Ruindades familiares y sociales bajo un invernadero de pl¨¢stico

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¡°En teatro, me niego a entrar en la zona de confort¡±

Es tal la angustia que despide la vida en ese invernadero de pl¨¢stico. Es tal el miedo que confiesan algunos, los secretos que esconden los tomates rojos y espl¨¦ndidos, la desesperaci¨®n de saberse nacido en el sitio equivocado, los prejuicios, las supersticiones y las extra?as enfermedades que pocos imaginan un final feliz. Dentro de la tierra, la obra de Paco Bezerra ganadora del Premio Nacional de Literatura Dram¨¢tica en 2009, abre la temporada del Teatro Valle-Incl¨¢n, de Madrid, bajo la direcci¨®n de Luis Luque. Una poderosa escenograf¨ªa, de tomateras, la belleza de las ra¨ªces de un olivo milenario y la fertilidad de la tierra, situar¨¢ al p¨²blico en el interior de ese misterioso invernadero, uno de los miles que pueblan la provincia de Almer¨ªa. La obra, protagonizada por Jorge Calvo, Mina El Hammani, Samy Khalil, Chete Lera, Ra¨²l Prieto, Pepa Rus y Julieta Serrano, se estrena el pr¨®ximo d¨ªa 11 y estar¨¢ en cartel hasta el 19 de noviembre.

El joven Indalecio viene cada d¨ªa desde ni?o a escribir al invernadero, un lugar prohibido. ¡°Debajo de estos pl¨¢sticos no es un sitio seguro¡±. Escribe en su cabeza y le tienen miedo por lo que imagina. Tiene Indalecio el presentimiento de que todos esos cuentos que le rondan atroces en su cabeza se conviertan en realidad. Algo esconde esa tierra f¨¦rtil bajo los pl¨¢sticos.

Bezerra y Luque, escritor y autor, trabajan juntos desde 2011 cuando presentaron La escuela de la desobediencia. Dentro de la tierra es el sexto montaje que comparten. Paco Bezerra (Almer¨ªa, 1978) conoce bien el paisaje del mar de pl¨¢stico. Dentro de la tierra es su obra m¨¢s autobiogr¨¢fica. ?l mismo creci¨® entre invernaderos y de ni?o sinti¨®, como Indalecio, la angustia de saberse nacido en el sitio equivocado, rodeado de gente feliz, pero en el que ¨¦l no estaba integrado. Tambi¨¦n la sensaci¨®n de ser una amenaza en un mundo en el que lo ¨²nico que primaba era el dinero. ¡°Amo a mi ciudad y por eso soy cr¨ªtico con ella. Almer¨ªa tiene m¨¢s terreno bajo pl¨¢sticos que al aire¡±, dice Bezerra sobre ese paisaje.

La primera lectura de Dentro de la tierra le dej¨® a Luis Luque (Madrid, 1973) una sensaci¨®n de asfixia, como si estuviera de verdad dentro de un pl¨¢stico. ¡°Es un mundo fant¨¢stico, on¨ªrico, que tiene que ver mucho con la tierra ancestral, esa tierra esot¨¦rica que tiene que ver con la tradici¨®n andaluza. Es una obra muy estimulante porque re¨²ne muchas cosas que pertenecen a nuestra propia cultura, nuestro imaginario y la forma de ver la vida¡±, asegura el director que se ha enfrentado a este relato dramat¨²rgico como a un enigma que hay que descifrar. ¡°Bajo ese pl¨¢stico hay dos mundos que colisionan, el mundo de lo real y el mundo de la ficci¨®n, el del artista frente a una familia que busca el dinero.

El invernadero esconde tambi¨¦n el maltrato y desprecio hacia los emigrantes que vienen a trabajar. Se vive el choque entre los personajes raros y los aparentemente normales¡±, explica el director tras un ensayo en el teatro. La obra tiene algo de f¨¢bula ecologista, de reflexi¨®n sobre los pesticidas y venenos que se utilizan en la agricultura para conseguir unas frutas u hortalizas de apariencia perfecta. "Este montaje para m¨ª es un gran acto de amor hacia Paco Bezerra; quiero que se sienta orgulloso de la poes¨ªa y la magia que encierra su obra y que todo ello se refleje en el espect¨¢culo", a?ade Luis Luque.

En medio de una dura cr¨ªtica a la plastificaci¨®n de una tierra, la ¨²nica construcci¨®n humana que se puede divisar desde el espacio, y a las duras condiciones de los trabajadores, el montaje es una suerte de auto sacramental, que vuelve su mirada a los ritos, lo sacro y los ancestros. As¨ª aparece la curandera La Quinta (Julieta Serrano) que, ataviada de una sart¨¦n, realiza un rito exorcista para intentar sacar ¡°el sol de la cabeza¡± del joven Indalecio. No estamos hablando de algo fant¨¢stico o irreal. El propio Bezerra fue sometido de joven al exorcismo del mal de ojo y al hecho de sacarle el sol de la cabeza, expresi¨®n utilizada en tierras almerienses cuando alguien cree que tiene delirios o se comporta de forma extra?a.