Fuera de texto
Carlos Labb¨¦ sigue adentr¨¢ndose en una propuesta que une la audacia formal con una escritura de rara densidad
Con Coreograf¨ªas espirituales, Carlos Labb¨¦ (Chile, 1977) sigue adentr¨¢ndose en una propuesta que une la audacia en la experimentaci¨®n formal con una escritura de rara densidad, una prosa envolvente y musical que en este caso est¨¢ muy afinada con la trama de la novela. Alguien escribe en una pantalla, con movimientos de sus pupilas, la historia de un grupo musical en los a?os ochenta y noventa. El Grupo, el Proyecto de Banda, Cuero son los apelativos que las distintas voces narrativas utilizan para nombrarlo. La compleja estructura est¨¢ articulada sobre la alternancia entre el texto en cursiva que va escribi¨¦ndose en la pantalla a golpes de ojo y sucesivas correcciones que son m¨¢s que eso. Se siente la tentaci¨®n de nombrarlas como variaciones, pero, en este caso, de una considerable libertad interpretativa. La reformulaci¨®n del relato es m¨²ltiple y cada coreograf¨ªa tiene su propio ritmo y espacio.
Tal como escribe el narrador, el libro puede tomarse como ¡°el libreto de una m¨²sica y unos di¨¢logos que no se dan, un fuera de texto que sin embargo es lo m¨¢s importante al momento de leer y no por eso no ocupa el lugar fundamental de la p¨¢gina¡±. Como en obras anteriores, Labb¨¦ propone al lector un laberinto de m¨²ltiples entradas, un juego que se sostiene mucho m¨¢s en la fluidez del estilo que en un hilo argumental. As¨ª como no hay nombres de personas, y el narrador los borra en cuanto aparecen, los espacios reciben apelativos como el Imperio y el Contraimperio, evidenciando m¨¢s todav¨ªa el car¨¢cter pol¨ªtico de la obra de Labb¨¦. Ello se manifiesta especialmente cuando irrumpe de s¨²bito una historia que se intercala en la del grupo musical, Patra?a, una afilada f¨¢bula sobre la injusticia, el hambre, la sed ¡ªla sed de justicia¡ª cuyos protagonistas s¨ª tienen nombres, aunque sus apelativos van cambiando conforme avanzan las p¨¢ginas: el Flaconejo, la Olgata y el Sanhuezabueso ¡ªo un losotro¡ª proclaman, en la clandestinidad, que ¡°es injusto que la justicia sea una paradoja y no un movimiento concreto: no existe justicia y no existe la justicia, pero no puede dejar de haberla¡±.
Y cuando la novela retoma las voces alternadas que reproducen las variaciones de la historia del grupo, el hilo nuevamente se quiebra y se abre en distintas direcciones, y vuelven a asomar con fuerza los paisajes del sur de Chile y las calles de las ciudades imperiales, el habla chilena y las palabras en mapuzungun, la infancia y las historias quebradas de los gemelos (uno de ellos es el vocalista), los dos bajistas, la percusionista, el mentor y otros personajes que habitan el laberinto de piedras y volcanes, bosques y huesos, instalaciones art¨ªsticas y fogatas, donde tambi¨¦n resuenan el oleaje impetuoso y las mareas cada vez m¨¢s altas que irrumpen en las calles. Es ah¨ª donde mejor se aprecia el tejido verbal que sustenta la obra, el juego de voces narrativas donde ¡°?l, este otro, ella soy yo¡±, apelaciones que dialogan entre s¨ª y con el lector, con lo que queda fuera de texto, con lo que s¨ª se inscribe en la p¨¢gina.
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Autor:?Carlos Labb¨¦.
Editorial:?Perif¨¦rica (2017).
Formato:?papel (176 p¨¢ginas).
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