La tragedia salvadore?a tambi¨¦n es teatro

Magdalena Henr¨ªquez ten¨ªa 15 a?os cuando tuvo su primer hijo. Vest¨ªa faldas largas y no se arreglaba nunca. No ten¨ªa tiempo. Se levantaba a las cuatro de la ma?ana para trabajar y volv¨ªa a casa a las 10 de la noche. Su ¨²nica preocupaci¨®n era ganar al menos cinco d¨®lares con la venta de tortillas de ma¨ªz para alimentar a sus hijos.

En esa espiral de pobreza y violencia machista han vivido ella y las otras cinco actrices que forman parte de la compa?¨ªa teatral La Cachada. Ruth (la hermana de Henr¨ªquez), Magali Lemus, Wendy Hern¨¢ndez, Marian Santamar¨ªa y Evelyn Chileno act¨²an por primera vez en varias ciudades espa?olas representando Si vos no hubieras nacido, una obra que relata su experiencia de malos tratos, tristeza y penurias que les toc¨® vivir durante su juventud.

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Nunca imaginaron subir a un avi¨®n y mucho menos pasearse por los escenarios espa?oles. Una campa?a de crowdfunding les ha permitido cruzar el Atl¨¢ntico para mostrar que la tenacidad y la solidaridad pueden cambiar las vidas y permitir tener sue?os. Los suyos empezaron a fraguarse cuando decidieron dejar a sus 11 ni?os en una guarder¨ªa de la fundaci¨®n CINDE ¡ª que trabaja con los sectores sociales m¨¢s desfavorecidos de El Salvador¡ª y se apuntaron a un taller que pretend¨ªa generar m¨¢s autoestima. ¡°Si nos confesaban que en realidad era un taller de teatro, lo ¨ªbamos a ver como una p¨¦rdida de tiempo, era como hablarnos de nieve en El Salvador¡±, explica Henr¨ªquez. De las 25 mujeres inscritas, solo quedaron ellas seis. Y as¨ª empez¨® todo.

Tres a?os despu¨¦s, una de ellas, que ya ten¨ªa dos hijos, qued¨® embarazada otra vez. ¡°No nos ense?aron a decidir sobre nuestro cuerpo. La mujer tiene hijos y ya¡±, explica Ruth Henr¨ªquez. Fue el punto de partida para generar una reflexi¨®n sobre el proceso de violencia y maternidad forzada en el que estaban inmersas. Y eso es justamente lo que quieren transmitir a la sociedad salvadore?a.

¡°Queremos desmontar que las cosas son as¨ª de por ley¡±, explica Egly Larreynaga, la directora e iniciadora del proyecto. ¡°La Cachada ha sido una bofetada de realidad para todos los sectores de la poblaci¨®n. Ellas representan algo muy salvadore?o, muy popular, historias a las que normalmente no se les da importancia¡±, apunta.

En escena, Evelyn Chileno tiene el rostro cansado. Carga con tres ni?os y dos bolsas de grandes dimensiones. Vende de todo: sostenes, escobas, discos. Cuando por fin llega a casa, en un autob¨²s repleto, solo le queda gritar.

El escenario se queda a oscuras. Magali Lemus, de tez morena y embarazada, est¨¢ sola en el hospital. Recuerda entonces lo que le dijeron los m¨¦dicos en el paritorio: ¡°?Le duele? Con el marido encima seguro no te quejabas¡±. Le acaban de hacer una ces¨¢rea, una m¨¢s. Le preguntan entonces cu¨¢ndo se va a esterilizar para no tener m¨¢s hijos.

La obra ha sido presentada en c¨¢rceles y comunidades rurales salvadore?as. Las reacciones siempre difieren. Pero Marian Santamar¨ªa se ha dado cuenta de que los momentos en los que la gente se r¨ªe son aquellos con los que se identifican m¨¢s y en los cuales se ha normalizado la violencia: cuando los padres gritan o golpean a los ni?os o cuando un m¨¦dico de un hospital se?ala a una mujer embarazada diciendo: ¡°?Esta es la violada verdad?¡±. Santamar¨ªa cree que en Espa?a habr¨¢ m¨¢s silencios.

Ahora, la meta de todas ellas es que el p¨²blico espa?ol entienda un poco m¨¢s su realidad y la de tantas otras mujeres salvadore?as. Despu¨¦s de haber pasado por Sevilla y M¨¢laga, presentar¨¢n los pr¨®ximos d¨ªas la obra en C¨¢diz, Le¨®n, Segovia y Madrid.

El nombre de la compa?¨ªa significa una ganga, un objeto que est¨¢ a punto de caducar o que ha sido robado. Para ellas, esta es la oportunidad de su vida. No se la quieren perder.