Un oficio oculto entre paisajes
La conservadora de jardines hist¨®ricos Carmen A?¨®n, ¨²ltimo Premio Nacional de Restauraci¨®n, abri¨® camino en una profesi¨®n consolidada en Europa y que en Espa?a a¨²n no tiene el suficiente reconocimiento
A la paisajista Carmen A?¨®n Feli¨² le concedieron el Premio Nacional de Restauraci¨®n y Conservaci¨®n de Bienes Culturales 2017 por prestidigitadora, por quitar 1.700 ¨¢rboles del madrile?o Parque del Retiro sin que se notara; eso s¨ª, los sustituy¨® por 6.000. Por adecuar y salvaguardar el lugar de juego de los ni?os, de aventuras de los j¨®venes, de paseo de los mayores (pueden y deben intercambiarse las actividades). Por a?adir estos momentos a la memoria colectiva y a la individual de cada uno. Y el m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa: por llevar desde los a?os setenta dedicada a los paisajes culturales y a los jardines hist¨®ricos (composiciones arquitect¨®nicas y vegetales considerados monumentos por su inter¨¦s hist¨®rico y art¨ªstico). M¨¢s de cuatro d¨¦cadas trabajando en una profesi¨®n que no exist¨ªa en Espa?a, de la que ella es pionera y que va creciendo poco a poco.
A?¨®n (Barcelona, 1931) se considera en muchos aspectos autodidacta, aunque no olvida los a?os que pas¨® en la Escuela de Paisajismo y Jardiner¨ªa de Castillo de Batres. Este centro, con m¨¢s de 40 a?os de historia, es el germen del hoy del Grado de Paisajismo en la Universidad Camilo Jos¨¦ Cela de Madrid que junto con el de la Rey Juan Carlos, tambi¨¦n en la capital, son, por ahora, las ¨²nicas dos carreras sobre esta materia en Espa?a -adem¨¢s de algunos m¨¢steres y t¨ªtulos de posgrado-, seg¨²n informa la Asociaci¨®n Espa?ola de Paisajistas, que tiene unos 300 socios. Reconoce que ¡°es complicado saber cu¨¢ntos paisajistas hay por la tranversalidad de la profesi¨®n¡±. Y, sobre todo, porque no est¨¢ regulada. Esta agrupaci¨®n y muchos que se dedican a la creaci¨®n, modificaci¨®n, rehabilitaci¨®n o conservaci¨®n tanto de paisajes como de jardines requieren que se establezcan las competencias profesionales, igual que ocurre en otros pa¨ªses. Pero tambi¨¦n hay alguna voz discordante como la de Miguel ?ngel An¨ªbarro, profesor de la asignatura Paisaje y jard¨ªn, de la Escuela T¨¦cnica Superior de Arquitectura de Madrid (Universidad Polit¨¦cnica): ¡°Soy contrario a las atribuciones cerradas. Crean problemas entre el arquitecto y el paisajista. En Portugal, por ejemplo, un arquitecto no puede ni pensar en plantar un ¨¢rbol al lado de un edificio, eso lo hace el paisajista¡±.
A sus 86 a?os, A?¨®n sigue en activo. La impronta de su larga carrera ha quedado en multitud de lugares: la Alameda de Osuna (Madrid), el monasterio de Guadalupe (C¨¢ceres), Aranjuez ¡ªfue asesora de la rehabilitaci¨®n de los jardines de Patrimonio Nacional entre 1980 y 1998¡ª. El paisaje cultural de esta localidad madrile?a fue el primero espa?ol de esta categor¨ªa que entr¨® en la lista de Patrimonio Mundial debido a la importancia del conjunto de la ciudad, el palacio, los jardines, el r¨ªo Tajo, el trazado de las huertas ¡ªpropio de la ¨¦poca de Felipe II¡ª. Tambi¨¦n ha trabajado en el extranjero: en el Jard¨ªn Ducal de Parma (Italia), en la recuperaci¨®n paisaj¨ªstica de Sintra (Portugal)... y solo son unos pocos entre cientos de ejemplos. Lugares que llenan de recuerdos a quien los vive y los experimenta. No son para mirar, son para introducirse en ellos.
La pol¨ªtica entra en juego
Como prueba de la rentabilidad de los paisajes culturales, Carmen A?¨®n apela a su experiencia en el Icomos (Consejo Internacional de Monumentos y Sitios Hist¨®ricos) y pone el ejemplo de cuando le toc¨® evaluar las bodegas y vi?edos de Saint-Emilion (Francia), las primeras que entraron a formar parte de la lista de patrimonio mundial de la Unesco. A partir de la creaci¨®n de una industria y unas infraestructuras se ha conformado un negocio en torno al vino que "va mucho m¨¢s all¨¢ de la simple botella que llegaba a la mesa hace 20 a?os". "Se ha creado una cultura en torno a esta bebida y la cultura bien interpretada es una fuente de riqueza tremenda", afirma A?¨®n. Lo mismo ocurre con otros paisajes culturales, como el Camino de Santiago que tras incluirlo en la lista de patrimonio mundial ha crecido casi un 35%. A?¨®n explica la dificultad de que un lugar espa?ol pase a engrosar el listado ya que hay mucha pol¨ªtica en la selecci¨®n y se da prioridad a los pa¨ªses que tienen menos sitios patrimonio (Espa?a es la tercera detr¨¢s de Italia y China) y a tipolog¨ªas poco representadas.
Ella los ha vivido y peleado. Cuando comenz¨® a coordinar el plan de rehabilitaci¨®n del Retiro, en los ochenta, hizo de este parque, que es su debilidad, su hogar: m¨¢s de una d¨¦cada trabajando en una de las casetas de los jardines de Cecilio Rodr¨ªguez, sin agua, sin calefacci¨®n. ¡°No pod¨ªamos estar lejos, si hab¨ªa alguna duda ¨ªbamos y lo ve¨ªamos directamente¡±. Cuenta orgullosa c¨®mo cada paso dado est¨¢ documentado, parece que en estas d¨¦cadas no ha variado pero si se ven las fotograf¨ªas del antes y el despu¨¦s se nota el cambio.
El arquitecto y catedr¨¢tico Jos¨¦ Fari?a, miembro del Grupo de Investigaci¨®n en Arquitectura, Urbanismo y Sostenibilidad, llama la atenci¨®n sobre uno de los puntos desconocidos de la labor de los paisajistas: ¡°Cuando se habla de paisaje, se piensa en algo bello, que tenga que ver con la naturaleza, no con lo construido¡±. Sin embargo, la intervenci¨®n de la mano humana es fundamental en un paisaje cultural y estos no siempre tienen que ver con la belleza de la naturaleza como la zona minera de Teruel. Fari?a a?ade otro ejemplos que alejan el trabajo de estos profesionales de las im¨¢genes buc¨®licas: el tratamiento paisaj¨ªstico de los taludes de las carreteras, o de las rotondas.
Profesores y jardineros son, para A?¨®n, dos piezas fundamentales para que se tome conciencia y se erradique el desconocimiento que hay de lo relativo a los parques, sean o no urbanos, y a los que a ellos se dedican. De los maestros cuenta como an¨¦cdota el reproche que se llev¨® alguno, cuando de camino a su caseta-oficina en el Retiro se los cruzaba acompa?ado de sus alumnos y provistos de un bal¨®n. ¡°Con la cantidad de disciplinas que se pod¨ªan ilustrar e experimentar all¨ª: historia, bot¨¢nica... en vez de que los peque?os estuvieran solo d¨¢ndole patadas a la pelota¡±. ¡°Hoy es dif¨ªcil encontrar a un universitario que distinga cinco tipos de ¨¢rboles diferentes¡±, se lamenta. Cree que hay que ¡°formar a los formadores¡± para que cale desde la escuela. An¨ªbarro, por su parte, se?ala la diferencia que hay en Espa?a con Reino Unido, donde asegura que en todas las librer¨ªas hay un espacio amplio dedicado a publicaciones sobre paisajes, jardines...
Sobre los jardineros, A?¨®n dice que ¡°han de tener orgullo de su profesi¨®n¡±. Son los que mejor los conocen los lugares que cuidan, ¡°los que est¨¢n all¨ª d¨ªa tras d¨ªa¡±. Pero no los ¨²nicos hay toda una serie de expertos que giran en torno al paisajismo: ge¨®grafos, arquitectos, ingenieros de montes, agr¨®nomos, de caminos ¡ª¡°Que son los que m¨¢s han transformado el paisaje en los ¨²ltimos 150 a?os, antes fueron los agricultores¡±, seg¨²n An¨ªbarro¡ª.
La transversalidad de esta profesi¨®n es una constante. Fari?a explica los distintos puntos de vista que puede dar un ec¨®grafo o un ge¨®grafo de un paisaje, si es m¨¢s o menos ecol¨®gico, Los arquitectos o ingenieros pueden hablar de paisajes caros o baratos. An¨ªbarro defiende la capacidad espacial de los arquitectos. Son lugares pensados para ser recorridos de determinada manera, incluso la posici¨®n de un banco tiene el poder de dirigir la mirada de quien se siente en ¨¦l.
A?¨®n a?ade la rentabilida de estos espacios: ¡°Habr¨¢ quien piense que son solo flores y p¨¢jaros. ?Pero rentables!¡±. Asegura que las zonas verdes urbanas son las mejores inversiones que puede hacer un Ayuntamiento. ¡°Un parque en Madrid tiene una frecuentaci¨®n superior al Santiago Bernab¨¦u: est¨¢ abierto todos los d¨ªas del a?o a ni?os, ancianos, turistas, deportistas, grupos de amigos...¡±. Advierte de que no se puede ir de p¨ªcnic: ¡°Claro que me gustar¨ªa que la gente se pudiera tumbar en el c¨¦sped, pero no lo resiste. Por nuestro clima no nos lo podemos permitir¡±. Le gustar¨ªa que se dedicara m¨¢s recursos a los jardines. Recuerda c¨®mo ¡°peleaba¡± por los presupuestos para ellos cuando era concejal del Ayuntamiento de Madrid en tiempos de la alcald¨ªa de Enrique Tierno Galv¨¢n. ¡°Espero que sigan luchando por ello¡±, reflexiona. Tambi¨¦n vigilar¨ªa la normativa que los rige: ¡°Son el reflejo de la cultura de un pueblo y ahora mismo los parques espa?oles gritan¡±.
Cien paisajes
A partir del Plan Nacional de Paisaje Cultural ha surgido una iniciativa llevada a cabo por el Grupo de Investigaci¨®n Paisaje Cultural de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid que consiste en una web en la que se pueden consultar y visitar virtualmente 100 de estos lugares.
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