Aquella fiesta total con nombre de pescado, ¡®bakalao¡¯
¡®En ¨¦xtasis¡¯, ahora traducido al castellano, fue el primer libro que analizaba la dimensi¨®n sociocultural de la ruta festiva de los noventa
Esto no va de la fiesta, sino de La Fiesta. Trademark, s¨ª. Sudor, ritmo y no parar. Esto va de cuando una generaci¨®n preol¨ªmpica se dio a la juerga y la convirti¨® en patrimonio. Y ya de paso, esto va de cuando gener¨® un movimiento musical, social y cultural que arras¨® Espa?a y qued¨® proscrito hasta hace muy poco. En ¨¦xtasis (Barl¨ªn Libros), del periodista y profesor universitario Joan M. Oleaque, publicado hace m¨¢s de diez a?os en catal¨¢n y finalmente ahora en castellano, es el primer libro que toma en toda su dimensi¨®n La Fiesta y la ruta del bakalao en la costa valenciana y sit¨²a al fen¨®meno social como una verdadera ebullici¨®n cultural.
1. Valencia. La ruta fue valenciana, entre muchas razones, por sus discotecas. Barcelona y Madrid ya eran polos culturales que se reflejaban en lo internacional, pero en Valencia estaba todo por hacer. ¡°Aqu¨ª hab¨ªa pegado fuerte el New romantic y lo ligado a las discotecas, somos una ciudad muy desprejuiciada, con ganas de experimentaci¨®n. Si a eso le sumas la proximidad a Ibiza, y un sentido hedonista conjunto, es l¨®gico que sucediera aqu¨ª¡±, explica Oleaque.
2. La m¨²sica. Ante todo, la ruta fue una experiencia musical rica, compleja y que se desarroll¨® ajena a todo y con clara vocaci¨®n de didactismo. Se quiso dejar de lado el funk, porque se asociaba a las discotecas rancias de los setenta y los dj's de las discotecas valencianas -Barraca, Chocolate, Spook...- apuestan por mezclas que van del industrial, lo que ahora se conoce como EDM, y el refinamiento del underground m¨¢s experimental. ¡°En un pub de pueblo pod¨ªa sonar Cabaret Voltaire porque eso era lo que se pinchaba en Valencia. La gente se educaba con los dj's, que quer¨ªan alejarse por encima de todo de la radiof¨®rmula¡±, dice el autor.
3. La diversidad. Contrariamente a lo que ha trascendido, el bakalao no fue exclusivo de las clases populares, sino m¨¢s bien un fen¨®meno interclasista y variado. Las discotecas, especialmente durante la primera ¨¦poca, democratizaron la fiesta en todos los sentidos. Incluso los patrones de g¨¦nero y sexualidad fueron mucho m¨¢s abiertos e inclusivos. Seg¨²n el periodista, ¡°las discotecas eran un espacio de teatro, de conciertos, de desfiles de moda, en definitiva: de vanguardia. El ambiente suger¨ªa todo lo diferente fuera celebrado, y eso incluy¨® a las drag queens, a las sexualidades que anteriormente se ve¨ªan fuera de la norma, e incluso al papel de las mujeres, que en la ruta tuvo much¨ªsima m¨¢s relevancia y se alej¨® de la ranciedad de las discotecas tradicionales, en los que eran acosadas o estigmatizadas si se lo pasaban bien bailando¡±.
4. Las drogas.?En ¨¦xtasis explica c¨®mo las drogas sint¨¦ticas fueron el lubricante natural de una fiesta que necesitaba de ayuda para seguir m¨¢s all¨¢ del amanecer. Primero las mescas, las mescalinas valencianas, m¨¢s adelante el speed y la coca¨ªna, y, por supuesto el MDMA. Todas formaron parte de una cultura de clubs ¨²nica en Espa?a, y que los medios demonizaron. ¡°En la ruta la gente se drogaba, pero lo m¨¢s trascendente es que la generaci¨®n anterior aprendi¨® que hab¨ªa m¨¢s drogas que los porros y la hero¨ªna a trav¨¦s de lo que los medios contaban de Valencia. Eso contribuy¨® a su criminalizaci¨®n, al final¡±.
5. El final. La presi¨®n policial y la deriva hacia la makina -m¨¢s r¨¢pida, m¨¢s agresiva, m¨¢s fuerte-, generada en Catalu?a por Nando Dixcontrol, entre otros, alej¨® el inter¨¦s del los ruteros hacia otros puertos. ¡°Cuando la m¨²sica que hab¨ªa en las grandes discotecas ya las pod¨ªas escuchar en las verbenas de los pueblos y en el extrarradio de las grandes ciudades, ?para qu¨¦ moverse?¡±, argumenta Oleaque. As¨ª, al final lleg¨® el final. Y la ruta qued¨® enterrada medi¨¢ticamente como un fen¨®meno social de garrulos. Hasta hoy.
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Autor: Joan Manuel Oleaque.
Editorial: Barlin (2017).
Formato: tapa blanda (192 p¨¢ginas).
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