Ken Follett: ¡°En el siglo XVI, Espa?a era el mat¨®n del barrio: grande y malo¡±
El escritor brit¨¢nico publica 'Una columna de fuego', de la saga que inici¨® 'Los pilares de la tierra'
En 1989, Ken Follett (Cardiff, 1949) revent¨® el mercado editorial con uno de los libros que m¨¢s viene a la mente cuando se pronuncia el t¨¦rmino best-seller: Los pilares de la tierra, sobre la construcci¨®n de una catedral durante el paso del rom¨¢nico al g¨®tico en el siglo XII. 28 a?os, trece novelas y muchos millones de libras despu¨¦s, el escritor brit¨¢nico publica ahora Una columna de fuego, tercer libro de la saga que ya hab¨ªa retomado en 2007 con Un mundo sin fin.
La nueva novela, que llega a las librer¨ªas el pr¨®ximo martes, salta a los siglos XVI y XVII para entremezclar personajes reales e inventados durante las guerras de religi¨®n que fracturaron Europa. La acci¨®n transcurre a trav¨¦s de casi mil p¨¢ginas por Par¨ªs, Sevilla, Bruselas, Londres, Amberes, la isla La Espa?ola y, por supuesto, Kingsbridge, la localidad inglesa ficticia presente en toda la saga. Es, a la vez, una historia de amor entre un protestante, Ned, y una cat¨®lica, Margery, y una trama de espionaje inspirada en la creaci¨®n por la reina Isabel I del primer servicio secreto de Inglaterra, dedicado a desmantelar las tramas internacionales para reinstaurar por la fuerza un monarca cat¨®lico al otro lado del Canal de la Mancha.
Una columna de fuego es adem¨¢s una suerte de homenaje a quienes lucharon por la tolerancia religiosa en una ¨¦poca en la que era normal matar al que profesaba una fe distinta, explica Follett a EL PA?S en una entrevista la semana pasada?en Edimburgo en la que tambi¨¦n habla de Felipe II (que no sale muy bien parado); de c¨®mo vive el ¨¦xito y las cr¨ªticas; de su educaci¨®n evang¨¦lica puritana; del Brexit (¡°un error terrible¡±) y de sus profundas diferencias con Jeremy Corbyn, l¨ªder del Partido Laborista, al que pertenece.
Pregunta. ?Por qu¨¦ sinti¨® la necesidad de retomar la saga casi tres d¨¦cadas despu¨¦s del primer libro?
Respuesta. Me gusta Kingsbridge. Y a los lectores tambi¨¦n. Cuando invent¨¦ esta ciudad para Los pilares de la tierra ni siquiera pens¨¦ que el libro fuese a ser un ¨¦xito ni que fuese a haber dos secuelas. Kingsbridge ha pasado a simbolizar Inglaterra y es muy ¨²til desde el punto de vista literario, porque permite ver los cambios que ha experimentado Inglaterra, e incluso Europa, a lo largo de los siglos.
P. ?En qu¨¦ ha cambiado, como persona y como escritor, desde que publicara hace casi tres d¨¦cadas Los pilares de la tierra?
R. No creo haber cambiado mucho como persona o como escritor. Mis objetivos cuando escribo sigue siendo los mismos: una historia que atrape al lector, que se desespere por saber qu¨¦ pasa a continuaci¨®n. Para m¨ª, eso es lo que se supone que tiene que hacer una novela. Soy consciente de que hay muchas otras teor¨ªas al respecto, pero esa es la m¨ªa.
Mi obra no es intelectual. Y no me importa que alguien lo diga
P. Dec¨ªa usted en la presentaci¨®n que ¡°Una columna de fuego¡± es un libro sobre la tolerancia¡
R. Est¨¢ ambientado en las guerras de religi¨®n, pero no es un libro sobre religi¨®n. Hoy a muy poca gente le importa la diferencia entre un cat¨®lico y un protestante. La mayor¨ªa se inclina por decir: todos rendimos culto al mismo dios, las diferencias no importan... Lo que se valora ahora, y empez¨® a importar en el siglo XVI, es la idea de tolerancia religiosa. La gente la ansiaba. Los protestantes hablaron mucho sobre libertad de culto. A veces, cuando se convirtieron en mayor¨ªa, perdieron inter¨¦s en la tolerancia y comenzaron a matar cat¨®licos. Los protestantes no son mejores que los cat¨®licos, y viceversa. Todos estaban bastante dispuestos a matarse unos a otros. Y los h¨¦roes de mi historia son aquellos que dicen: matar a gente por sus creencias est¨¢ mal. Cuando lo digo parece un clich¨¦, pero en el siglo XVI era una idea muy radical por la que uno pod¨ªa ser ejecutado. Tr¨¢gicamente todav¨ªa hay gente que considera una obligaci¨®n matar a gente por tener la religi¨®n equivocada. No ha terminado. Y creo que es interesante preguntar: ?qu¨¦ mueve a la persona que dice 'voy a matar a esta gente porque reza a un dios incorrecto'? Porque las peleas sobre religi¨®n no son nunca sobre religi¨®n. Son tambi¨¦n sobre poder y dinero. As¨ª que me pareci¨® interesante explorar en Una columna de fuego esa red poder-dinero-religi¨®n.
P. ?Escribi¨® pensando en establecer una comparaci¨®n entre el siglo XVI y la situaci¨®n actual?
Estaba todo el tiempo en mi mente la resonancia de la historia del siglo XVI en los peri¨®dicos de hoy en d¨ªa, pero no vi necesidad de hacer comparaciones espec¨ªficas.
R. ?Y una oda a la tolerancia religiosa no tiene algo de venganza freudiana contra la educaci¨®n (fundamentalista cristiana) que recibi¨® de sus padres?
Toda mi familia era muy dogm¨¢tica con la religi¨®n. Me rebel¨¦ contra ello en cuanto fui lo suficientemente maduro y lo he continuado haciendo, porque no segu¨ª el tipo de vida que les hubiera gustado. No he sido un cristiano evang¨¦lico, por racionalidad y porque no tengo una personalidad puritana. Una vida de autoprivaci¨®n no va nada conmigo. No me privo de los placeres de la mesa. Mis padres estaban orgullosos de mi ¨¦xito y de m¨ª, pero no les gustaba que hubiese sexo o tacos en mis libros. Mi madre sol¨ªa leer la versi¨®n de Reader?s Digest, en la que se quitan ambas cosas.
Me satisface mucho escribir, pero tambi¨¦n ganar mucho dinero
P. En Una columna de fuego la Espa?a de Felipe II aparece retratada como un pa¨ªs que estaba en lo que hoy llamar¨ªamos el ¡°lado malo de la Historia¡±
R. Un escritor brit¨¢nico no va a admirar a un rey espa?ol que trat¨® de matar a la reina inglesa (sonr¨ªe). Es dif¨ªcil amar al rey Felipe II, ?no?... Sinti¨® que ten¨ªa el derecho de imponer su voluntad sobre toda Europa. No es algo inusual que lo crean reyes o incluso presidentes. Y si pensamos en EE UU tiene la Doctrina Monroe, que significa b¨¢sicamente 'somos los jefes y hacemos lo que queremos'. No es inusual, pero, claro, hay un conflicto. Espa?a en el siglo XVI era el mat¨®n del barrio: grande y malo, un poco como EE UU en Vietnam. Y nunca te alineas con el abus¨®n, ?no?, sino con el abusado. El rey de Espa?a fue un tipo malo. Bueno, no s¨¦ si lo era realmente, pero hab¨ªa una oportunidad para Espa?a en el siglo XVI de industrializarse y convertirse en una gran naci¨®n comercial y manufacturera. Y no se hizo. Todo ese dinero se gast¨® en ca?ones y nav¨ªos de guerra para combatir. Fue en cierto modo un monarca no muy sensato. Despu¨¦s de haber sido terriblemente rica en el siglo XVI, Espa?a fue cuesta abajo y en el siglo XX era como un pa¨ªs del tercer mundo.
P. ?C¨®mo lleva el ¨¦xito?
No hay nada duro en tener ¨¦xito. Me produce una profunda satisfacci¨®n escribir. Dise?ar la historia, investigar, crear los personajes, pensar en el suspense y c¨®mo lo va a seguir el lector. Si hubiese nacido en la URSS y, en vez de haber sido bien recompensado, hubiera recibido un salario como el de todo el mundo, tambi¨¦n me habr¨ªa gustado. Si hubiese escrito novelas, o quiz¨¢s guiones de televisi¨®n, que millones de personas disfrutasen, habr¨ªa sido un hombre feliz, aunque quiz¨¢s era dif¨ªcil ser feliz en la Uni¨®n Sovi¨¦tica y habr¨ªa tenido problemas por mis ideas pol¨ªticas. Dicho esto, tambi¨¦n disfruto de ganar mucho dinero y gast¨¢rmelo en las cosas que me gustan: coches, buena comida, buen vino... todo lo que el dinero puede comprar. Y me satisface mucho cuando voy por la calle y alguien me pregunta: "Eres Ken Follett, ?no? Solo quer¨ªa decirte que disfruto mucho tus libros".
R. ?C¨®mo vive las cr¨ªticas de que lo que escribe no es alta cultura?
Tienen raz¨®n. Mi obra no es intelectual. Y no me importa que alguien lo diga. Har¨¦ una comparaci¨®n. Cuando se va a un concierto de m¨²sica, algunas personas admiran la t¨¦cnica del violinista. Pero la mayor¨ªa va por las canciones. As¨ª que un enfoque intelectual es casi t¨¦cnico, mirar la cosa de forma anal¨ªtica. Y no es la forma en que la gente lee mis libros. Disfrutan de las canciones, de la historia. La literatura intelectual a menudo no tiene una historia. Y eso est¨¢ bien para la gente que le guste, y yo mismo la leo bastante a menudo. As¨ª que si la gente dice 'la obra de Ken Follett no es intelectual', yo digo 'tienen toda la raz¨®n, no lo es'.
Soy mainstream. Esto es el mainstream. Este es el tipo de historia que quiere la mayor¨ªa de las millones de personas del mundo, y tambi¨¦n en el pasado, que han disfrutado de las novelas. Y luego hay otra gente que puede buscar algo que llamar¨ªa escritura bonita o conocimiento psicol¨®gico profundo o humor. Hay todo tipo de satisfacciones que la gente obtiene de las novelas, pero que la novela te absorba es lo que m¨¢s gente quiere, lo que yo hago y lo que casi todos los novelistas han hecho siempre.
P. Pero, ?se siente infravalorado como escritor por el hecho de vender mucho?
Estoy tan recompensado por lo que hago que realmente no tengo quejas. ?Reconocimiento? No est¨¢ en mis planes. Lo que me preocupa es: ?Le gusta mi libro a la gente? ?Tanto como el anterior?... Pero, ?qu¨¦ alguien diga ¡®Follett es un genio¡¯? Eso no me preocupa. Realmente no me importa.
R. Pasando a la pol¨ªtica, ?c¨®mo ve el futuro de su pa¨ªs tras el Brexit?
Yo estaba contra el Brexit. Creo que es un error terrible. Pero visto que tenemos que hacer algo, espero lo que llamar¨ªa la opci¨®n noruega, que es quedarse en el mercado ¨²nico pero no estar en la UE. Creo que es la mejor opci¨®n para nosotros, la que causar¨ªa menos da?o econ¨®mico, y en cierto modo es buena para la UE, porque [la canciller alemana, Angela] Merkel y [el presidente franc¨¦s, Emmanuel] Macron quieren hacer avanzar la UE y todo el tiempo tienen a los brit¨¢nicos frenando a Europa.
P. Bruselas no parece tan dispuesta a eso...
?Por qu¨¦ tendr¨ªa? Reino Unido es como un marido que dice a su mujer 'me voy a divorciar de ti', pero quiero ver a los ni?os cuando quiera y de vez en cuando pasar juntos un fin de semana de sexo. (r¨ªe) Y, por supuesto, la mujer dice: "?Vete de aqu¨ª!"
R. ?Qu¨¦ le pareci¨® la postura sobre el Brexit del l¨ªder laborista, Jeremy Corbyn?
Barbara [su esposa, exdiputada laborista] y yo conocemos a Jeremy Corbyn y pens¨¦ que era inofensivo. Eso era antes de convertirse en l¨ªder del partido. Jeremy cree en todo lo que yo cre¨ªa en 1965. No ha cambiado desde entonces. Yo s¨ª. Todav¨ªa soy un miembro del Partido Laborista y me resulta muy dif¨ªcil tener tantos desacuerdos con el hombre que ahora lidera mi partido. Todo lo que puedo hacer es esperar a ver qu¨¦ pasa: no va a ser el l¨ªder siempre.
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Autor:?Ken Follet.
Editorial:?Plaza & Janes (2017).
Formato:?ebook y tapa dura (944 p¨¢ginas).
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