Mel¨®dicamente fugaz
El artista ?lvaro Negro reivindica la temporalidad del cuadro y de la mirada en la pintura
Productor de una obra de procesos lentos, de po¨¦ticas que fusionan pintura y tiempo, ?lvaro Negro (Lal¨ªn, Pontevedra, 1973) presenta su primera individual en el CGAC tras una larga y reflexiva trayectoria dedicada a investigar lo pict¨®rico y sus derivas. Durante m¨¢s de 20 a?os, persigue un estado de cuestionamiento creativo desde el ser y pensar la pintura, pulsando los l¨ªmites espaciales y temporales, ensayando tambi¨¦n diferentes medios comunicantes, desde el v¨ªdeo, la fotograf¨ªa o la instalaci¨®n. Sus ojos colmados de lecturas e im¨¢genes pegadas a la historia del arte, y su mirada, tremendamente exigente, se traducen en las salas a trav¨¦s de un montaje repensado en un di¨¢logo de doble direcci¨®n con la arquitectura de Siza, articulado desde la construcci¨®n de preguntas sobre luces y puntos de fuga, deslizando los muros y disponiendo movimientos celebrados como la apertura del emblem¨¢tico Doble Espacio para disponer la instalaci¨®n audiovisual multicanal Monteagudo. Natureza! Est¨¢s soa? (2009-2011) y activar un territorio que apela a los sentidos, como un ejercicio de intuiciones ¨®pticas y f¨ªsicas que fluct¨²an en la f¨®rmula de las nuevas direcciones del lenguaje visual. Estas y otras conexiones con el edificio llevan impl¨ªcitas la relaci¨®n simb¨®lica con un lugar que ha sido fundamental para los artistas de su generaci¨®n.
El conjunto seleccionado evita una retrospectiva en sentido estricto y apuesta por una serie de obras que se justifican en la adaptaci¨®n al elemento construido, s¨ªntesis de cruces po¨¦ticos y estructurales que tan bien explican trabajos como Item perspectiva, Cadro tumba y las series Penumbroso y Columna. Son obras que atienden primero a la mirada, para fragmentarse, concatenarse, desvanecerse y encarnarse sumando pasos; despu¨¦s se desenvuelven en t¨¦cnicas de acumulaci¨®n, tambi¨¦n de depuraci¨®n, desde la abstracci¨®n hasta la figuraci¨®n, de lenguajes dibujados, fotografiados, filmados que insisten en un ritmo, en la conquista de un momento, de un tiempo actual, mel¨®dicamente torpe y fugaz.
La autonom¨ªa que ostentan las piezas de cada una de sus etapas conforma una cierta armon¨ªa, genera un ¨²nico relato de conflictos desmadejados y exterioriza ascensos y ca¨ªdas, como en sus trabajos recientes, en acciones lentas y casi silenciosas que coexisten desde lo complejo y lo esencial; en este caso, entre el artista y su pintura.
Y. ?lvaro Negro. Centro Galego de Arte Contempor¨¢neo. Santiago de Compostela. Hasta el 4 de febrero.
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