Muere el actor argentino Federico Luppi

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Federico Luppi sab¨ªa perfectamente que Las ¨²ltimas lunas, la obra final de su largu¨ªsima trayectoria en el teatro, la gran pasi¨®n de su vida, ten¨ªa detr¨¢s una historia tr¨¢gica. Fue la ¨²ltima representaci¨®n de Marcello Mastroianni antes de morir. Pero Luppi no ten¨ªa ninguna intenci¨®n de seguir los pasos del actor italiano. A sus 81 a?os, quer¨ªa vivir para la siguiente obra, la pr¨®xima pel¨ªcula, y se indignaba con los problemas de salud que le dificultaban su carrera. Era un grandull¨®n incansable al que solo la mala suerte de una ca¨ªda en su casa en el barrio de Villa Crespo apart¨® de los escenarios. Unos meses despu¨¦s de esa ca¨ªda, y tras un recorrido de ida y vuelta por hospitales, el actor muri¨® el viernes en la Fundaci¨®n Favaloro de Buenos Aires.

Luppi, de familia humilde, emigrantes italianos que viv¨ªan en el campo en Ramallo, a 200 kil¨®metros de Buenos Aires, tuvo exactamente la vida que siempre so?¨® tener. Hizo todo tipo de trabajos hasta que logr¨® consagrarse como actor a partir de 1965 y desde entonces no par¨®. Hizo m¨¢s de 100 pel¨ªculas, entre ellas algunas m¨ªticas como Tiempo de revancha (1981), Un lugar en el mundo (1992), Lugares comunes (2002), Plata dulce (1982), o las de Guillermo del Toro, Cronos (1993) El espinazo del diablo (2001) y El laberinto del fauno (2006). ¡°Nuestro Olivier, nuestro Day Lewis, nuestro genio, mi amigo querido. Hombre bueno y leal. Adios Federico¡±, escribi¨® el director. La ¨²ltima que rod¨® fue Nieve negra (2017), con Ricardo Dar¨ªn , en la que mostraba a sus 80 a?os que conservaba su enorme presencia ante la c¨¢mara.

Logr¨® fama mundial, se convirti¨® en el actor fetiche de leyendas como Adolfo Aristarain y vivi¨® rodeado del mundo de actores y directores en los asados del domingo en su casa con su mujer y compa?era de los ¨²ltimos 20 a?os, la actriz y directora espa?ola Susana Hornos. Ella le condujo en Las ¨²ltimas lunas, una reflexi¨®n sobre la vejez en la que Luppi hac¨ªa un papel soberbio de alguien que era la ant¨ªtesis que ¨¦l: un hombre que acepta que sus hijos lo manden a una residencia de ancianos. ?l muri¨® en la Fundaci¨®n Favaloro pero hasta el d¨ªa anterior estuvo luchando en su casa y con ganas de recuperarse para hacer m¨¢s obras.

En esas reuniones el veterano actor solo se encend¨ªa al hablar de pol¨ªtica o de actores, al recordar la larga tradici¨®n del teatro argentino, los grandes maestros con los que creci¨®, y se inquietaba con el estado de una profesi¨®n que est¨¢ sufriendo una vez m¨¢s la dur¨ªsima crisis de su pa¨ªs. Su casa era casi un teatro, con un peque?o anexo para poder ensayar con Hornos y otros las obras que iban montando. Hornos y Gustavo, uno de los dos hijos que Luppi tuvo de su primer matrimonio, se consolaban cerca del hospital pensando que el actor hab¨ªa llevado una vida plena hasta el final haciendo lo que le apasionaba.

Luppi era profundamente argentino, siempre pendiente de la actualidad de su pa¨ªs y dispuesto a tomar partido pol¨ªtico. Particip¨® en 1974 en La Patagonia Rebelde, de H¨¦ctor Olivera, una pel¨ªcula que trajo problemas en la dictadura a todos los que la hicieron, como H¨¦ctor Alterio, el otro gran actor argentino de su generaci¨®n. Incluso en los ¨²ltimos meses, ya enfermo y muy debilitado en su casa, se indignaba al ver las noticias. En 2001, cuando la econom¨ªa argentina estall¨® por los aires y cinco presidentes se sucedieron en menos de dos semanas, Luppi decidi¨® instalarse en Espa?a. Pero no tard¨® mucho en volver a su Buenos Aires, donde el mundo teatral, su mundo, tiene tanta fuerza que puede competir con cualquier capital del planeta.

Apoy¨® al kirchnerismo, pero fue de los primeros en augurar que ven¨ªa un cambio social y ganar¨ªa Mauricio Macri, algo que le horrorizaba. ¡°Tengo la amarga sensaci¨®n de que en las legislativas van a ganar¡±, dijo hace unos meses sobre las elecciones de este domingo. Luppi, que viv¨ªa con sencillez en una casa de clase media con un peque?o jard¨ªn, reprochaba a Macri el aumento del coste de la vida en Argentina, con una inflaci¨®n disparada. "Por primera vez en mi vida me angustio cuando llega fin de mes. Nunca me pasaba eso. Llego con lo justo a fin de mes¡­ si llego. Aqu¨ª se hacen grandes negocios mientras la gente que gana 10 lucas (10.000 pesos, 500 euros) tiene que pagar 7.000 de luz o de gas", clam¨® en su ¨²ltima entrevista en febrero.

Esa veta pol¨ªtica fue recordada por Pablo Iglesias, l¨ªder de Podemos: ¡°Pocos actores supieron tocar las conciencias como ¨¦l. Que la tierra te sea leve maestro¡±, escribi¨®. El ministro de Cultura de Macri, Pablo Avelluto, tambi¨¦n tuvo un recuerdo para ¨¦l: ¡°Adi¨®s a Federico Luppi. Uno de nuestros mayores actores. Nos deja escenas memorables en el cine y el teatro¡±.

Su vida gir¨® en torno al teatro, al cine y a la historia de su pa¨ªs, de la que fue siempre de alguna manera protagonista. Un recorrido lleno de amigos, de c¨ªrculos personales, algunos dram¨¢ticos. Cuando era muy joven, por ejemplo, trabaj¨® con el padre de Juan Diego Botto, Diego Fernando, tambi¨¦n actor. Botto fue secuestrado por la dictadura y desapareci¨® en 1977. Luppi, que no lleg¨® a exiliarse aunque pas¨® largas temporadas en Espa?a, tuvo en sus brazos al peque?o Juan Diego, con el que mucho despu¨¦s protagonizar¨ªa Mart¨ªn Hache (1995), uno de sus ¨¦xitos m¨¢s recordados en Espa?a. Botto, como todos los que conocieron a Luppi y su enorme talento, tambi¨¦n estaba conmocionado. ¡°El mundo hoy es m¨¢s gris. Inmenso ser humano, grand¨ªsimo actor. Gracias por todo, Fede¡±, escribi¨®.

El m¨®vil de Hornos no paraba de recibir mensajes de todo el mundo, de la di¨¢spora de actores argentinos repartidos por el planeta, pero sobre todo de Espa?a. ¡°Gran referente de la interpretaci¨®n mundial. Gracias por todo¡±, escrib¨ªa Antonio Banderas. Nadie olvida a los dos lados del Atl¨¢ntico los papeles clave de un actor inagotable.