Una mujer bajo la influencia

Tras su despegue en el Off, en abril de 2009 lleg¨® a Broadway Next to Normal, con libro y letras de Brian Yorkey y m¨²sica de Tom Kitt. Firmaba el montaje Michael Greif, el director de Rent. Next to Normal recibi¨® las bendiciones de la cr¨ªtica, permaneci¨® tres a?os en cartel, gan¨® tres Tony y se llev¨® el Pulitzer al mejor drama en 2010. Se represent¨® luego en medio mundo, con estancias prolongadas: en Buenos Aires lleva seis temporadas. Luis Romero, responsable de la puesta bonaerense, la ha montado ahora en nuestro pa¨ªs, en espl¨¦ndida producci¨®n de Nostromo Live, bajo el t¨ªtulo de Casi normales. La adaptaci¨®n espa?ola est¨¢ hecha sobre la argentina de Marcelo Kotliar, Pablo del Campo y Diego Jaraz, con revisi¨®n de letras a cargo de Marc G¨®mez.

El espect¨¢culo se estren¨® en septiembre en el teatro P¨¦rez Gald¨®s de Las Palmas y ha recalado en el Barts barcelon¨¦s, donde lo vi la semana pasada. Excelente trabajo. Un musical distinto, arriesgado, con interpretaciones muy notables, y un sonido excepcional de voces y m¨²sica, como hac¨ªa tiempo que no escuchaba. Y una direcci¨®n con claridad y br¨ªo: dos horas y media, con intervalo, que pasan a un ritmo viv¨ªsimo. Para resumirlo en cuatro palabras: talento, entrega, emoci¨®n, sutileza.

Casi normales arranca en clave de comedia ¨¢cida, como si Diana, la madre, viviera en una serie a lo Modern Family, hasta que sucede algo extra?o en el desayuno y la risa se corta en seco. Diana sufre lo que hoy se llama trastorno bipolar y antes maniaco-depresivo, unido a no menos terribles crisis delirantes. Nina ha encontrado el papel de su vida (intenso, complejo) y lo borda. Con su voz hace lo que quiere y m¨¢s, aunque quiz¨¢s su poder¨ªo f¨ªsico vaya un poco (solo un poco) a la contra del personaje: demasiada fuerza, pens¨¦ en alg¨²n momento, para estar tan rota, pero tras los nueve a?os de Mamma Mia! sabe lat¨ªn y muestra aqu¨ª una gran gama de matices y un soberbio equilibrio entre humor y dolor, fiereza y fragilidad.

No es una partitura f¨¢cil de interpretar. Las influencias son muy dispares, desde la ¨®pera rock (Tommy) hasta las filigranas de Sondheim

Dan, su marido, mezcla el optimismo con la negaci¨®n. Permanece a su lado, pero la chica de la que se enamor¨® est¨¢, literalmente, muy lejos; ni ¨¦l es ya, por supuesto, aquel muchacho. Un gran pesar, que se revelar¨¢ a media funci¨®n, los une y los separa. Nando Gonz¨¢lez, que tambi¨¦n estuvo en Mamma Mia!, defiende con espl¨¦ndida voz (Una luz en la oscuridad, que cierra la primera parte) y sobriedad actoral a un Dan introvertido, condenado a no crecer emocionalmente hasta el segundo acto.

Nina y ¨¦l alcanzan altas cotas emotivas en las escenas de la caja de m¨²sica y de las viejas fotos, y de nuevo lamento no poder ser m¨¢s concreto. Siguen las voces fenomenales: Jana G¨®mez (retengan ese nombre) en el rol de Natalia, la hija, una adolescente superdotada, que anhela el amor de su madre y teme heredar su enfermedad. Guido Balzaretti, otro fuera de serie, es Gabriel, el hermano, el preferido, una singular y muy bien observada mezcla de ¨¢ngel y demonio. Es dif¨ªcil resumir los personajes de Brian Yorkey (tambi¨¦n creador, por cierto, de la serie Por trece razones, en Netflix) porque no te los ventilas en dos frases, y los contemplamos desde dos ¨¢ngulos: lo que vemos nosotros y lo que ve (o cree ver) Diana. Hay dos m¨¦dicos, el doctor Fine y el doctor Madden, interpretados por un mismo actor (Roger Berruezo): Fine llena a Diana de f¨¢rmacos hasta que no siente nada (¡°Est¨¢ estable¡±), y Madden, una mezcla de psicoanalista y gur¨² a quien Diana contempla como una estrella de rock, opta por una medida que no revelaremos, pero gana en humanidad a medida que avanza la historia. Cierra el reparto Fabio Arrante como Henry, el amigo de Natalie: al principio tememos que sea un puro c¨®mic relief, pero acaba siendo el personaje m¨¢s luminoso de la funci¨®n.

Jos¨¦ Novoa firma vestuario y una escenograf¨ªa en tres niveles: en el primero, el mundo de la pareja y los m¨¦dicos; en el segundo, Natalie y Henry (y Gabriel, que va de un espacio a otro); en el tercero, la banda.

Orquesta fin¨ªsima, superlativa, atenta a los menores detalles, bajo la direcci¨®n de Abel Garriga (tambi¨¦n al piano) y Xavier Torras, con Marc Camero (bajo), Dusan Jevtovic (guitarra), Marta Roma (chelo), Dani Cea (bater¨ªa) y Quim Serra (bater¨ªa): otro gran bravo para ellos.

No es una partitura f¨¢cil de interpretar. Las influencias son muy dispares, desde la ¨®pera rock (Tommy, de The Who) hasta las filigranas de Sondheim. No me explayo porque hay m¨¢s de 30 temas, de los que me vuelven al recuerdo Sin las monta?as, preciosa balada country sobre los altibajos emocionales que Nina canta un poco ¡°a lo Emmylou Harris¡±, el Soy real a cargo de Guido Balzaretti, y el l¨ªrico cierre de Luz, que podr¨ªa ser un tema de The Carpenters. No olviden que a¨²n pueden ver Casi normales en el Barts, que estar¨¢ a partir del 23 de noviembre en el Campos El¨ªseos de Bilbao, y el 14 de diciembre llegar¨¢ a La Latina de Madrid.

¡®Casi normales¡¯, de Brian Yorkey y Tom Kitt. Barts (Barcelona). Director: Luis Romero. Int¨¦rpretes: Nina, Nando Gonz¨¢lez, Jana G¨®mez, Guido Balzaretti, Roger Berruezo, Fabio Arrante. Hasta el 14 de noviembre.