Una alianza entre la m¨²sica y el arte
Rancapino Chico graba en directo a lo largo de tres d¨ªas de fiesta y rodeado de catantes
La reuni¨®n era, como poco, inusual; quiz¨¢s m¨¢s propia de un tiempo pret¨¦rito de alianza entre el arte y el flamenco. Pasadas las cuatro de la tarde, una veintena de invitados, la mayor¨ªa de ellos artistas, se repart¨ªan por el amplio sal¨®n de la casa del pintor y ceramista Antonino Parrilla, que ejerc¨ªa de anfitri¨®n en su finca Huerta de la Paz, en Mairena del Alcor (Sevilla). All¨ª, entre una abigarrada colecci¨®n de pinturas, cer¨¢micas y esculturas, un cantaor joven y gitano, vestido con un traje negro que acentuaba el azabache de su pelo y el cobrizo de su piel, entonaba los primeros ayeos de un taranto. Con todo su dolor y con un decir primoroso desgran¨® los tercios entre los gestos de incredulidad de algunos de los presentes. Alonso N¨²?ez Fern¨¢ndez, Rancapino Chico, iniciaba de esa manera la grabaci¨®n de lo que va a ser su primer disco, Por mi amor al arte.
El planteamiento toma algo prestado de las bodas gitanas, pues son tres los d¨ªas en los que se repite la reuni¨®n. Con distintos invitados, el cantaor registrar¨¢ sus cantes con la compa?¨ªa siempre segura a la guitarra de Antonio Higuero, secundado por Paco Le¨®n. Junto a ellos, el m¨¢s selecto comp¨¢s tra¨ªdo de Jerez en las manos de Ch¨ªcharo, Rubichi y Cantarote. Solo cante, guitarra y palmas, m¨¢s un acompa?amiento puntual del piano de Diego Magallanes para la caracolera zambra. El joven artista lo ha querido as¨ª, al igual que ha perseguido una atm¨®sfera de calor y cercan¨ªa id¨®nea quiz¨¢s para rebuscarse los adentros y retarse ante personas que admira y con las que se ha querido arropar.
A lo largo de los tres d¨ªas, Alonso hijo ha contado con la compa?¨ªa, entre otros, de los cantaores Pansequito, Jos¨¦ de la Tomasa, Vicente Soto, Juan Villar, Chiquetete, Valderrama, Nano de Jerez, el patriarca lebrijano Pedro Pe?a y el propio padre del artista, que se sum¨® en la segunda jornada; tambi¨¦n de Aurora Vargas y Antonia Contreras, y de las bailaoras Manuela Carrasco o Cristina Hoyos. Del mundo taurino, Curro Romero, m¨¢s una amplia presencia de periodistas.
Un inusitado mecenazgo ha hecho posible el deseo del artista. Al frente del proyecto se encuentra la arist¨®crata Almudena de la Maza, que ha contado con la direcci¨®n y producci¨®n musical de Domi Serralbo, el guitarrista Domi de Mor¨®n. Ambos han cre¨ªdo en las posibilidades de este joven artista de Chiclana (C¨¢diz), hijo del hist¨®rico e irrepetible Alonso N¨²?ez N¨²?ez Rancapino, el compa?ero de correr¨ªas de Camar¨®n, el de la voz roz¨¢ (¡°ronco de andar descalzo¡±), transmisor sin igual de los estilos gaditanos heredados por v¨ªa familiar o escuchados del maestro Aurelio Sell¨¦s.
Hace unos a?os, su pen¨²ltimo v¨¢stago, aunque siempre hab¨ªa cantado, decidi¨® tomarse en serio su carrera y, desde entonces, viene siendo se?alado como uno de los m¨¢s firmes valores del cante gitano. Se podr¨ªa decir que su eco recuerda inevitablemente al de su padre, pero quiz¨¢s lo que m¨¢s lo evoque sea su cuidada manera de templar los estilos, de mecer los tercios y decir el cante sin prisas. Entre tanto peso art¨ªstico como le rodeaba, el joven no pareci¨® arrugarse y mantuvo una naturalidad nada impostada. Al fin y al cabo, se encontraba en familia. La misma que quiz¨¢s compon¨ªan los artistas invitados que lo escucharon en silencio y se lanzaron a jalearlo entusiasmados? cuando hizo falta. En los momentos libres, no dejaron de porfiar ni recordar an¨¦cdotas e historias. Cuando el sol ya se hab¨ªa puesto en la, por cierto, muy flamenca comarca sevillana de Los Alcores, un caldito caliente sirvi¨® para templar los cuerpos y, de camino, cargar las pilas para una fiesta informal que, en alg¨²n caso, se prolong¨® hasta bien entrada la noche.
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