¡°Lo ocurrido en Hollywood muestra un sistema de depredaci¨®n contra la mujer¡±
La escritora mexicana, que ha recibido este mi¨¦rcoles el premio Alfonso Reyes, reflexiona sobre las redes sociales y su capacidad para banalizarlo todo
Podr¨ªa parecer que Margo Glantz tiene una actitud apocal¨ªptica. Pero no es ella, sino la realidad, que se ha vuelto catastr¨®fica. La escritora mexicana tiene argumentos suficientes para demostrarlo: la fortaleza de la ultraderecha en Europa, la injerencia de Putin en las elecciones o la violencia en M¨¦xico, cita entre otros muchos ejemplos. ¡°Se est¨¢ creando un neonazismo. Es alarmante¡±.
Tuitera y facebookera a sus 87 a?os, Margo Glantz ha recibido este mi¨¦rcoles el premio Alfonso Reyes que, en otras ediciones, el Colegio de M¨¦xico y la fundaci¨®n Colmex han otorgado a pesos pesados de la cultura mexicana como el fil¨®sofo Luis Villoro, al escritor Jos¨¦ Emilio Pacheco o al historiador Miguel Le¨®n Portilla. Coleccionista de zapatos, aretes y pel¨ªculas, lo es tambi¨¦n de algunas obsesiones. ¡°Es aquello que me persigue siempre, me llama la atenci¨®n y vuelvo a ello reiteradamente¡±. Desde hace algunos a?os le inquietan las redes sociales; de ellas se ¡°engolosin¨®¡± tras la Primavera ?rabe, pero ahora se mantiene alerta: ¡°Se est¨¢n convirtiendo en algo nocivo¡±.
Doctora honoris causa por la Universidad de Alicante, Margo Glantz se adentrar¨¢ en el comportamiento de las redes sociales en el discurso de investidura que ofrecer¨¢ el 8 de noviembre en esta universidad y tambi¨¦n en un libro que espera publicar a comienzos de 2018. Advierte de la proliferaci¨®n de noticias falsas, la banalidad de la que todo se contagia en este medio y el efecto viral que da m¨¢s importancia al ¡°robo de las joyas de Kim Kardashian que la posibilidad de una guerra nuclear entre EE UU y Corea del Norte¡±. Y remata: ¡°Hay que recordar que Twitter es el medio preferido por el imb¨¦cil de Trump¡±.
Pregunta. Alfonso Reyes, Octavio Paz y Rosario Castellanos fueron, adem¨¢s de escritores, diplom¨¢ticos, ?si en la actualidad siguiese esta tradici¨®n, en qu¨¦ ciudad le hubiese interesado vivir?
En M¨¦xico, hay un sistema muy sofisticado para desvalijar
Respuesta. El PRI de aquel entonces era nefasto pero m¨¢s culto. Me hubiera gustado que me destinaran a Par¨ªs, una ciudad que me encanta, y tambi¨¦n a Madrid. All¨ª una amiga que acaba de morir, Luz del Amo, fund¨® el Instituto de M¨¦xico en Espa?a e hizo una labor important¨ªsima. Quiz¨¢ hubiera estado bien contribuir a esa labor.
P. As¨ª como Alfonso Reyes tiene la Capilla Alfonsina, un museo y un centro de estudios literarios en su honor, ?c¨®mo imagina Margo Glantz la suya?
R. Yo no tendr¨ªa capilla. Soy narcisista, pero no tanto (r¨ªe). Tengo muchos amigos que crearon una y luego no saben qu¨¦ hacer con ella. Me voy a morir pronto y a ver qu¨¦ pasa con mi biblioteca. Me gustar¨ªa que se donara a donde haya escasez de libros, algo que ocurre en muchos lugares de M¨¦xico.
P. La he visto ¨²ltimamente preocupada por el regreso de los fascismos.
R. Simplemente con leer los peri¨®dicos o ver Twitter, una se da cuenta de lo que est¨¢ ocurriendo. En Holanda por poco gana el partido de ultraderecha, en Francia casi lo hace Le Pen y en Austria ocurri¨® algo parecido. El problema de los refugiados est¨¢ creando un neonazismo. Es alarmante la situaci¨®n en el mundo y creo que no es un af¨¢n apocal¨ªptico pensarlo.
P. Y en M¨¦xico, ?c¨®mo ve las elecciones presidenciales de 2018?
R. Prefiero no verlas (r¨ªe). Va a estar terrible. No estoy muy de acuerdo con nadie.
?ltimamente me preocupa el cuerpo enfermo
P. Fake news, posverdad, la injerencia rusa en las elecciones,... ?Somos m¨¢s vulnerables que nunca?
R. La deformaci¨®n que nos produce la asiduidad a las redes sociales nos est¨¢ fragmentando el pensamiento. Y me gusta mucho el fragmento, lo trabajo en mi obra, y tambi¨¦n Twitter y Facebook, pero creo que se est¨¢ convirtiendo en algo muy nocivo. Somos m¨¢s vulnerables en todos los niveles.
P. ?Tambi¨¦n en el de la inseguridad en M¨¦xico?
R. Hace un mes robaron en mi casa con todo lujo de violencia. Vivo en ella desde hace 47 a?os y nunca hab¨ªa ocurrido. Los vecinos de Coyoac¨¢n estamos sufriendo robos de forma cotidiana que son muy especializados. Adem¨¢s hay secuestros, extorsiones,... Ya hay un sistema muy sofisticado para desvalijar a la gente que asusta profundamente.
P. La mujer sufre especialmente esta violencia, ?es Margo Glantz m¨¢s feminista que nunca?
Nos est¨¢n lavando el cerebro. Cada vez tenemos menos capacidad para reaccionar pol¨ªticamente
R. Cada vez es m¨¢s grave el acoso a las mujeres. Los casos de violencia en Uber o Cabify o lo que acabamos de ver en la Academia de los Oscar (sobre Weinstein) demuestra que existe un sistema de depredaci¨®n de los poderosos hacia las muchachas j¨®venes y bonitas. Esto ocurre en las oficinas, las escuelas,... En todas partes.
P. Es una gran coleccionista, ?tambi¨¦n en su literatura?
R. Colecciono zapatos, textos, aretes, libros,... Y al escribir tambi¨¦n colecciono. Siempre estoy buscando hablar sobre el pelo, los senos, los zapatos... Voy conformando (los textos) con fragmentos de obsesiones. Hago inventario, jerarquizo, catalogo.
P. ?Cu¨¢les son sus ¨²ltimas obsesiones?
R. Mi obsesi¨®n principal siempre ha sido el cuerpo femenino. Lo he trabajado mucho desde el punto de vista er¨®tico pero ¨²ltimamente, como estoy cada vez m¨¢s vieja, mucha gente ha muerto a mi alrededor y empiezo a o¨ªr muy mal, me preocupa el cuerpo enfermo.
Me interesa tambi¨¦n la p¨¦rdida de jerarqu¨ªa que se produce en las redes sociales. Todo adquiere el mismo nivel de importancia y de desimportancia. Se habla con el mismo ¨¦nfasis del divorcio de Brad Pitt y Angelina Jolie o del robo de las joyas de Kim Kardashian que de la posibilidad de una guerra nuclear entre EE UU y Corea del Norte. Es terrible la capacidad de banalizaci¨®n. El momento en el que la jerarqu¨ªa se pierde, se acaba con toda relaci¨®n con las cosas y con la posibilidad de entenderlas. Nos est¨¢n lavando el cerebro. Cada vez tenemos menos capacidad de reaccionar pol¨ªticamente.
Babelia
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