Alejo Stivel, vuelve el adolescente de Tequila

A Alejo Stivel cualquiera querr¨ªa adoptarlo. Es un m¨²sico con una energ¨ªa que le surge de pronto, en cuanto pisa el escenario; mientras esa pulsi¨®n no ocurre es un adolescente adormilado que mira alrededor para ver si han llegado sus amigos. En cuanto se cerciora de que esto es as¨ª, entra en el mutismo de los monjes, y de vez en cuando tuitea sus sensaciones, muchas de ellas relativas al amor, el odio o la esperanza.

Stivel pas¨® una larga noche cuando Tequila, su creaci¨®n musical de finales de los setenta, que comparti¨® con su amigo de la adolescencia Ariel Rot, pas¨® a mejores vidas. Esa larga noche tiene su autobiograf¨ªa, que ¨¦l inicia en este disco, Yo era un animal. Es raro ver en un m¨²sico tanta generosidad como la que ¨¦l ha desplegado desde que dej¨® Tequila: produjo la obra de otros, estuvo pendiente de los dem¨¢s como si quisiera arroparlos, no hizo otra cosa que procurar la felicidad ajena, a la que ¨¦l devolvi¨® la dedicaci¨®n de la amistad. Cuando en realidad ¨¦l era ese adolescente solitario al que todos querr¨ªamos arropar. Esta es una entrevista rara, porque no est¨¢ hecha a un m¨²sico que presenta un disco, el primero suyo en solitario, sino a una persona que nos cuenta su vida como si fuera a la vez una resurrecci¨®n y una obra de arte humano.