Una alternativa gamberra al Tenorio
El musical 'The Rocky Horror Show' regresa a Callao cada s¨¢bado para celebrar la noche de difuntos
Cuenta David Cebolla, protagonista de The Rocky Horror Show, que, durante uno de los bolos hace un tiempo, una espectadora se disgust¨® mucho porque el p¨²blico y el elenco llamaron varias veces puta a Janet, la protagonista, a lo largo de la funci¨®n. "Nos dijo que est¨¢bamos violando los derechos de la mujer", explica Cebolla. Lo que ella no sab¨ªa es que esos insultos forman parte de las gamberradas que p¨²blico y elenco intercambian durante este espect¨¢culo, uno de los m¨¢s representados en el mundo desde su estreno en Londres, hace m¨¢s de 40 a?os y adaptado al cine en 1975 con Tim Curry y Susan Sarandon. La versi¨®n teatral, cuyas bromas dejaron impactada a aquella espectadora, llega al Palacio de la Prensa de Madrid (Gran V¨ªa, 46), por un mes, con motivo del d¨ªa de difuntos. Puede verse cada s¨¢bado a las 20:30 h. (la entrada cuesta 20 euros) hasta el 4 de noviembre y contar¨¢ con una funci¨®n especial la noche de Halloween. Esta comedia de terror, rock&roll y desinhibici¨®n sexual se instala temporalmente en la capital con vocaci¨®n de convertirse en una alternativa gamberra a la tradicional representaci¨®n de Don Juan Tenorio de la v¨ªspera de Todos los Santos.
M¨¢s de un siglo separa ambos t¨ªtulos, conectados por el terror y el alto voltaje sexual, aunque Rocky Horror no acabe de manera ejemplarizante. "Se habla de la libertad sexual todo el tiempo¡±, apunta Daniel Barrag¨¢n, productor e int¨¦rprete, que lleva un a?o trabajando en este proyecto. Un erotismo a quemarropa que provoca el despertar sexual de Brad y Janet, la modosa pareja protagonista, en el castillo del doctor Frank-N-Furter, un Frankenstein con medias de rejilla, boa de plumas y cors¨¦, que vive rodeado de siniestras, y glamurosas, criaturas. Entre ellas Rocky, un musculoso efebo, creado para satisfacer las necesidades del libidinoso cient¨ªfico travesti.
"Frank sigue siendo andr¨®gino pero es m¨¢s en¨¦rgico y dominante que nunca", asegura Cebolla, quien lo interpreta en esta producci¨®n. "Tambi¨¦n es m¨¢s elegante¡± a?ade este miembro de la Rocky Horror Spain, una compa?¨ªa profesional con nueve actores, cinco m¨²sicos y cuatro bailarines, especializada en este t¨ªtulo. Ellos se conocen al dedillo los di¨¢logos ¨Cen castellano- y las canciones ¨Cen ingl¨¦s-, igual que su p¨²blico que canta y baila a la vez. Especialmente Time Warp, una de las m¨¢s populares, con coreograf¨ªa propia. ¡°Pocas obras tienen tanto tir¨®n¡±, asegura su productor.
"La interacci¨®n es uno de los elementos que atrae al p¨²blico¡±, apunta Pedro Entrena, su director. Tanto, que los espectadores pueden comprar un kit de participaci¨®n que incluye una pistola de agua, confeti, dos naipes, un globo y un guante de goma. Un folleto explica c¨®mo y cu¨¢ndo hay que usar cada uno.
El delirio va en aumento a lo largo de la ceremonia rock. "Hay un momento en el que todos los actores llevan tacones y boas¡±, confiesa su director. Muchos menos complementos, sin embargo, de los que se ven entre el p¨²blico que acude disfrazados de los personajes. Es una tradici¨®n instaurada en las sesiones golfas de fin de semana de mediados de los setenta, cuando Rocky Horror, la pel¨ªcula, se populariz¨® en EEUU. Poco antes, en septiembre de 1974, se hab¨ªa estrenado en Madrid con Teddy Bautista y Mayra G¨®mez Kemp. Fue en la discoteca Cerebro, en vez de un teatro, para evitar la censura franquista.
Este t¨ªtulo se ha mantenido siempre al margen de la Gran V¨ªa. Hasta ahora. ¡°Las grandes productoras nunca han valorado Rocky y gracias, porque si se interesasen por ¨¦l se nos acabar¨ªa el negocio¡±, explica sobre este desvergonzado t¨ªtulo, cuyo humor transgresor sigue vigente cuatro d¨¦cadas despu¨¦s.
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