Un embajador latino del arte en la corte de Trump
El mexicano Patrick Charpenel reivindica la identidad latinoamericana desde la direcci¨®n del Museo del Barrio, de Nueva York
El nombre, Little Galleries of the Photo-Secession, era tan complejo que termin¨® por conocerse como la 291, el n¨²mero de la Quinta Avenida donde estaba ubicada la galer¨ªa. Creada y gestionada por Alfred Stieglitz, el alma del espacio fue el mexicano Marius de Zayas. Considerado por Alfred Barr el padre del arte moderno en Estados Unidos, comisari¨® la primera exposici¨®n de Picasso en el pa¨ªs y dio all¨ª curso al desarrollo de las vanguardias. Una figura tan crucial en la historia del arte en Nueva York como desconocida para el gran p¨²blico. Uno de los vac¨ªos, de tantos, que tratar¨¢ de tapar ¡ªy reivindicar¡ª el nuevo director del Museo del Barrio, en Harlem, al norte de la eterna avenida.
Patrick Charpenel (Guadalajara, 1967) es el nuevo embajador latino en la corte de Donald Trump. ¡°Espero que uno rebelde¡±, matiza el que fuera director del Museo Jumex de la capital mexicana y comisario de decenas de exposiciones, que no reh¨²sa asumir el cargo de ¡°diplom¨¢tico¡±, en tanto tendr¨¢ que paliar el trabajo que, en teor¨ªa, corresponder¨ªa a las embajadas: ¡°El Museo del Barrio es la ¨²nica plataforma que existe para mantener vivas las tradiciones de los latinos en Nueva York, no se fund¨® simplemente como una plataforma de reflexi¨®n cultural¡±, asegura.
El desaf¨ªo de Charpenel es may¨²sculo. Una tercera parte de los casi 60 millones de latinos en Estados Unidos vive en Nueva York. Una comunidad que crece imparable, que dirime y modula el nuevo rostro del pa¨ªs, pese a los continuos ataques del inquilino de la Casa Blanca. ¡°Es el momento de fortalecer esa identidad¡±, enfatiza Charpenel. ¡°Siempre hemos estado tapados, fuimos brutalmente occidentalizados, nos integraron, pero la exclusi¨®n nunca la hemos dejado de vivir. Hay un cierto tipo de migraci¨®n que la seguimos padeciendo, a veces como un complejo, pero que nos da una singularidad especial, que ha influido en la construcci¨®n de este pa¨ªs. Por eso hay que empezar a un generar un programa que no idealice, sino que hable de las contradicciones, de las complejidades de los latinos y latinoamericanos. Si lo idealizamos, terminamos construyendo una caricatura y eso ser¨ªa peligros¨ªsimo si queremos convertirnos en una plataforma activa¡±.
La direcci¨®n del Museo del Barrio no solo puede ser vista como la gesti¨®n cultural de un espacio. En un contexto en el que Estados Unidos sufre los embates de movimientos supremacistas, Chapernel no duda que su cargo tiene mucho de pol¨ªtico. ¡°Tenemos que ser la instituci¨®n que m¨¢s le aporte a la diversidad, defender a toda costa ese valor, porque es el futuro de Estados Unidos. Los museos cumplen varias funciones: educar, investigar, integrar a una comunidad¡ pero tambi¨¦n somos plataformas que generan conocimientos. Tenemos que convertirnos en una plataforma de resistencia pol¨ªtica. Inevitablemente¡±.
Charpenel quiere, no obstante, que El Museo, como popularmente se conoce al espacio, no se defina a partir de un resentimiento, sino sobre la reivindicaci¨®n. Seguir, ante todo, la estela de su fundador en 1969, el artista radical Ricardo Monta?ez, de origen puertorrique?o y mexicano. ¡°Queremos ser m¨¢s museo de barrio que nunca, honrar la presencia puertorrique?a y establecer un v¨ªnculo m¨¢s grande con Am¨¦rica Latina y El Caribe¡±, incide el nuevo director, que admite que se necesitar¨¢ un mayor apoyo econ¨®mico, tanto privado como p¨²blico.
Aunque ha asumido ya las riendas del museo, las primeras ideas de Charpenel, el segundo mexicano que dirige la instituci¨®n, no se plasmar¨¢n hasta entrado el pr¨®ximo a?o. Lograr una identidad cultural fuerte es el principal objetivo, para as¨ª poder diferenciarse de los grandes museos de la ciudad, que cada vez recurren m¨¢s a artistas latinoamericanos. ¡°Presentan exposiciones de grandes artistas, reconocen su trascendencia, pero lo que son solo formas, tienen una total incapacidad de poner en contexto a estos artistas. Es imposible entenderlos si no los pones en contexto. Por ejemplo, la abstracci¨®n llega a M¨¦xico mucho m¨¢s tarde que a otras partes de Am¨¦rica Latina por el gran peso del muralismo¡±.
Para lograr esa identidad, Charpenel tiene claro que el futuro del museo no solo pasa por mostrar y generar contenidos, tambi¨¦n por investigar y documentar los trabajos. La ¨²nica forma para generar esa plataforma de resistencia a la que tanto recurre. La ¨²nica v¨ªa para poder reivindicar figuras, como la de Marius de Zayas. De transitar del 291 al 1250 de la Quinta Avenida.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.