Fito: ¡°El cerebro es inteligente y limpia las mierdas pasadas¡±
El m¨²sico re¨²ne en ¡®Fitograf¨ªa¡¯ sus 20 a?os al frente de Los Fitipaldis
La adivinanza ser¨ªa f¨¢cil. Boina, patillas como garras y aretes en ambos l¨®bulos. M¨¢s pistas: cr¨¢neo arm¨®nico, quijada llena de aristas, nariz afilada y cuerpo de silbido. ?Quedan dudas? Imposible: hablamos de Adolfo Cabrales, m¨¢s conocido por su apodo, Fito, y su sobrenombre en forma de banda, Los Fitipaldis. Celebra dos d¨¦cadas ¡°en la carretera¡±, pero en realidad es m¨²sico y, sobre todo, es ese prototipo de acertijo desde mucho antes. A este bilba¨ªno de 50 a?os le acompa?a la sempiterna imagen de nervudo cantante y guitarrista desde la adolescencia. La voz y los acordes con Platero y T¨² lo colocaron entre lo m¨¢s sonado del rock espa?ol. Y las melod¨ªas como solista lo han aupado a lo m¨¢s alto de cualquier top ten. No est¨¢, por tanto, para juegos: Fito Cabrales es Fito, a secas, tenga la edad que tenga y se le dibuje como se le dibuje.
Incluso si es con cuerpo de calavera y no de persona. Cuesti¨®n de car¨¢cter, quiz¨¢s. As¨ª se presenta en un nuevo recopilatorio de tres CD, dos DVD y en un libro que repasa su trayectoria en solitario. Fitograf¨ªa, lo han llamado. De lengua ligera, risa f¨¢cil y socarroner¨ªa marcada por su cercan¨ªa y falta de tab¨²es, Fito Cabrales (Bilbao, 1966) repasa con optimismo el pasado. ¡°Todo ha cambiado porque todo cambia en la vida, pero hay algo inmutable: ese momento de empezar a componer una canci¨®n, de sentarme en la cocina con la ac¨²stica y tratar de pas¨¢rmelo bien¡±. La juerga de la que presume se prolongar¨¢ al menos durante 2018, cuando ¡ªen consonancia con el aniversario¡ª tocar¨¢ en 20 ciudades junto a Jairo Perera, Muchachito. ¡°Habr¨¢ muchos invitados, dependiendo de la disponibilidad¡±, adelanta quien se ha rodeado de artistas dispares como Loquillo, Rosana, Amparo S¨¢nchez, de Amparanoia, o Robe Iniesta, de Extremoduro.
¡°No suelo enfrentarme a mi pasado. Al rev¨¦s, lo miro con agradecimiento¡±, reflexiona el artista, que cree que, ¡°gracias a que el cerebro es muy inteligente y limpia las mierdas pasadas¡±, lo ve todo ¡°maravilloso¡±. Se ayuda ¡ªparad¨®jicamente, ya que dice estar muy alejado de la reli-gi¨®n¡ª de un plateado crucifijo que cuelga de su pecho. ¡°Me gusta la simbolog¨ªa de cargar con la cruz. Me sirve para recordar d¨®nde estoy y mi insignificancia en el mundo¡±, justifica. Ahora, en ese universo donde se desenvuelve, el gran tema de conversaci¨®n es Catalu?a y su refer¨¦ndum por la autodeterminaci¨®n. Dejando claro que ¡°no mezcla la pol¨ªtica con la m¨²sica, porque la m¨²sica sale perdiendo¡±, Fito se arranca con una escueta evaluaci¨®n: ¡°Creo que hay dos fuerzas. Una no va a hacer nada y la otra tiene que moverse para ganar espacio. Es una pelea de gallos¡±.
Falta de libertades
Se moja m¨¢s en la situaci¨®n social que atraviesa el pa¨ªs. Le preocupa la falta de libertades a la hora de expresar las ideas. ¡°Parece que las obras son revisables. Que alguien tiene el derecho moral de examinarlas y tacharlas de lo que le apetezca, cuando cada uno puede escribir o pintar lo que le d¨¦ la gana¡±, apunta bas¨¢ndose en su experiencia.
Naci¨® en un Pa¨ªs Vasco donde ¡°te daban por todos los lados¡± y ha sido acusado de crear estereotipos negativos de las mujeres en sus letras. Nada le ha impedido vender 1,6 millones de discos en solitario. Muchos, antes de que Internet desbarajustara la industria. ¡°Es lo mejor para la m¨²sica¡±, indica quien se declara ¡°ferviente defensor¡± de YouTube. ¡°Gracias a ¨¦l, mucha gente ha podido actuar. Y a m¨ª me permite ver conciertos y aprender¡±, concluye el rockero, encantado con la heterog¨¦nea legi¨®n de seguidores que ha ido construyendo. ¡°La m¨²sica es intergeneracional. Si no, se muere. ?Yo no podr¨ªa estar tocando solo para gente de mi quinta!¡±, exclama, a pesar de que se le ilustre como eterno, como un esqueleto.
Evoluci¨®n a lo suave
El estilo, dice Fito Cabrales, es indiferente. Igual es que ¡°no hay instrumentos que molen m¨¢s o menos¡±. Tocar duro o suave es secundario. En su caso, la evoluci¨®n depende del momento vital. Sus discos han reflejado c¨®mo se encontraba ¨¦l en cada instante. Y puede que, en este periodo, la ternura que impregna sus composiciones se deba a la cantidad de ni?os que revolotea por el estudio de grabaci¨®n. O porque haya dejado atr¨¢s eso de escribir y salir de gira de forma salvaje, como cuando iba con Platero y T¨² cantando eso de ¡°hoy me encuentro muy bien, voy a acabar borracho¡±.
"La m¨²sica que engancha es la de baile", asevera tajante quien goza de un manojo de estribillos coreado por todo tipo de oyentes. Y eso que ¨¦l le reza a diario a B. B. King, su Virgen del Roc¨ªo. "El que crea que el rock, como el blues o el soul, es mayoritario est¨¢ muy equivocado".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.