La hora de ?ngel Stanich
Con una fuerza como guerrera, la m¨²sica de este cronista social tan ir¨®nico como afilado es una de las mejores cosas que le ha pasado al rock espa?ol en este siglo XXI
A veces en la vida todo cuadra y otras veces nada, pero para que todo se ajuste debe siempre antes buscarse. ?ngel Stanich lleva ya unos cuantos a?os buscando su camino como m¨²sico y est¨¢ ante un momento clave, o al menos muy interesante, al que merece la pena prestar atenci¨®n. Stanich acaba de publicar su segundo disco de larga duraci¨®n, Antigua y Barbuda, y, con una fuerza como guerrera, demuestra que su m¨²sica es una de las mejores cosas que le ha pasado al rock espa?ol en este siglo XXI.
No le gusta a Stanich pensar de forma tan determinante y hace bien. No le gusta ver su carrera como un camino de metas. Compone, graba, recorre ciudades y toca en directo¡ y vuelta a empezar. Su carrera es un camino en constante movimiento sin pararse a pensar m¨¢s de lo justo en la repercusi¨®n. Es algo que muchos m¨²sicos dicen, pero que en su caso se percibe como un aut¨¦ntico modo de existencia. Su paso de tocar ante un pu?ado de personas en el garito de un pueblo a ser el atractivo de festivales como Sonorama Ribera y ahora tambi¨¦n Mad Cool 2018 solo ha sido posible a partir de esta premisa. Hacer canciones, hacer conciertos. As¨ª desde 2014.
Antigua y Barbuda es su ¨²ltima obra y es incontestable. Stanich acaba de plantarse como una nueva referencia, rompiendo definitivamente cualquier cors¨¦ que pudiese perjudicarle y abriendo una v¨ªa distinta entre toda la generaci¨®n espa?ola de lo que podr¨ªa llamarse cantautores el¨¦ctricos, liderada por veteranos como Xoel L¨®pez, Quique Gonz¨¢lez, Iv¨¢n Ferreiro, Coque Malla, Nacho Vegas, Josele Santiago o Lapido.
Su universo se nutre de pel¨ªculas, libros, series, comics y toda parafernalia informativa, bajo una aguda perspectiva tan ir¨®nica como afilada. Stanich dispara sin contemplaciones contra los convencionalismos y todos los estratos anquilosados, usando un lenguaje directo y repleto de im¨¢genes poderosas. ¡°Tu amor no arde / Solo escupe fuego¡±, canta para referirse al amor en Escupe fuego.
Puede meterse sin igual contra la izquierda de boquilla (como en Camaradas) como contra la derecha m¨¢s reaccionaria (como en ?Qui¨¦n ha elegido muerte? perteneciente a su EP de este a?o Siboney). Puede lanzar sus dardos contra los modernos o los puristas. Incluso ¨¦l, que estudi¨® la carrera de Periodismo y no concede entrevistas, lo hace con sorna contra la prensa musical en Hula hula. A decir verdad, se agradece este pu?eterismo, esta capacidad de remover un poco a todo el personal.
De esta forma, Stanich se distingue. Aparte de su timbre met¨¢lico, esa voz peculiar de ¡°lic¨¢ntropo¡± como dice en R¨ªo Lobos, tiene su propio perfil fuera de los otros moldes ya consolidados. Su compendio de retazos de actualidad le convierte en un h¨¢bil cronista social, algo que ya ven¨ªa apuntando con su primer y notable trabajo Camino ¨¢cido. Es un artista sin cors¨¦s, creador de un mundo muy particular, ilustrado por su visi¨®n tragic¨®mica, como puede comprobarse en la evocadora Un d¨ªa ¨¦pico, una canci¨®n que transmite la grandeza de un simple d¨ªa en la vida cotidiana gracias a la m¨²sica, la televisi¨®n y las drogas. Es un mundo en el que Albert Pla se cruza con Quique Gonz¨¢lez. O viceversa.
Adem¨¢s, su sonido, que explora a cl¨¢sicos como el Bob Dylan de la etapa mercurial, los Wilco m¨¢s mel¨®dicos o el pulso de Grateful Dead, se consolida por su riqueza instrumental. Mucha culpa la tiene Javier Vielba, miembro de Arizona Baby y Corizonas, quien est¨¢ detr¨¢s una vez m¨¢s de la producci¨®n del disco. Su papel es determinante para que Stanich alcance un sonido norteamericano de road movie, con guitarras tensas. El ejemplo perfecto es la may¨²scula Galicia Calidade.
El pop-rock espa?ol vive un momento de euforia y propuestas como las de ?ngel Stanich no hacen m¨¢s que constatarlo. Conviene celebrar que, a estas alturas, salgan m¨²sicos como este desgarbado compositor. Es su hora. La hora en la que este m¨²sico desde su territorio marque una pauta en la escena musical espa?ola.
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