Violeta Parra: despu¨¦s de vivir un siglo
Todo Chile ha homenajeado aut¨¦nticamente a la cantautora con una intensidad pocas veces vista
A veces s¨ª tiene que pasar un siglo para entrar, definitivamente, al pante¨®n de los inmortales. La celebraci¨®n de los 100 a?os de Violeta Parra ha desbordado las escuelas, las instituciones, los medios de comunicaci¨®n, la academia, las expresiones art¨ªsticas y miles de agrupaciones comunitarias. El pa¨ªs entero la ha homenajeado aut¨¦nticamente, con una intensidad pocas veces vista. ?Por qu¨¦ una figura y no otra logra penetrar de manera tan profunda en el imaginario de las personas? ?Puede un Gobierno crear una leyenda a partir de su propio deseo?
Violeta Parra, en su tiempo, fue reconocida r¨¢pidamente por el pueblo quien, desde los mercados, las plazas y calles la ungi¨® como catalizadora de su identidad. No se necesit¨® un decreto ni una campa?a comunicacional para calar hondo en el sentir popular. Tampoco se demor¨® la ¨¦lite ilustrada en deslumbrarse con su genialidad expresiva; inclasificable por la versatilidad de su torrente art¨ªstico. Fue en el mundo institucional donde no ocup¨® el lugar anhelado.
Nacida en la pobreza rural del sur de Chile, en una ¨¦poca de pocas oportunidades, fue un ejemplo de emprendimiento. Solo con tes¨®n obstinado y con la certeza de su propio destino lleg¨® a lo m¨¢s alto, constituy¨¦ndose en un pilar de Am¨¦rica, conocida y valorada en el mundo entero. El ep¨ªteto folklorista con que se la ha clasificado durante mucho tiempo ha dado paso al de artista, abordando toda su complejidad y riqueza.
Parti¨® escuchando, mirando, recopilando. Ese acto de mirar al otro la distingue de otros artistas, puesto que dome?¨® su voz creativa para que permeara en ella la sabidur¨ªa acumulada desde siglos, en una cantora rural, un guitarrero de pueblo, una costumbre campesina o un olvidado payador. No es casual que el acto de ver al otro haya culminado con la creaci¨®n de ?ltimas composiciones, como una suerte de canto del cisne que entrega su joya final. Es en la madurez cuando aquilata y fusiona legado con creaci¨®n, entregando un monumento po¨¦tico y musical inigualable.
Su fuente de conocimiento fue el pueblo de Chile. Cuando le preguntaron con qu¨¦ arte de los que practicaba se quedar¨ªa, respondi¨® que ella elegir¨ªa quedarse con la gente. Y es a esa gente la que vio como depositaria de sus obras. En el campo chileno fija la mirada esencial. La flora es m¨ªnima, las mariposas peque?as, la lluvia larga, el piso de tierra. Todo es modesto y es esa sencillez la que pone en valor porque es el marco de lo amado. Su extraordinaria capacidad de moverse en todos los mundos y situaciones se la dio ese mundo original. Aquello que se vio con desd¨¦n, como pobre e insignificante, le despert¨® la lucidez para sumergirse en la condici¨®n humana, trascendiendo tiempo y espacio. Se adentr¨® en el Chile profundo que habl¨®, y habla, por ella, iluminando aquello que estaba oculto.
Una enfermedad que la dej¨® postrada algunos meses la impulsa a bordar con unas lanas que ten¨ªa a la mano el cubrecamas de su hija. Nuevamente, se expresa con lo m¨ªnimo, con lo que la tierra o lo cotidiano le entrega. Sin dise?o, ni dibujo previo y menos correcciones la obra apareci¨® solo al estirar el lienzo. As¨ª nacieron las arpilleras que llegaron a mostrarse en el Palais du Louvre. Bull¨ªan en su interior las palabras, las im¨¢genes, los sonidos, los colores pero siempre en conexi¨®n con el territorio y su gente. Sin embargo, el costo de esta tarea fue inmenso, puesto que tuvo que poner su cuerpo y alma como prenda.
Sus hijos ?ngel e Isabel Parra cautelaron su obra por d¨¦cadas, con el anhelo de construir un museo en su memoria. Los 100 a?os llegaron con la casa de Violeta lista. Las palabras que m¨¢s se repiten en el libro de sugerencias y comentarios del museo son gratitud y emoci¨®n. Es que la fuerza de su mensaje no pasa por el intelecto; se va directo al coraz¨®n.
Desde los balcones del Palacio de La Moneda se asomaron los m¨²sicos ante un p¨²blico multitudinario que cant¨® ante miles de personas congregadas, incluyendo a la presidenta Michelle Bachelet. Al otro d¨ªa, Bono de U2 enton¨® en el Estadio Nacional Gracias a la vida, dese¨¢ndole un feliz cumplea?os. El pa¨ªs entero corea todav¨ªa ¡°que viva tu nacimiento/bello bot¨®n de rosal/ Por la voluntad del cielo/ ?qu¨¦ vivas cien a?os m¨¢s!¡±.
Cecilia Garc¨ªa-Huidobro es experta en patrimonio y Directora del Museo Violeta Parra
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