La resistencia de las mujeres cantadoras del bullerengue
Ceferina Banquez es una de las ¨²ltimas voces de la tradici¨®n afro del caribe colombiano
Ceferina Banquez lleva 72 a?os sintiendo el bullerengue. Lo lleva en la sangre porque naci¨® en familia de cantadoras del caribe colombiano. A los nueve a?os hizo su primera composici¨®n sin saber leer ni escribir. Ella compone en la cabeza. ¡°Yo me levanto pensando en algo y me van saliendo los versos¡±, dice un d¨ªa antes de presentarse en el festival de m¨²sica Colombia al parque, en Bogot¨¢. ¡°Yo represento a la tradici¨®n de cantadoras del caribe, aunque cada vez seamos menos¡±. No cree que el legado se mantenga, no ve ni?as so?ando con ser cantadoras. ¡°Ahora crecen escuchando reguet¨®n, no les gusta esto", apunta.
Ceferina Banquez es una de las ocho millones de v¨ªctimas del conflicto en Colombia. Su nombre figura en la abultada lista de desplazados por la violencia. ¡°Nos toc¨® irnos para que no nos mataran¡±. Los paramilitares la obligaron a agarrar a sus seis hijos y salir corriendo de Montes de Mar¨ªa. Encontr¨® un trabajo en un pueblo a unas horas de su casa y se dedic¨® por varios a?os a recoger pepas de corozo. No cantaba en p¨²blico porque se hab¨ªa cansado de hacerlo gratis y necesitaba dinero para levantar a sus hijos. Su primer esposo muri¨® y del segundo se separ¨® porque le prohib¨ªa que estuviera en fiestas, cantando. "Me dec¨ªa que las cantadoras siempre terminaban enamoradas del tamborero, no le gustaba que yo estuviera en esos bailes". Ella prefiri¨® quedarse con el bullerengue. ¡°Yo sab¨ªa que esto me iba a hacer feliz para siempre, ¨¦l tal vez no¡±, afirma convencida. Desde el 2010 de vez en cuando abandona sus jornadas en los sembrados de ma¨ªz, yuca, pl¨¢tano y ?ame para subirse a un escenario. La primera vez fue en el emblem¨¢tico teatro Heredia de Cartagena. ¡°La m¨²sica me hizo olvidar el pasado, fue como volver a empezar¡±, dice.
Perdi¨® la cuenta de las personas de su entorno que fueron asesinadas por la violencia paramilitar que se ensa?¨® con el caribe. Sus letras son un lamento a lo que vivi¨® su pueblo. Su canto es memoria. A comienzos de agosto su nombre apareci¨® en varios peri¨®dicos mexicanos porque fue la protagonista del documental Cantadora: memoria de vida y muerte en Colombia, producido por la UNAM. Ceferina es una de las mujeres que personifica la resistencia de los pueblos afro y la importancia de la mujer en la construcci¨®n de memoria. Estuvo en M¨¦xico para hablar de su raza, de la marca que dej¨® la guerra y de c¨®mo trata de sanar el dolor a trav¨¦s de su voz.
Pasaron varios a?os antes de poder regresar a su pueblo. A veces dud¨® si podr¨ªa volverlo a hacer. Tuvo que esperar a que el grupo armado que lo ten¨ªa tomado entregara las armas para volver a recorrer los caminos en donde nacieron sus primeras composiciones. ¡°Ten¨ªa que regresar al origen, a la tierra en donde nac¨ª¡±. Su voz representa una parte de la historia del pa¨ªs. La diosa del bullerengue, Petrona Mart¨ªnez, m¨¢s de una vez ha destacado la versatilidad de sus letras. Ceferina Banquez fue nombrada reina del Festival de bullerengue de Mar¨ªalabaja en el a?o 2009 y es considerada una maestra. Habla del bullerengue sentao, el chalupiao y el fandango. ¡°Una cantadora tradicional se reconoce si maneja esos tres tonos¡±, explica. Agradece haber podido volver a su tierra y descansa cuando piensa que ni la violencia ni la imposici¨®n machista que le prohib¨ªa cantar, la detuvieron. Ha grabado dos discos y es invitada frecuente a festivales folcl¨®ricos. ¡°Esto era lo que yo quer¨ªa. A m¨ª el bullerengue se me meti¨® cuando era ni?a y nunca se me sali¨®¡±.
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