La tonta del dote
El punto fuerte del espect¨¢culo de Alfredo Sanzol son las escenas de amor entre Pablo B¨¦jar y Paula Iwasaki
La mujer simple: una figura entremesil elevada por Lope a protagonista de alguna de sus comedias. Ingenua fingida es la Diana de La boba para los otros y discreta para s¨ª. Tonta de baba parece Finea, protagonista de La dama boba, que de un d¨ªa para otro se vuelve perspicaz porque no es personaje de carne y hueso sino llave con la cual su autor le da cuerda a un bien engrasado mecanismo humor¨ªstico de relojer¨ªa. Con sus did¨¢cticas peroratas sobre arte po¨¦tica, Nise, cultivada hermana de Finea, a la postre es m¨¢s rid¨ªcula y fatigosa que ella.
El arquetipo de la joven c¨¢ndida enraiz¨® en el Siglo de Oro (La boba y el vizca¨ªno, de Juan V¨¦lez de Guevara), se ramific¨® en la Edad de Plata (Simplicia, protagonista de La tonta de capirote, zarzuela de Jackson Vey¨¢n, se hace la tonta para burlarse de todo quisque) y rebrot¨® en sendas versiones cinematogr¨¢ficas de La tonta del bote, sainete de Pilar Mill¨¢n Astray: el personaje que popularizaron Josita Hern¨¢n y d¨¦cadas despu¨¦s Lina Morgan, es una Finea hu¨¦rfana y sin dote.
LA DAMA BOBA
Autor: Lope.
Versi¨®n y direcci¨®n: Alfredo Sanzol.
Int¨¦rpretes: Georgina de Yebra, Jimmy Castro, Cristina Arias. Asesor de verso: Vicente Fuentes. Luz: Pedro Yag¨¹e. M¨²sica: Fernando Vel¨¢zquez. Escenograf¨ªa y vestuario: Alejandro And¨²jar.
Madrid. Teatro de la Comedia, hasta el 30 de diciembre.
El punto fuerte del montaje que Alfredo Sanzol ha dirigido a la Joven Compa?¨ªa Nacional de Teatro Cl¨¢sico son las escenas de amor entre Finea y Laurencio, porque respiran verdad, emoci¨®n y belleza, interpretadas por Pablo B¨¦jar y Paula Iwasaki: le ponen a uno al borde de la butaca. En ellas se opera una metamorfosis plat¨®nica del personaje femenino: el amor saca lo mejor de nosotros, viene a decir Lope.
La producci¨®n se mueve entre dos aguas: goza de los medios de una gran compa?¨ªa nacional, pero entre sus int¨¦rpretes no existe la variedad de edades y trayectorias profesionales que esta comedia precisa. Lo que es de recibo en montajes de compa?¨ªas independientes, lo es menos en una de este calibre: que los int¨¦rpretes de padre e hijas tengan la misma edad podr¨ªa pasar si compusieran sus personajes de manera menos realista.
Por comparaci¨®n con algunos montajes de teatro aurisecular producidos con pocos medios y mucho riesgo art¨ªstico por compa?¨ªas j¨®venes montadas horizontalmente, aqu¨ª echo de menos m¨¢s arrojo tanto en la elecci¨®n del t¨ªtulo como en la relectura del texto y veo de m¨¢s el precioso espacio esc¨¦nico confeccionado por Alejandro And¨²jar, que pasa inadvertido para la mayor¨ªa del p¨²blico porque parece formar parte de la arquitectura de la sala chica del Teatro de la Comedia. La manera en que se usan m¨²sicas y canciones en vivo tiene la impronta de Ron Lal¨¢.
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