Helen Lewitt, retratos clandestinos en un vag¨®n
Un libro recopila todas las im¨¢genes tomadas en el metro de Nueva York por la fot¨®grafa, una de las figuras m¨¢s relevantes de la fotograf¨ªa de calle de mediados del siglo XX
A los 25 a?os era tan solo una aprendiz de fotograf¨ªa, pero su talento ya comenzaba a despuntar como la delicada observadora que lleg¨® a ser. Helen Levitt (Nueva York, 1913-2009) asist¨ªa a Walker Evans en su laboratorio de fotograf¨ªa. Corr¨ªan los a?os treinta y, habiendo ¨¦l alcanzado la fama tras documentar la Am¨¦rica rural de la depresi¨®n, posaba su mirada en los usuarios del metro neoyorquino, s¨ªmbolo entonces de la vida moderna de una ciudad que nunca duerme. Quer¨ªa fotografiar de forma clandestina a los viajeros. En un principio la joven fot¨®grafa lo acompa?¨® con el prop¨®sito de servir de elemento de distracci¨®n a los pasajeros mientras Evans disparaba la c¨¢mara, pero pronto la artista decidi¨® tomar sus propias im¨¢genes, fiel a su particular interpretaci¨®n del momento.
En el metro ¡°se baja la guardia, y uno se quita la m¨¢scara¡±, escrib¨ªa Evans, ¡°a¨²n m¨¢s que en los solitarios dormitorios (donde hay espejos). Los rostros de la gente reposan desnudos dentro de los vagones¡±. Sin tel¨¦fonos m¨®viles, la gente esperaba su parada de destino perdida en pensamientos u observando a quienes les rodeaban en los oscuros y claustrof¨®bicos vagones. ¡°Una localizaci¨®n de ensue?o para cualquier fot¨®grafo cansado del estudio y de los horrores de la vanidad, que dentro del bamboleo de esta caja sudorosa encuentra un desfile de modelos cautivos y naturales, cuya selecci¨®n queda determinada de forma autom¨¢tica por el puro azar¡±, se?alaba el fot¨®grafo. Hacer fotos en el metro de Nueva York fue ilegal hasta 1994 (aunque normalmente se pasaba por alto la ofensa), por lo que decidi¨® pintar su c¨¢mara Contax de color negro; camuflada bajo su abrigo, disparaba entre los pliegues accionando el obturador con un cable que corr¨ªa debajo de la manga de su camisa.
Lewitt tom¨® sus propias fotos utilizando el mismo mecanismo. Ambos compart¨ªan el cuarto oscuro, por lo que durante a?os se gener¨® mucha confusi¨®n en cuanto a la autor¨ªa de las fotograf¨ªas. Sin embargo, Evans y Lewitt diverg¨ªan mucho en sus miradas. Mientras Evans siempre manten¨ªa una distancia con sus temas, ¡°Lewitt era m¨¢s emp¨¢tica e informal con la c¨¢mara¡±, resalta el cr¨ªtico David Campany en el pr¨®logo del monogr¨¢fico Manhattan Transit: The Subway Photographs of Helen Lewitt. Publicado por Walter K?ning K?hl, recoge la serie completa de las im¨¢genes que la fot¨®grafa realiz¨® en el metro, e incluye material in¨¦dito. ¡°Sus mejores fotograf¨ªas se deben a que estaba muy presente en el mundo, dej¨¢ndose ver como una compa?era ciudadana, no como una fot¨®grafa que marca distancias¡±, destaca Campany.
Lewitt volver¨ªa a fotografiar a los pasajeros del metro neoyorquino cuarenta a?os m¨¢s tarde. Esta vez sola, pues Evans muri¨® en 1975. ¡°Parec¨ªa que retomaba el tema exactamente donde lo hab¨ªa abandonado en 1938", se?ala David Campany, ¡°pero en general su fotograf¨ªa era menos contenida, m¨¢s de acorde con la soltura de su fotograf¨ªa de calle¡±. El cambio en el ambiente, mucho m¨¢s informal, contribu¨ªa a ello; as¨ª como las mejoras t¨¦cnicas de las c¨¢maras.
¡°Me cuesta expresarme, me expreso con im¨¢genes¡±, dec¨ªa la evasiva artista. Fot¨®grafa de fot¨®grafos, encontr¨® su voz en las calles de Nueva York, que la convirtieron en un referente para las generaciones venideras. Tendente a la soledad, vivi¨® la mayor parte de su vida en un cuarto piso de la 13th East Street de Nueva York. Su infancia transcurri¨® en Brooklyn. Quer¨ªa ser artista pero no sab¨ªa dibujar, as¨ª que abandon¨® el instituto para trabajar con un fot¨®grafo comercial. Tuvo la oportunidad de acompa?ar a Cartier-Bresson durante una sesi¨®n en el muelle del barrio y qued¨® impresionada no solo por la maestr¨ªa del franc¨¦s sino tambi¨¦n por la ligereza de la Leica de 35mm. Con ella comenz¨® a fotografiar los ni?os de la calle y sus grafitis, temas que permanecieron constantes en su vida. West Forties, el Harlem espa?ol y el Lower East Side se convirtieron en sus feudos.
En 1943, el MoMA le dedic¨® una exposici¨®n, Helen Lewitt: Photographs of Children, que no incluy¨® ninguna de sus fotograf¨ªas del metro. Fue Luis Bu?uel quien a finales de los a?os cuarenta la anim¨® a dedicarse al cine documental, y as¨ª lo hizo durante un tiempo mientras Nueva York segu¨ªa siendo el escenario de su obra. Aparte de fotografiar M¨¦xico DF en 1941, nunca dej¨® de fotografiar su ciudad natal. Pionera del color, disfrut¨® de una beca Guggenheim para fotografiar la ciudad en todo su esplendor crom¨¢tico. Dos a?os antes de que El MoMA celebrase la m¨ªtica exposici¨®n de William Egglestone (considerado como el gran pionero de fotograf¨ªa en color), el museo ya hab¨ªa organizado un pase de sus diapositivas.
¡°Las fotograf¨ªas no ¡®hablan por s¨ª mismas¡¯, pero su riqueza es con frecuencia el resultado de su mutismo. Levitt comprendi¨® esto¡±, escribe Campany. Dedic¨® su vida a captar el lenguaje de la calle, las emociones de sus habitantes inscritas en sus gestos y sus movimientos. Sus im¨¢genes no tienen nombre, no necesitan explicaci¨®n; ¡°son solo lo que se ve¡±, dec¨ªa la artista. Son, ¡°de forma gentil y sin pretensiones, una gran obra de arte¡± dir¨ªa de estas su amigo el escritor James Agee.
Manhattan Transit: The Subway Photographs of Helen Lewitt. Publicado por Walter K?ning K?hl. 84 p¨¢ginas. 50 euros.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.