Ricardo Dar¨ªn, presidente de Argentina
El actor protagoniza la pel¨ªcula 'La Cordillera', de Santiago Mitre, en la que da vida a un mandatario que lidia con las intrigas del poder y su vida privada
Ricardo Dar¨ªn es Hern¨¢n Blanco, el presidente de Argentina. Un mandatario callado, gris, que lleva seis meses en el poder y al que los medios tildan de?invisible en La Cordillera, la tercera pel¨ªcula dirigida por Santiago Mitre. La cinta arranca a las puertas de una cumbre de l¨ªderes latinoamericanos en Chile en la que se debatir¨¢ la creaci¨®n de una entidad petrolera regional, dise?ada a medida del influyente presidente brasile?o. El hotel en el que se celebrar¨¢ el encuentro, a 3.600 metros de altura en la cordillera de los Andes, ser¨¢ el escenario en el que Blanco se sumerger¨¢ en el lado oscuro del poder mientras le acechan fantasmas familiares. Rodada como un thriller, parte de una mirada realista para ceder terreno de a poco a lo sobrenatural.
Tras su estreno en el festival de Cannes, La Cordillera llega a las salas de Argentina en a?o electoral, cuando el pa¨ªs analiza a¨²n los resultados de las primarias y se prepara para las legislativas de octubre. "El proceso de la realidad argentina es tan explosivo que uno no puede ir detr¨¢s de los sucesos pol¨ªticos, porque vas a quedar viejo", asegur¨® Mitre en rueda de prensa al ser preguntado sobre las similitudes entre la pel¨ªcula y la realidad pol¨ªtica latinoamericana. "Uno tiene que confiar en que la ficci¨®n puede construir su propio mundo y eso la hace universal y perecedera a lo largo del tiempo", agreg¨®. Sus dos primeras pel¨ªculas, El estudiante y La patota, reflexionaban tambi¨¦n desde otros ¨¢ngulos sobre la pol¨ªtica, un mundo con el que el director admite haber estado en contacto desde ni?o.
En la cinta se expone un retrato cr¨ªtico de la cocina del poder, aislado de la ciudadan¨ªa. Blanco y sus pares tejen y destejen alianzas alrededor de los grandes pa¨ªses continentales, Brasil y Estados Unidos. Y muestran modos de hacer pol¨ªtica que oscilan entre lo inmoral y lo ilegal, a¨²n m¨¢s veros¨ªmiles en tiempos de esc¨¢ndalos de corrupci¨®n y Panama Papers. "Si se trabaja en ¨¢mbitos pol¨ªticos de esta envergadura, uno no puede dejar de criticar y ser duro con las clases pol¨ªticas y con quienes nos gobiernan", se?al¨® Mitre.
La aparici¨®n de Marina (Dolores Fonzi), la hija de Blanco, en el hotel donde se lleva a cabo la cumbre cambia el tono de la cinta y de su protagonista. La frialdad del presidente argentino se deshace ante el sufrimiento de su hija y el pol¨ªtico se humaniza. Ese debate entre lo p¨²blico y lo privado fue lo que atrajo a Dar¨ªn de su personaje, se?al¨® a los medios: "Si tuvi¨¦semos la posibilidad de espiar por una rendija una tragedia de uno, entender¨ªamos un poco m¨¢s. Lo que pasa es que los ciudadanos comunes no tenemos acceso a ese tipo de mirada".?
La sesi¨®n de hipnosis a la que se somete Marina marca un punto de inflexi¨®n. Crece la oscuridad y lo sobrenatural llena los pasillos en los que los mandatarios caen tan bajo. La claustrofobia que provocan las escenas interiores, en la que asoma El resplandor, se acent¨²a con la m¨²sica tensa y el contraste de las monta?as nevadas. Dentro del hotel, los presidentes regatean, compran y corrompen los destinos de sus pa¨ªses. Pero incluso ellos, en las alturas, empeque?ecen al lado de la inamovible cordillera.
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