El d¨ªa que Cousteau dej¨® el tanque de ox¨ªgeno en el barco

Todo visitante que pone un pie en Gal¨¢pagos, sabe al menos dos cosas. La primera es que Charles Darwin descubri¨® en esas islas la teor¨ªa de la evoluci¨®n al percibir que una misma especie de iguana, por ejemplo, hab¨ªa desarrollado de forma diferente sus patas o su boca dependiendo de si viv¨ªa en Santa Cruz o en San Crist¨®bal. La segunda es que los animales de las llamadas Islas Encantadas no huyen, por m¨¢s salvajes que sean, del ser humano porque no se sienten amenazados. La Unesco declar¨® en 1978 el archipi¨¦lago Patrimonio de la Humanidad y desde entonces no paran de llegar turistas para bucear entre manadas de tiburones martillos, nadar con lobos marinos o ver tortugas centenarias. Por eso, siempre hay alguien que, tarde o temprano, comparte con los visitantes esos dos mandamientos.?

Pero lo que descubre el documental Gal¨¢pagos Evolution, del buceador venido a director Roberto Ochoa, es que se puede ir m¨¢s all¨¢ en la relaci¨®n entre el hombre y la vida salvaje. Se puede interactuar con tiburones y con ballenas sin perturbarlas. El joven ecuatoriano, aficionado a los deportes de riesgo, comenz¨® a apasionarse con el mundo submarino hasta que un d¨ªa descubri¨® la clave de la evoluci¨®n. Si quer¨ªa inmiscuirse en el pl¨¢cido ir y venir de los peces bajo el agua, ten¨ªa que ser uno de ellos. Es decir, no deb¨ªa respirar. La apnea le descubri¨®, entonces, una experiencia nueva que ten¨ªa que compartir.?

Con esa idea rod¨¢ndole la cabeza, se encontr¨® un d¨ªa con el hijo del mism¨ªsimo Jacques-Yves Cousteau, pionero del submarinismo y de la exploraci¨®n de los oc¨¦anos. Cuando Pierre-Yves Cousteau visit¨® el archipi¨¦lago ecuatoriano, Roberto Ochoa ya sab¨ªa nada como pez. Sin tanque de aire y durante varios minutos.?

Primero sedujo a Cousteau con la riqueza marina de Gal¨¢pagos para que se uniera en el proyecto del documental. Despu¨¦s le demostr¨® que tambi¨¦n ten¨ªa que evolucionar. Deb¨ªa superar a su padre y dejar el tanque de aire en el barco si realmente quer¨ªa nadar cerca de los grandes mam¨ªferos. ¡°Voy a intentarlo¡±, acept¨® el franc¨¦s ante la c¨¢mara sin demasiadas expectativas. ¡°La apnea te convierte en uno m¨¢s bajo el agua¡±, le hab¨ªa dicho el buzo ecuatoriano. Al salir del agua, no quedaba nada de incredulidad en su rostro. Nunca hab¨ªa filmado planos tan cercanos de tiburones martillo que paseaban, sin la mayor preocupaci¨®n, a su alrededor.?

La apnea, sencilla de aprender seg¨²n Ochoa, permite estar bajo el agua varios minutos solo controlando la respiraci¨®n y la mente. Hasta tres, con una sola semana de pr¨¢ctica. Los bi¨®logos y campeones de esa t¨¦cnica que participan en Gal¨¢pagos Evolution grabaron 40 minutos de documental durante dos semanas de rodaje bajo el agua. Sin burbujas, fue posible filmar incontables planos de humanos nadando en paralelo a animales salvajes. Es lo que destaca Ochoa de su proyecto.?

¡°Cuando bajas con aire, las burbujas espantan a los animales. Se repite la misma escena: cuando te acercas a un banco de peces, ¨¦ste se abre para rodearte y si miras atr¨¢s, vuelven a estar juntos¡±, explican en el filme despu¨¦s de una de las inmersiones.

Pero aparte de escenas hipnotizantes sobre la belleza marina, Gal¨¢pagos Evolution tiene un mensaje. El archipi¨¦lago alberga tanta diversidad porque lleva a?os protegiendo la zona de la pesca masiva, el turismo sin control y las actividades industriales. ¡°Otras zonas del mundo podr¨ªan recuperar la vida marina que han perdido si hicieran lo mismo¡±, anima Ochoa. ¡°Si el ser humano ha avanzado tanto en tecnolog¨ªa e industria para sobrevivir antes las adversidades naturales, ya es hora de que aproveche su superioridad para convertirse en la ¨²nica especie del planeta que se dedica a cuidar a las dem¨¢s¡±. Y as¨ª concluye el documental. Pura teor¨ªa de la evoluci¨®n.