Heidi, c¨®mo has cambiado
Solemos pasar varias d¨¦cadas desconectados de las tendencias del p¨²blico infantil
Pensamos que esta es la ¨¦poca de nuestra vida en la que m¨¢s enganchados estamos a las series porque olvidamos la infancia. Me acongoja Juego de tronos y recuerdo levantarme del sof¨¢ a aplaudir viendo Breaking Bad, pero no desmerece la intensidad con la que viv¨ª partidos interminables de Oliver y Benji o el final de David el Gnomo, que coloco a la altura del de A dos metros bajo tierra. As¨ª que me ha hecho gracia volver a engancharme este verano a Heidi. No la Heidi de siempre, sino el remake para ni?os del siglo XXI.
Empiezo por lo peor: hay un sacrilegio gordo, de los que te apu?alan la nostalgia. Estaba yo toda emocionada cuando Heidi me salt¨® como sugerencia en una de las plataformas audiovisuales que pago para ver las series de las que hablar al tomar ca?as, y le digo al guaje, ojo, cuidado, que se avecina un temazo. Ver¨¢s qu¨¦ canci¨®n de una ni?a que se columpia en las nubes y canta Abuelito dime t¨²... ??La sinton¨ªa ahora es otra!! Dado que sigue los pasos de la original, con di¨¢logos clavados, ?tiene algo de pol¨ªticamente incorrecto una ni?a volando sobre las nubes? ?Tiene sentido cambiar una cabecera tan efectiva como para que todav¨ªa nos la sepamos al dedillo? Mazazo innecesario a un himno generacional. La canci¨®n de cierre, la de las cabritas pasando, tambi¨¦n fuera.
Estos chascos no me impidieron seguir, qu¨¦ va. Pocas cosas nos pican tanto como que nos toquen los recuerdos. Proced¨ª gustosa a indagar qu¨¦ m¨¢s pod¨ªa ofenderme mientras farfullaba por lo bajo. La nueva Heidi tiene rollo 3D, pierde la est¨¦tica de colores planos del anime al que nos acostumbramos entonces, pero me veo en la obligaci¨®n de conceder que los paisajes ganan. Monta?azas. Y entre eso y celebrar la aparici¨®n de toda la tribu (?Peeeeedro!, ?Pichi!, ?Clarita!), me enganch¨¦.
Ca¨ª en la tentaci¨®n de aclarar preguntas que me hac¨ªa sobre los misterios de Heidi. Si fuera una serie de moda te dir¨ªa que sigas leyendo bajo tu responsabilidad. Van spoilers.
?C¨®mo era posible que Clarita dejase de andar y el aire de las monta?as hiciera el milagro? Entiendo que un trauma por la tristeza ante la muerte de su madre. ?Por qu¨¦ el abuelo estaba siempre de mala leche? Dram¨®n familiar y accidente laboral mortal del padre de Heidi en las monta?as. ?C¨®mo acababa la serie? Aqu¨ª me port¨¦ peor. Cuando Heidi andaba con la se?orita Rottenmeier por Frankfurt, no puede aguantarme y me hice un spoiler. Con nocturnidad. Esper¨¦ a que el p¨²blico objetivo de Heidi en casa se acostase y salt¨¦ al ¨²ltimo cap¨ªtulo. El final no da para muchas teor¨ªas. Foto de familia y amigos ¡ª?Pichi incluido!¡ª en la inauguraci¨®n del puente que el abuelo hab¨ªa dejado a medio construir tras el mencionado accidente. Buenos deseos, un volveremos a vernos. Todo bien. Heidi sigue sin pisar mucho el cole, pero eran otros tiempos. Sin m¨¢s.
Solemos pasar varias d¨¦cadas desconectados de las tendencias del p¨²blico infantil. Los nuevos padres ¡ªlos que s¨ª les damos tele¡ª maldecimos al descubrir versiones que, creemos, mancillan nuestros cl¨¢sicos. En la aldea de Dorfli poco ha cambiado desde su estreno, hace 42 a?os. Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos, ni los actuales c¨®digos visuales se corresponden con los de la chavaler¨ªa de los 70, 80 y 90. La abeja Maya, a cargo del mismo equipo que esta Heidi, tampoco tiene ya su "En un pa¨ªs multicolor¡"
Para estas vacaciones, me apunto como lectura veraniega el libro original, de Johanna Spyri. A ver si me gusta m¨¢s que la serie, la de antes y la de ahora.
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