, provincia de Valladolid. Hay un bar, una iglesia, una escuela vac¨ªa y una cruz de calaveras de ni?os dibujada en un muro tras una mortandad (se cree) hace tres o cuatro siglos. Solo llaman la atenci¨®n dos grandes esculturas en la carretera de entrada, cedidas por un artista que particip¨® en un programa de residencias de Tierra de Campos hace veinte a?os.
Hasta aqu¨ª, todo previsible. Un pueblo castellano en medio de trigales y girasoles. Lo raro empieza en el bar cuando, por encima de la cantinela de las partidas de cartas y domin¨®, se oye hablar de teatro. De teatro de vanguardia. En una mesa reivindican Las manos, un hito de la escena alternativa madrile?a de hace veinte a?os. Otro grupo recuerda la obra por la que La Zaranda gan¨® el Premio Nacional de Teatro en 2010. Unos pocos defienden la danza contempor¨¢nea de Daniel Abreu o Matarile, frente a algunos que manifiestan no haber entendido nada. ¡°No es cuesti¨®n de entender, hombre¡±, replica una joven que estudia en Le¨®n. No hay discusi¨®n sobre la compa?¨ªa preferida por todos: la vallisoletana Corsario. M¨¢s entretenida, dicen.
No estamos en el rodaje de un remake de Amanece que no es poco. Tampoco es un espejismo producto del solazo castellano. Es una escena real que transcurre una tarde de agosto de 2017 en el bar de Urones de Castroponce, poco antes del preestreno de la obra R¨¦quiem, mon¨®logo experimental de Ester Bellver, en el escenario del Corral de Anuncia, dos calles abajo. El d¨ªa antes la compa?¨ªa Up-a-three present¨® tambi¨¦n ah¨ª Mujeres que corren con los lobos. Una semana despu¨¦s actuar¨¢n La Teta Calva, que acaba de ganar un premio Max, y el colectivo de danza contempor¨¢nea La Ph¨¢rmaco. Se celebra la 21? edici¨®n del festival de teatro alternativo Fetal.
Aqu¨ª los espectadores son exigentes. Llevan veinte a?os viendo de todo. ¡°Yo s¨¦ cu¨¢ndo una funci¨®n ha gustado o no, a la salida vienen al bar comentar. Hay quien no se ha perdido ni una obra desde que empez¨®. No solo de este pueblo, tambi¨¦n de otros cercanos. Y de Palencia, Valladolid, Le¨®n¡±, asegura Mari¨¢ngeles, la due?a del negocio. Ella est¨¢ encantada con el festival. ¡°Trae clientes, cosas diferentes. Si una obra te aburre, la siguiente te puede encantar. Es lo bueno del teatro alternativo, cada espect¨¢culo es distinto. Hay que probar, no desanimarse. Eso lo tenemos bien aprendido aqu¨ª¡±, dice.
Todo empez¨® en 1995. Ese a?o Ra¨²l G¨®mez, estudiante de arte dram¨¢tico en Valladolid de 22 a?os, fue nombrado alcalde de Urones tras presentarse como independiente. Al poco la asociaci¨®n de mujeres del pueblo organiz¨® una semana cultural. ¡°Vi muchas ganas, me hizo pensar que podr¨ªa funcionar algo m¨¢s complejo. ?Por qu¨¦ creer que en el mundo rural solo puede gustar el teatro cl¨¢sico o las comedias?¡±, recuerda G¨®mez. ¡°Poco despu¨¦s, paseando por una antigua cantera a las afueras del pueblo, se me ocurri¨® que era el lugar perfecto para representar el montaje de Lis¨ªstrata que estaba preparando un grupo en Valladolid. Era un texto cl¨¢sico, s¨ª, pero con una puesta en escena contempor¨¢nea en un espacio que invitaba a mirar de otra manera, evocando los escenarios primitivos de los griegos¡±, contin¨²a.
As¨ª naci¨® en 1996 la primera edici¨®n de Fetal. G¨®mez se mantuvo hasta 2011 como alcalde y se empe?¨® en hacer crecer el festival. En dos d¨¦cadas han pasado por Urones m¨¢s de 150 compa?¨ªas de distintas partes de Espa?a. Los primeros veranos, cuando a¨²n no se hab¨ªa construido el teatro Corral de Anuncia, las representaciones se hac¨ªan en espacios prestados: la cantera, naves agr¨ªcolas, la iglesia. ¡°Los p¨¢rrocos siempre han colaborado. Y al rev¨¦s, durante los dos a?os que la iglesia estuvo cerrada por rehabilitaci¨®n, las misas se oficiaron en el teatro. Tambi¨¦n los funerales¡±, comenta G¨®mez.
El Corral de Anuncia se inaugur¨® en 2001 ¨Ctambi¨¦n gracias al empe?o del alcalde- con un aforo de 200 localidades. M¨¢s butacas que habitantes. Una locura. O no. El Ministerio de Cultura, la Junta de Castilla y Le¨®n, la Diputaci¨®n de Valladolid, varios Ayuntamientos de Tierra de Campos y otras instituciones culturales de la zona aportan cada vez m¨¢s dinero al presupuesto de Fetal. Este a?o se ha llegado a los 48.000 euros."No hay festival peque?o, sino necesario. Y este es necesario porque extiende la cultura del teatro m¨¢s all¨¢ de las ciudades", resume Fernando Cer¨®n, subdirector de Teatro del Instituto Nacional de las Artes Esc¨¦nicas y de la M¨²sica. Las compa?¨ªas tambi¨¦n contribuyen rebajando su cach¨¦. ¡°Es un gusto venir aqu¨ª. El ambiente, el contacto, con el p¨²blico es especial¡±, explica Ester Bellver.
Ra¨²l G¨®mez cedi¨® la direcci¨®n de Fetal en 2013 a ?lex Rodr¨ªguez, miembro de la compa?¨ªa palentina Alkimia 130. ¡°Nunca cobr¨¦ nada por ninguna de mis funciones, tampoco como alcalde¡±, aclara G¨®mez. Rodr¨ªguez se fij¨® nuevas metas para el festival. ¡°Hemos creado extensiones en pueblos cercanos. Este a?o tenemos representaciones en Urones, Medina de Rioseco, Villal¨®n de Campos, Valdunquillo, Mayorga y Valderas¡±, apunta el nuevo director.
Rodr¨ªguez tambi¨¦n se ha propuesto organizar talleres para implicar cada vez m¨¢s al p¨²blico. Este a?o ha logrado que cinco personas (un adolescente de 16 a?os que creci¨® viendo teatro en verano en Urones, sus padres y un jubilado de 74 a?os) se apunten a un experimento de la artista Louisa Merino sobre la memoria. ¡°Queremos que todo el pueblo sienta el festival como suyo. El verano pasado a¨²n apareci¨® una pintada en el pueblo que ped¨ªa m¨¢s toros y menos teatro. Seguimos trabajando¡±, dice Rodr¨ªguez.
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