Un monstruo viene a vernos
La primera edici¨®n de 'Frankenstein', de Mary Shelley, se public¨® an¨®nimamente en 1818 y es la versi¨®n m¨¢s radical y ambiciosa
1. Frankenstein
Existen diversas formas de comunicarse con los muertos. Una consiste en toquetear la g¨¹ija en una reuni¨®n espiritista, un procedimiento que tiene el inconveniente de poder suscitar, adem¨¢s de la respuesta del ser querido, la de otras entidades malignas supraterrenales. Otra, con menos riesgo, es aquella de la que habla Quevedo en su soneto Desde la torre: ¡°retirado en la paz de estos desiertos?/ con pocos, pero doctos libros juntos,?/ vivo en conversaci¨®n con los difuntos,?/ y escucho con mis ojos a los muertos¡±. Y otra m¨¢s es viajar, como Lemuel Gulliver, a la isla de Glubbdubdrib, cuyos habitantes son nigromantes que pueden interactuar con los grandes personajes del pasado. Yo tambi¨¦n hablo con los muertos (a veces) en sue?os. Y quiz¨¢s tambi¨¦n lo hizo Mary Shelley (1797-1851) en las dos noches que pasaron desde que ¡ªen aquel verano sin verano de 1816 en Villa Deodati¡ª acept¨® el reto de escribir un cuento de miedo, hasta que se le ocurri¨® la historia de la criatura de Victor Frankenstein, el ¡°moderno Prometeo¡±. La primera edici¨®n de Frankenstein se public¨® an¨®nimamente en 1818. Y, aunque la versi¨®n m¨¢s difundida sea la revisada (por ella misma) en 1831, lo cierto es que la anterior es la m¨¢s radical, la m¨¢s ambiciosa literariamente y, para mi gusto, la mejor. Y esa edici¨®n, de la que el a?o que viene se conmemora el bicentenario, es precisamente la que publicar¨¢ (revisada, anotada, corregida) Ariel este oto?o, utilizando la antigua traducci¨®n de Jos¨¦ C. Vales. No es el ¨²nico libro importante que publicar¨¢ la gran editorial de ensayo de Planeta: en septiembre, por ejemplo, llegar¨¢ a las librer¨ªas, entre otras cosas apetecibles, el Elogio de las familias sensatamente imperfectas, de Gregorio Luri, uno de nuestros mejores y m¨¢s sensatos expertos en la educaci¨®n y sus problemas.
2. Historias
Atractivo, como casi siempre, el programa oto?al de Cr¨ªtica (Planeta). Se anuncia para septiembre, por ejemplo, la monumental (la edici¨®n inglesa tiene 850 p¨¢ginas) s¨ªntesis de Richard J. Evans La lucha por el poder. Europa 1815-1914, en la que el gran historiador del Tercer Reich analiza la construcci¨®n del mundo moderno, desde la Restauraci¨®n posnapole¨®nica a la Primera Guerra Mundial; y en noviembre llegar¨¢ a las librer¨ªas El Holocausto, de Laurence Rees, que ha sido recibido muy elogiosamente por la cr¨ªtica brit¨¢nica y estadounidense. Pero la gran sorpresa est¨¢, sin ninguna duda, en la publicaci¨®n (octubre) de Espa?a en democracia, 1975-2011, que forma el tomo X (de los XII que la componen) y completa la Historia de Espa?a dirigida por Josep Fontana y Ram¨®n Villares, que comenz¨® a publicarse hace m¨¢s de una d¨¦cada. El nuevo volumen, esperado con impaciencia, estaba encargado a Santos Juli¨¢, y as¨ª figura en el cataloguillo incluido en los tomos anteriores. Ahora, por fin, toda esta largu¨ªsima historia de la Historia ha terminado, pero con una sustancial variaci¨®n: Espa?a en democracia est¨¢ firmado por el catedr¨¢tico de Santiago Xos¨¦ Manoel N¨²?ez Seixas, que ha contado con Lina G¨¢lvez y Javier Mu?oz Soro para completar la visi¨®n de conjunto del complejo periodo del que se ocupa. Claro que tal vez ¡ªsolo tal vez, especulo¡ª exista una explicaci¨®n para todo, incluyendo el retraso. Juli¨¢ y Fontana ¡ªel director de la publicaci¨®n¡ª son dos grandes (e influyentes) historiadores con visiones, digamos, bastante diferentes de la historia de Espa?a contempor¨¢nea y de sus problemas, algo evidente para quien les siga en los libros y en los medios. Y, encima, para completar el cuadro, compruebo que en la programaci¨®n de Galaxia Gutenberg para octubre figura anunciado un libro titulado La transici¨®n, a cargo de (?chen, tach¨¦n!) Santos Juli¨¢. De modo que: verde y con asas, alcarraza.
3. Una vida
En las ¨²ltimas semanas Salamandra, la editorial independiente ¡ªpero de tama?o m¨¢s que mediano¡ª fundada por Sigrid Kraus y Pedro del Carril, me ha proporcionado dos satisfacciones. A principios del verano me lo pas¨¦ la mar de bien leyendo En un pa¨ªs extra?o, de Charles Cumming, un estupendo thriller de espionaje multinacional que se public¨® en la serie Black, dirigida por la canadiense (afincada en Barcelona desde hace un cuarto de siglo) Anik Lapointe, una aut¨¦ntica experta en la moderna novela de intriga, como ya demostr¨® cuando dirig¨ªa la Negra de RBA; all¨ª fue, precisamente, donde public¨® El sexto hombre (1911), la quinta novela de Cumming, cuya trama hac¨ªa referencias a la ¨¦poca de los ¡°cinco de Cambridge¡±. Por cierto, uno de mis libros preferidos de John Banville (con permiso de Rodrigo Fres¨¢n) es El intocable (1997; Anagrama), un apasionante roman ¨¤ cl¨¦ en torno a la figura de Anthony Blunt, uno de mis traidores favoritos. La otra satisfacci¨®n salamandresca nada tiene que ver con la novela de intriga, sino con una de las principales ¡°apuestas¡± de la editorial para la rentr¨¦e: Toda una vida, una nouvelle (140 p¨¢ginas) del actor austriaco Robert Seethaler. Se trata de la historia ¡ªnada heroica, sino m¨¢s bien banal¡ª de Andreas Egger desde que llega como hu¨¦rfano a una aldea en los Alpes hasta su muerte. A lo largo de casi 80 a?os, Andreas, un hombre taciturno, estoico y de buen coraz¨®n, trabaja, ama, sufre, observa c¨®mo llega el progreso depredador en forma de telef¨¦rico a su adorada monta?a, va a la guerra (y es capturado por los sovi¨¦ticos) y regresa a su terru?o. Y nunca se queja. Un hombre bueno, en el buen sentido de la palabra, como dir¨ªa Vallejo. Y todo contado en una prosa econ¨®mica y sobria, aparentemente ¡°sin estilo¡±, como quer¨ªa Flaubert. Una historia de amor, p¨¦rdida, fracaso y triunfo. Un libro que gustar¨¢ y ¡ªestoy seguro¡ª ser¨¢ discutido en muchos clubes de lectura.
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