As¨ª es ¡®Fe de etarras¡¯
Un repaso a las claves de la tragicomedia sobre un comando de la banda terrorista ETA que ha dirigido Borja Cobeaga y producido Netflix
Por primera vez se ha proyectado en el festival de San Sebasti¨¢n una pel¨ªcula producida por una plataforma digital -en este caso, Netflix-. Y sin embargo, pocos hablan de este detalle, porque Fe de etarras, de Borja Cobeaga, ha sido devorada en los d¨ªas antes de su estreno por un ruido medi¨¢tico que ha hecho que se olvide que, en el fondo, esto no es m¨¢s que un filme. Lo es, y muy bueno. Estas son algunas de sus claves.
Esperando a Godot. Un comando conformado por un veterano que tiene que mostrar su valent¨ªa, una pareja en crisis y un antisistema de Chinchilla (Albacete) esperan la llamada de un viejo dirigente de ETA para romper la tregua temporal que pretenden establecer los jefes j¨®venes de la banda terrorista. Es un Esperando a Godot euskald¨²n (incluso un Esperando al gotel¨¦ vista la ambientaci¨®n y un giro de guion), porque en la espera hay tiempo para la reflexi¨®n... entre otras cosas.
?Qu¨¦ es ser vasco? (Vaya Semanita versi¨®n extendida). Durante la primera hora, junto a esa m¨ªtica referencia teatral, el p¨²blico asiste a momentos hilarantes encadenados entre los cuatro integrantes del grupo encerrados en un piso franco en una gran ciudad. Diego San Jos¨¦ (guionista y urdidor de la historia original junto a Cobeaga) sabe enlazar esos chistes, que podr¨ªan nacer de los mejores momentos de Vaya Semanita. Sin embargo, hay dos cosas que trascienden la mera comedia: grandes interpretaciones y ese trasfondo de dolor emocional que surge en la espera. Por cierto, en Fe de etarras se discute sobre qui¨¦n es vasco y c¨®mo. La ¨²nica respuesta plausible: los que puedan jugar en el Athletic de Bilbao.
La comida. "Hace a?os, en ETA se com¨ªa de la hostia", dice Javier C¨¢mara, que encarna al jefe del comando. Y remata: "He comido en restaurantes buenos, pero no tan bien como en los pisos francos". Autom¨¢ticamente, el espectador recuerda algunos de los momentos brillantes de Ocho apellidos..., la saga cuyos guiones fueron escritos por Cobeaga y San Jos¨¦. Sin embargo, el primer libreto -ha tenido distintas reescrituras- de Fe de etarras es anterior al gran taquillazo del cine espa?ol.
El contexto. De ah¨ª sale el famoso anunciado de Fe de etarras de Netflix en el que se ve tachado el c¨¢ntico "Yo soy espa?ol, espa?ol, espa?ol". El comando espera ¨®rdenes durante el verano de 2010, cuando se celebra el Mundial de Sud¨¢frica. "?Qu¨¦ celebrar¨¢n estos, si nunca pasan de cuartos?", se preguntan los etarras asomados a un balc¨®n rodeado de banderas rojigualdas. No poseen dones prof¨¦ticos. Por cierto, en cuanto a su espa?olidad/hispanidad, Netflix la estrena en su plataforma el 12 de octubre.
La aceptaci¨®n. En el fondo, Fe de etarras reflexiona sobre la aceptaci¨®n, sobre la necesidad del ser humano en integrarse en un grupo, sea este una banda de terroristas, un patio de vecinos, su propia familia... Puede que ese sentimiento est¨¦ incluso por encima de los escr¨²pulos, apuntan Cobeaga y San Jos¨¦. Y por eso el otro, sea quien sea ese otro, ese enemigo, tiene la culpa de todos los males.
T¨®picos. Cobeaga y San Jos¨¦ son maestros en retorcer t¨®picos. ?Todos los vascos son etarras como todos los creyentes del Islam yihadistas de Al Qaeda? ?Todo espa?ol lleva dentro un obrero experto en chapuzas? Y sobre todo, ?saben cocinar todos los vascos?
Cr¨ªtica a la violencia. Fe de etarras muestra en su desarrollo una cr¨ªtica feroz a la violencia. Por eso, y porque Cobeaga y San Jos¨¦ saben que lo que est¨¢n haciendo es una tragicomedia y no levantando acta de la Historia. Se mire por donde se mire, a Fe de etarras parece casi imposible atacarla desde cualquier espectro pol¨ªtico o ideol¨®gico. M¨¢s dura y al filo era Negociador (2015), obra tambi¨¦n de la pareja de cineastas.
Direcci¨®n. Que una pel¨ªcula sea producida por Netflix no quiere decir que parezca un telefilme ni que le falte presupuesto. En el pasado festival de Cannes, la plataforma estren¨® Okja, de Bong Joon-ho, que cost¨® 45 millones de euros. En la misma l¨ªnea de buen cine, Fe de etarras transcurre principalmente en el piso franco, pero Cobeaga se esfuerza por jugar con la c¨¢mara, y en cuanto puede saca la acci¨®n al exterior. Adem¨¢s, cuenta con cinco actores (Javier C¨¢mara, Gorka Otxoa, Miren Ibarguren, Juli¨¢n L¨®pez y Ram¨®n Barea) y un buen pu?ado de secundarios en estado de gracia.
Final. Los ¨²ltimos diez minutos le dan un vuelo distinto a Fe de etarras, llevan la pel¨ªcula a un terreno nunca antes explorado por Cobeaga y San Jos¨¦, y elevan el resultado cinematogr¨¢fico con su sequedad y contundencia.
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