¡®The Crown¡¯, vientos de cambio dentro y fuera de Buckingham
Netflix estrena al completo la segunda temporada de la serie que cuenta la historia de Isabel II de Inglaterra
Los vientos de cambio en una sociedad brit¨¢nica menos reverente con la monarqu¨ªa marcan la t¨®nica de la segunda temporada de The Crown, cuyo estreno el d¨ªa 8 de diciembre en Netflix mostrar¨¢ a Isabel II lidiando tanto en el frente p¨²blico como en el de su propio matrimonio. ¡°Tras los primeros a?os en el trono, la reina se siente ahora m¨¢s segura de su papel en la instituci¨®n, pero quienes le rodean deben todav¨ªa entender qui¨¦n es y eso implica muchas tensiones¡±, adelanta Claire Foy?a EL PA?S sobre el personaje que retoma en plena crisis de Suez (1956) y con su marido alejado f¨ªsica y emocionalmente.
El relato de la crisis en la pareja real es uno de los platos fuertes de la nueva entrega de la serie concebida por Peter Morgan, que abarca ocho a?os hasta el nacimiento del cuarto hijo de la soberana. Inadaptado a su papel de consorte, el pr¨ªncipe Felipe (interpretado por Matt Smith) parte en una gira de cinco meses por los pa¨ªses de la Commonwealth en la que da rienda suelta a su car¨¢cter de ¡°esp¨ªritu libre¡± por los parajes ex¨®ticos del viaje. Ante esa sugerencia de supuestas infidelidades, tema delicado cuando se trata de la pareja de la reina de Inglaterra con la que acaba de celebrar en la vida real su 70 aniversario de boda, Foy subraya que ¡°lo hemos encarado del mismo modo que lo ha hecho la historia: son solo rumores y no hay una acusaci¨®n definitiva. Pero no hubiera sido realista excluirlo (de la trama) y pretender que esa gente es perfecta ?Qu¨¦ sentido tendr¨ªa entonces hacer una serie sobre ellos?¡±
Otro personaje que sigue dando mucho juego es el de Margarita (a cargo de Vanessa Kirby), a quien su hermana la reina imped¨ªa en la primera temporada casarse con un piloto divorciado, y que ahora introduce al espectador en el Londres de la revoluci¨®n art¨ªstica, social y sexual de la mano de su nuevo amor, el fot¨®grafo Tony Armstrong Jones. Esa sociedad que acorta el bajo de las faldas o la melena femenina y apunta hacia la modernidad de los a?os sesenta es la que debe encarar Isabel. ¡°El mundo est¨¢ cambiando m¨¢s r¨¢pidamente que ella y de repente de da cuenta de que todo lo que daba por seguro ya no lo es¡±, describe Foy sobre una soberana que debe tratar con una prensa cada vez menos complaciente o que se ve forzada a restar rigidez a la monarqu¨ªa para garantizar su supervivencia.
El fiasco militar de Suez (Egipto) que anuncia la era poscolonial, el esc¨¢ndalo Profumo de sexo y pol¨ªtica cuya cobertura medi¨¢tica acaba derribando el gobierno de su majestad o la visita del presidente Kennedy a Londres junto a su deslumbrante esposa, Jackie, son episodios hist¨®ricos que desfilan por los 10 cap¨ªtulos de la segunda temporada. La presencia de Isabel II es lo ¨²nico que permanecer¨¢ inmutable tanto aqu¨ª como a lo largo de las futuras entregas que pretenden cubrir m¨¢s de seis d¨¦cadas en la historia p¨²blica y privada de la monarqu¨ªa.
Su rostro televisivo, sin embargo, ya no ser¨¢ el mismo en lo que resta de recorrido de La Corona. Claire Foy se despide agradecida de un papel que le ha procurado el Globo de Oro para dar el relevo a Olivia Colman (Broadchurch, El Infiltrado). ¡°Desde el principio firm¨¦ solo por dos a?os, y tampoco me seduc¨ªa hipotecar mi carrera y mi vida durante a otros cinco, dedicada a sesiones diarias de cuatro horas de maquillaje (para envejecerla)¡±. No ha sido ni la primera ni la ¨²ltima Isabel II de la pantalla: ¡°El papel me lo han pasado muchas otras actrices¡±, apostilla, ¡°porque esa es su naturaleza¡±.
Un pr¨ªncipe divertido y dif¨ªcil
La segunda temporada indaga a fondo en el personaje del marido de la reina que, seg¨²n le consta a su int¨¦rprete, Matt Smith, es a distancias cortas "inteligente, divertido y muy popular en la casa real", pero cuyo esp¨ªritu tambi¨¦n rebelde y no siempre comprendido arrastra un pasado "traum¨¢tico". El recurso al flashback nos transportar¨¢ a la infancia y adolescencia de Felipe, pr¨ªncipe nacido en Grecia, forzado al exilio y apartado pronto de sus padres (¨¦l abandon¨® a la familia por una amante y ella ingres¨® en un sanatorio) y de sus hermanas, casadas con sendos nazis. Los duros a?os de internado en el Reino Unido de adopci¨®n forjar¨¢n a un adulto inflexible con su primog¨¦nito, Carlos. El preludio de una relaci¨®n dif¨ªcil en las pr¨®ximas entregas¡
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