La ocupaci¨®n llena el museo que naci¨® vac¨ªo en Palestina
Una exposici¨®n sobre Jerusal¨¦n estrena las salas de un centro nacional de arte inaugurado hace 15 meses
Blanco, sobre una colina de jardines b¨ªblicos aterrazados, era el m¨¢s espl¨¦ndido contenedor cultural de Cisjordania. Pero estaba vac¨ªo. Naci¨® oficialmente en mayo del a?o pasado, inaugurado apresuradamente por el veterano presidente Mahmud Abbas. Pero sus salas segu¨ªan desprovistas de obras de arte tras dos d¨¦cadas de proyectos y un desembolso de 22 millones de euros. El Museo de Palestina, surgido de aportaciones de la sociedad civil, ha permanecido con la programaci¨®n en barbecho desde entonces. Este domingo abri¨® sus puertas al p¨²blico con la exposici¨®n ?Jerusal¨¦n vive!, una muestra interdisciplinar m¨¢s pol¨ªtica que art¨ªstica: un cariz insoslayable para un pueblo que suele echar la culpa de casi todos sus males a la ocupaci¨®n israel¨ª.
¡°?Ramala, Ramala, Ramala!¡±. ¡°?Qalandia, Qalandia, Qalandia!¡±. Una inquietante megafon¨ªa recibe al visitante. Le traslada al caos de los voceadores de taxis colectivos que llevan a territorio palestino desde la puerta de Damasco de Jerusal¨¦n, atrio del barrio musulm¨¢n del recinto amurallado y coraz¨®n de la parte oriental de la Ciudad Santa ocupada y anexionada por Israel tras la guerra de 1967. El montaje no enga?a. En realidad la escena se registra en los alrededores del elegante campus de Birzeit, la universidad de ¨¦lite de Cisjordania, sobre una loma desde donde se divisa la aglomeraci¨®n de Ramala, sede de la Autoridad Palestina.
Ante dos centenares de asistentes, el cosmopolita ambiente de la presentaci¨®n a la prensa ¡ªen la v¨ªspera del estreno de la muestra¡ª, se asemeja al de cualquier museo internacional. Todos sonr¨ªen sin causa y nadie alza la voz para no parecer escasamente refinado. Solo una decena de empleadas del centro, invitadas y periodistas se cubren la cabeza con el hijab, el pa?uelo isl¨¢mico.
La melena al aire, Reem Fadda, la comisaria de ?Jerusal¨¦n vive!, ha estado nueve meses trabajando en la preparaci¨®n de la exposici¨®n con la que se estrena el Museo Palestino. ¡°Las autoridades israel¨ªes no me han permitido viajar ni una sola vez a Jerusal¨¦n [25 kil¨®metros al sur de Birzeit] para documentarme sobre el trabajo¡±, explica ante la prensa. Fadda ha sido directora adjunta del departamento de Oriente Pr¨®ximo en el Guggenheim de Abu Dabi y ha comisariado la Bienal de Marraquech de 2016 y el pabell¨®n de Emiratos ?rabes Unidos en la Bienal de Venecia de 2012. ¡°Jerusal¨¦n fue la primera ciudad global de la historia¡±, arranca para definir exponer el eje central de su trabajo. ¡°Ahora intentamos promover un debate de resistencia cultural a las pol¨ªticas de Israel¡±, remata su tesis.
?Y la exposici¨®n? Hay evocaciones de Chagall en torno a la dorada C¨²pula de la Roca, emblema de la Ciudad Santa; alg¨²n gui?o abstracto a su arquitectura de piedras albas¡ Por supuesto, obra de la multifac¨¦tica Mona Hatoum, nacida en una familia de la di¨¢spora que huy¨® hasta Beirut y ahora asentada en Londres. Y tambi¨¦n aportaciones de medio centenar de artistas palestinos, ¨¢rabes, europeos, latinoamericanos y asi¨¢ticos.
Pero sobre todo hay cuadros, fotograf¨ªas y videoinstalaciones con im¨¢genes de soldados en un puesto de control y de civiles arrestados; con mapas figurados de los asentamientos de colonos israel¨ªes junto a la urbe. Escenas de la vida cotidiana, en fin, en las calles de Jerusal¨¦n que muchos palestinos apenas conocen, y a las que tal vez se acerquen por primera vez a trav¨¦s de esta muestra.
Hay simbolog¨ªas evidentes ¡ªbrazos articulados de palas excavadoras como las que derriban edificaciones de Jerusal¨¦n Este¡ª y otras m¨¢s sutiles ¡ªcomo el mosaico de pastillas de jab¨®n de aceite de oliva cisjordano¡ª. ¡°Todo es pol¨ªtico en esta tierra¡±, reflexiona en voz alta entre el bullicio del c¨®ctel inaugural Mahmud Hawari, director del Museo de Palestina, nacido en Galilea, formado en Oxford, antiguo comisario de secciones arqueol¨®gicas del Museo Brit¨¢nico. ¡°El d¨ªa en que estas salas solo muestren arte en estado puro ser¨¢ el fin de la ocupaci¨®n¡±, aventura.
La exposici¨®n permanecer¨¢ abierta hasta el 15 de diciembre. La entrada es libre.
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