Muere Peter Hall, fundador de la Royal Shakespeare Company
Gran director de teatro con el perfil de un Orson Welles brit¨¢nico
Adorado y denostado a partes iguales, Peter Hall, gran director con el perfil de un Orson Welles brit¨¢nico (megaloman¨ªaco, exuberante, adicto al trabajo y al lujo, con barbaza y sombreros de ala ancha) muri¨® el pasado d¨ªa 11 a los 86 a?os, v¨ªctima de una demencia que le hab¨ªa apartado del teatro. A los 25 ya dirig¨ªa el Arts Theatre de Londres, y se dio a conocer con el estreno en ingl¨¦s de Esperando a Godot, de Beckett, que lanz¨® su carrera (aunque tiempo despu¨¦s calific¨® su montaje de ¡°excesivamente decorativo¡±). Tennessee Williams le ech¨® el ojo y le encarg¨® dos puestas consecutivas: Camino real, en el 57, y La gata sobre el tejado de zinc, en el 58. Ese mismo a?o se encontr¨® con su tocayo Peter Brook, el otro joven prodigio de la escena inglesa, que le abri¨® las puertas del Stratford Memorial Theatre, donde Hall dirigi¨® a monstruos sagrados como Laurence Olivier (Coriolano), Peggy Ashcroft (Cymbelino) o Charles Laughton (El sue?o de una noche de verano). A cambio, Hall le llam¨® para fundar la Royal Shakespeare Company, con sede en Stratford y sucursal londinense en el Aldwych. En los primeros sesenta, los dos Peter firmaron espect¨¢culos que har¨ªan ¨¦poca: Brook dirigi¨® una versi¨®n a¨¦rea y casi circense de El sue?o de una noche de verano, y Hall marc¨® el nuevo sello de la casa con el ciclo shakesperiano de The War of the Roses, que adapt¨® con John Barton, el otro talento del tripartito.
Peter Hall se convirti¨® tambi¨¦n en el gran valedor de Harold Pinter, del que bajo el paraguas de la RSC monta La colecci¨®n, lo impone como dramaturgo con Regreso al hogar en 1965 (hay una estupenda versi¨®n filmada por el propio Hall con el mismo reparto del Aldwych), y se convierte en su director ¡°de cabecera¡± hasta Other Places, en el National, veinte a?os m¨¢s tarde. Las envidias se multiplican cuando Hall obtiene un nuevo ¨¦xito con el Hamlet protagonizado por el joven David Warner, y dirige un descomunal (300 int¨¦rpretes) Mois¨¦s y Aaron, de Sch?enberg, en el Covent Garden. En 1968, exhausto y al borde del colapso nervioso, deja la RSC en manos de su disc¨ªpulo Trevor Nunn. Pero la caja de los truenos estalla a lo grande cuando en 1973 es nombrado responsable del National Theatre en pleno mandato de Olivier. En sus monumentales Diaries (Limelight, 1985), el libro que todo director en crisis deber¨ªa leer para consolarse, Hall cuenta como hubo de enfrentarse, entre otros, a la guardia pretoriana de Olivier, a los productores del West End (que le acusaron de despilfarrar dinero p¨²blico), a la prensa tory (en contra desde el primer d¨ªa del edificio del South Bank, que todav¨ªa estaba inacabado, y le llamaba ¡°socialista de lujo¡±), a los sindicatos (que montaron varias huelgas), y a la censura (enfurecida por el montaje de The Romans in Britain, de Howard Brenton). Con la presi¨®n arterial en un perpetuo hervor, Peter Hall logr¨® permanecer 15 a?os al frente del NT y dirigi¨® 33 espect¨¢culos, entre los que cabe destacar No Man¡¯s Land de Pinter, con John Guielgud y Ralph Richardson, Tamburlaine el Grande de Marlowe, con Albert Finney; Amadeus, de Peter Shaffer, con Paul Scofield y Simon Callow, que salt¨® al West End y Broadway y le hizo millonario, o, ya con un pie en el estribo del cargo, un memorable Antonio y Cleopatra, con Judi Dench y Anthony Hopkins.
Fuera del National, donde le sustituy¨® Richard Eyre, cre¨® compa?¨ªa propia desde 1988 hasta 2000, con una cincuentena de montajes y repartos encabezados por figuras tan populares como Vanessa Redgrave (Orpheus Descending), Dustin Hoffman (El mercader de Venecia), Alan Bates (The Master Builder) o Jessica Lange (Un tranv¨ªa llamado deseo). Entre 2002 y 2011 se puso al frente del Theatre Royal, de Bath. Uno de sus ¨²ltimos trabajos como director fue un melanc¨®lico retorno al National, en 2011, con los ochenta cumplidos, para dirigir Noche de reyes en el Cottesloe, con el rol de Viola a cargo de su hija, Rebecca Hall (a la que aplaudimos en el Espa?ol en el Cuento de invierno montado por Sam Mendes). La antorcha paterna tambi¨¦n la comparte su hijo Edward Hall, fundador de la compa?¨ªa Propeller, que nos ha visitado con frecuencia en Temporada Alta, y actual responsable art¨ªstico del Hampstead Theatre, en Londres.
Babelia
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