?Dichosa man¨ªa de politizar (ahora, la bandera de Padilla) la tauromaquia!
El episodio del escudo del ¨¢guila es una nimiedad manipulada para hacer el mayor da?o
Detr¨¢s del episodio (error/despiste/ingenuidad/naturalidad) protagonizado por el torero Juan Jos¨¦ Padilla con la bandera del ¨¢guila subyace un nuevo y premeditado ataque a la tauromaquia, basado descaradamente en la m¨¢s burda manipulaci¨®n, la demagogia y un supuesto desconocimiento de las normas que rigen en este pa¨ªs.
Y oculta algo m¨¢s: la manifiesta cobard¨ªa, otra vez, del mundo del toro, que ha guardado un desconsolador silencio y ha permitido que los leones devoren a uno de los suyos y, lo que es peor, que la fiesta de los toros sea de nuevo vapuleada y noqueada por los antitaurinos.
Y otro detalle: el suceso de la bandera del ¨¢guila es una bobada, una nimiedad, carente de la m¨¢s m¨ªnima importancia, pero magnificada y convenientemente manipulada para hacer el mayor da?o posible.
Tan legal es que Padilla se envuelva en la ense?a preconstitucional como que Podemos exhiba la republicana
La imagen de Juan Jos¨¦ Padilla envuelto en la bandera del ¨¢guila se ha extendido por las redes sociales, donde los adjetivos m¨¢s livianos que le han dedicado al torero han sido los de fascista (totalitario, autoritario y antidemocr¨¢tico) y franquista.
?Las sorpresas que da la vida¡! Qui¨¦n le iba a decir a Padilla que en el pueblo de Villacarrillo, y despu¨¦s de cortar las dos orejas y el rabo a un toro, lo iban a poner a caer de un burro por envolverse en una bandera¡
Porque, claro, si los insultos y las ofensas sufridas por el torero han dado la vuelta al mundo, no ser¨¢n muchos los que sabr¨¢n a estas alturas que el gesto de Padilla no encerraba ninguna ilegalidad. As¨ª lo han puesto de manifiesto varios expertos en derecho constitucional, y lo dej¨® claro el Gobierno en el Senado, el pasado mes de julio, a una pregunta de Comprom¨ªs: la exhibici¨®n de cualquier bandera (la franquista, la republicana o la estelada) no es ilegal, y ese gesto est¨¢ amparado por la libertad de expresi¨®n, recogida en la Constituci¨®n espa?ola. No son banderas oficiales y, por tanto, no pueden ondear en un organismo p¨²blico o un acto oficial, pero s¨ª est¨¢ permitido su uso en el ¨¢mbito privado.
Dicho en cristiano: tan legal es que Padilla d¨¦ una vuelta al ruedo con la bandera del ¨¢guila como que Podemos cuelgue la republicana en sus despachos.
La ¨²nica prohibici¨®n prevista en las leyes de este pa¨ªs reside en que la exhibici¨®n de un s¨ªmbolo fascista o republicano vaya acompa?ada de una conducta activa propia del crimen de odio o de un discurso que ensalce la violencia.
No es este el caso de Padilla, por lo que se puede y debe concluir que el torero no incurri¨® en delito alguno. En fin, que ni fascista ni franquista, sino v¨ªctima de una trampa bien orquestada por los enemigos de la fiesta de los toros.
?Qui¨¦n le lanz¨® y con qu¨¦ intenci¨®n la bandera al torero jerezano?
Padilla ha dado todo tipo de explicaciones, pero el mal ya estaba hecho. Dice que se colg¨® la bandera sin saber si era constitucional o no (normal), y que no quiso ofender voluntariamente a nadie (m¨¢s normal a¨²n). Lo que no ha dicho es que la pr¨®xima vez que le tiren un mant¨®n, un sombrero o una bandera en una vuelta al ruedo avisar¨¢ a la cuadrilla:
- Miguelete, mira a ver si son constitucionales o no¡
- ?Qu¨¦ dice, maestro?
- Que te fijes si llevan dibujados un ¨¢guila¡
- Oj¨², qu¨¦ dif¨ªcil se est¨¢n poniendo las vueltas al ruedo, Juan Jos¨¦. Por cierto, maestro, ?qu¨¦ hago con esta bandera?
- De bandera ni hablamos¡
Otro asunto: la persona que inici¨® toda la movida contra Padilla fue Teresa Rodr¨ªguez, la l¨ªder de Podemos en Andaluc¨ªa; public¨® en su cuenta de Twitter la famosa foto del torero con la bandera y un texto que dec¨ªa: ¡®Juan Jos¨¦ Padilla exaltando el fascismo. Una verg¨¹enza que esto est¨¦ pasando y no pase absolutamente nada¡¯.
Lo que no ha contado es c¨®mo consigui¨® la instant¨¢nea. ?Estaba ella en la plaza? Se supone que no. ?Se la remiti¨® un miembro de su partido? Eso es m¨¢s cre¨ªble. Pero, ?qu¨¦ hac¨ªa un podemita en los toros?
Y otra pregunta inocente: ?Qui¨¦n le lanz¨® a Padilla la banderita? ?Lo hizo alguien inocentemente o, quiz¨¢, con la malsana intenci¨®n de burlar la ingenuidad del torero? ?No ser¨ªa, acaso, el mismo que le hizo la foto y se la envi¨® a Teresa Rodr¨ªguez para que se diera un ba?o por Twitter y de paso lanzara una puya m¨¢s contra la tauromaquia?
Lo que est¨¢ claro es que los enemigos de la fiesta de los toros est¨¢n vigilantes y prestos para el ataque, dispuestos a mentir y manipular para restarle prestigio, al tiempo que los taurinos duermen el sue?o de los justos, ajenos al mundanal ruido, escondidos en su rinc¨®n, y disput¨¢ndose las migajas de un negocio que parece que se acaba.
Hoy han dejado solo a un torero; pero se equivocan si creen que Padilla era el objeto de los insultos. La cr¨ªtica iba dirigida a la l¨ªnea de flotaci¨®n de la fiesta, a la que han acusado de fascista y franquista en un nuevo intento de politizarla (?dichosa man¨ªa!) y menospreciarla por su supuesta relaci¨®n con uno de los periodos m¨¢s nefastos de la historia de este pa¨ªs.
Quede claro, pues, que ni Padilla es franquista por dar una vuelta al ruedo con la bandera del ¨¢guila (harto ilustrativas son las dos fotos que acompa?an este texto), ni la fiesta es fascista porque se permitiera en tiempos de Franco.
La tauromaquia hunde sus ra¨ªces en la historia, ha convivido con todos los reg¨ªmenes pol¨ªticos y hoy, en pleno siglo XXI, sigue emocionando a aficionados de todas las creencias pol¨ªticas.
As¨ª es aunque algunos pol¨ªticos se empe?en en lo contrario y busquen notoriedad con falsos mensajes que, a pesar del vergonzoso silencio de los taurinos, se vuelven contra ellos.
Teresa Rodr¨ªguez habr¨¢ aprendido que exhibir la bandera del ¨¢guila, -como la republicana-, no es ilegal; lo supiera o no, bueno ser¨ªa que ofreciera disculpas al torero que gratuitamente ofendi¨®, y se abstuviera en el futuro de utilizar las modernas t¨¦cnicas de manipulaci¨®n para atacar la fiesta de los toros.
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