¡°La oscuridad no se puede combatir¡±
Andrea Camilleri, con 92 a?os y una ceguera que le impide leer y escribir sin ayuda, lamenta el estado de la pol¨ªtica actual y cree que la corrupci¨®n ha terminado impregn¨¢ndolo todo
Hace dos a?os, Philip Morris dej¨® de fabricar los malditos cigarrillos. Rojos, cajetilla blanda, filtro sencillo. Llevaba d¨¦cadas fum¨¢ndolos. ?l y Valentina, su asistente, escribieron una carta al director general de la compa?¨ªa haci¨¦ndole notar que al maestro le hubiera gustado disfrutar de alguno m¨¢s de aquellos pitillos. El ejecutivo tambi¨¦n tir¨® de iron¨ªa: ¡°alguno m¨¢s¡± no bastaba para reflotar un producto que pr¨¢cticamente solo consum¨ªa ¨¦l. ¡°Ahora estoy obligado a fumar esta porquer¨ªa¡±, dice con una carcajada Andrea Camilleri (Porto Empedocle, 1925), sentado en el sill¨®n de la biblioteca de su casa, en el barrio romano de Prati, mientras busca a tientas el mechero sobre la mesa y enciende el quinto de la entrevista.
El padre del comisario Montalbano, inspirado en la obra de su amigo Manolo V¨¢zquez Montalb¨¢n, ha perdido completamente la vista y ha sobrevivido a todos sus amigos de infancia: ¡±cada vez que iba a Sicilia faltaba uno¡±, bromea. Pero escuchando su voz grave y vibrante analizar el mundo y encadenar an¨¦cdotas, parece que el de los cigarrillos ha sido el mayor drama de los ¨²ltimos a?os. Tiene dos novelas sobre el famoso comisario en el caj¨®n ¡ªse resiste a liquidarlo¡ª, acaba de publicar en Italia un libro precioso sobre sus recuerdos y en Espa?a se ha traducido El homenaje (Salamandra) y est¨¢ a la espera de la llegada en primavera de La pir¨¢mide de fango (Salamandra).
Pregunta. ?Qu¨¦ espera uno de la vida con 92 a?os y m¨¢s de 100 libros publicados?
Respuesta. Recordar todo aquello que vale la pena recordar. Algunas cosas se pierden. Otras, en cambio, vuelven a aparecer con prepotencia. Cuanto m¨¢s viejo, m¨¢s precisi¨®n se tiene de los recuerdos de juventud. Leonardo Sciascia [el gran escritor siciliano] lo llamaba la presbicia de la memoria.
P. ?C¨®mo combate la oscuridad de la ceguera?
Si dejase de fumar, morir¨ªa inmediatamente. Los m¨¦dicos ya no osan ped¨ªrmelo
R. La oscuridad no se puede combatir. No hay nada que hacer. Hay que agarrarse a la memoria, repasar. Pido que me lean algunas p¨¢ginas de nuevas novelas, peri¨®dicos. Pero la lectura por parte de terceros no es igual. La relaci¨®n que tienes con el libro se construye a trav¨¦s de los ojos y la palabra impresa. Es m¨¢s ¨ªntimo. No hay intermediarios que te unan a trav¨¦s del o¨ªdo a esa palabra. Hoy la lectura ya no es tan m¨ªa como cuando pod¨ªa ver.
P. ?Qu¨¦ es lo peor?
R. La p¨¦rdida de los colores. Me provoca un gran disgusto y malhumor. A veces intento acordarme de c¨®mo iba vestido un personaje en una determinada novela. 'Era blanco, con toques rosas', me digo. Y al d¨ªa siguiente lo compruebo. Tambi¨¦n repaso mentalmente todas las obras de arte que me han gustado. Intento no perderlos completamente.
P. ?Tiene alguna parte buena?
R. S¨ª, mis sue?os se han convertido en una fantasmagor¨ªa de colores. Es como si el cuerpo, durante la noche quisiera recompensarme por esa carencia: es precioso. El otro d¨ªa so?¨¦ que estaba en la estaci¨®n de Mil¨¢n corriendo para coger un tren vestido de payaso. De las ventanillas de los vagones sal¨ªan las cabezas de centenares de payasos m¨¢s que me dec¨ªan: ¡°?Ven, Andrea, ven!¡±. [r¨ªe a carcajadas]
¡°El Papa ha dicho las cosas m¨¢s sensatas y de izquierdas¡±
Andrea Camilleri est¨¢ profudamente decepcionado con la izquierda en Italia. Cree que es un animal que sobrevive por escisi¨®n y que tiene cada vez menos peso en un pa¨ªs de centroderecha. Pero al otro lado del T¨ªber, vestido de blanco, ha encontrado un elemento disonante en el panorama pol¨ªtico. ¡°Ha sido uno de los mejores papas que ha habido en mucho tiempo. Y por eso lo atacan. Una parte de la Iglesia cree que est¨¢ m¨¢s atento a los problemas sociales que los espirituales. Pero en los ¨²ltimos dos o tres a?os, las cosas m¨¢s sensibles, de izquierda y sensatas, las ha dicho ¨¦l. Mucho m¨¢s que cualquier pol¨ªtico. Y continua haci¨¦ndolo sobre los refugiados, la pobreza, las desigualdades... Es important¨ªsima tambi¨¦n su postura contra el ensa?amiento terap¨¦utico.¡±
Algunos creen que Francisco no ser¨¢ capaz de llevar a cabo sus reformas. Sin embargo, para Camilleri el avance ya est¨¢ hecho. ¡°Creo que decirlo ya es much¨ªsimo. El resto de la Iglesia se parapeta en el ¨¢tico de 3.000 metros cuadrados. Ah¨ª hay cierta resistencia a las innovaciones papales, y se entiende por qu¨¦. Se necesitar¨¢ mucho tiempo¡±.
P. ?C¨®mo se afronta la p¨¢gina en blanco desde la ceguera?
R. Pues no se ve. Pero nunca he tenido ese problema. Para m¨ª no ha existido nunca. Si me pasase ser¨ªa el final de mi capacidad narrativa. [se enciende el segundo cigarrillo]
Ver a Berlusconi dictar leyes otra vez ser¨ªa lo peor que podr¨ªa pasarme a punto de morir¡±
P. Veo que sigue fumando igual.
R. Si lo dejase morir¨ªa inmediatamente. Los m¨¦dicos ya no osan decirme que lo deje.
P. ?Qu¨¦ escribe ahora?
R. Estoy revisando cosas de hace tiempo. Y veo que mi escritura ha sufrido con los a?os una evoluci¨®n. Estoy obligado a reescribir cualquier libro que haya tenido en una caja sin publicar si quiero que vea la luz. De hecho, lo estoy haciendo con una novela de Montalbano que dej¨¦ apartada.
P. ?Los cambia mucho?
R. Much¨ªsimo. La construcci¨®n de las frases, la b¨²squeda de las palabras. Es un lenguaje que se enriquece cuando envejece. Una novela de hace 15 a?os me parece pobre respecto a c¨®mo escribo hoy.
P. No me dir¨¢ que es usted mejor escritor que hace 15 a?os.
R. Estoy seguro. Entre otras cosas, por ejercicio cotidiano. Es algo que le va bien a los atletas, a los pianistas. Tambi¨¦n a los escritores.
P. ?Esa novela que retoca es el final de Salvo Montalbano?
R. Es la pen¨²ltima. La del fin de Montalbano tambi¨¦n la he reescrito. La primera versi¨®n era de hace 12 a?os. Pero todav¨ªa esperar¨¢ uno o dos a?os en salir. Si de aqu¨ª a mayo no me viene otra a la cabeza, sigo con el plan previsto.
P. Los peri¨®dicos que le leen a diario hablan de una situaci¨®n pol¨ªtica en Italia extra?a. Populismo, retorno de viejos fantasmas, xenofobia...
R. Estamos ante la constataci¨®n del fracaso de los viejos partidos. La concepci¨®n del partido, como la sent¨ªa yo en mi juventud, ya no funciona. Aqu¨ª existe la formaci¨®n de un movimiento que es m¨¢s dependiente de un n¨²cleo restringido de poder que de un poder horizontal. Si usted mira al Movimiento 5 Estrellas, en realidad reciben ¨®rdenes del c¨®mico y de una empresa. Un partido que tiene un jefe, un directivo. Lo mismo siempre fue Berlusconi.
P. Por cierto, ?c¨®mo es posible que siga todav¨ªa en pie y pueda ser decisivo en las elecciones?
R. Ver a Berlusconi dictando leyes otra vez ser¨ªa la peor de todas las cosas nauseabundas que pod¨ªan pasarme a punto de morir. Fue condenado en v¨ªa definitiva por fraude fiscal cuando era presidente del Consejo. En un pa¨ªs normal deber¨ªa desaparecer de la pol¨ªtica. En cambio, sigue contando. Y esto ha llegado a un punto en que pienso que la culpa no es de Berlusconi, sino de los que le votan, los que creen en ¨¦l. O son delincuentes o son bobos. No hay otra.
P. ?D¨®nde est¨¢ la izquierda pol¨ªtica en Italia?
R. Se reproduce como algunas c¨¦lulas, por escisi¨®n. Y cada vez disminuye de peso. Y eso, en realidad, sucede cuando un pa¨ªs no es de izquierdas, como Italia. No hemos tenido las grandes y graves experiencias de otros pueblos. De la guerra entre el norte y el sur, por ejemplo, nacen los EE. UU. De la Revoluci¨®n Francesa, nace una nueva concepci¨®n del estado y de la relaci¨®n de sus ciudadanos. Son fen¨®menos que maduran una naci¨®n y a nosotros nos faltan experiencias fundamentales. Nunca ha habido un punto de inflexi¨®n, porque el fascismo no fue una revoluci¨®n.
P. Bueno, tuvieron el caso Mani pulite y la revuelta contra la corrupci¨®n a principios de los noventa.
Antes los partidos recib¨ªan pagos de miles de millones, ahora te compras un peque?o asesor con 10.000 euros. La corrupci¨®n se ha pulverizado"
R. Fue fundamental, s¨ª. Descubrimos la corrupci¨®n. Eliminamos unos cuantos corruptos. Pero el resultado es que mientras antes los partidos recib¨ªan pagos de miles de millones, ahora te compras un peque?o asesor con 10.000 euros. La corrupci¨®n se ha pulverizado. Como cuando explota una bolsa de coca¨ªna en una habitaci¨®n cerrada. Y eso aleja mucho a la gente de la pol¨ªtica.
P. La forma de corrupci¨®n por excelencia en Italia ha sido la mafia. ?Qu¨¦ sinti¨® el otro d¨ªa cuando muri¨® Tot¨° Riina?
R. Para m¨ª estaba muerto desde hac¨ªa tiempo. Era un hombre acabado desde que empez¨® a concebir una guerra contra el estado. Pero al margen de ¨¦l y de Provenzano, la mafia hab¨ªa perdido su poder. En Sicilia se atenuar¨¢ mucho tras su muerte. Habr¨¢ un poco de guerra para el nuevo capo, pero la percibo desunida. Hoy quien es potente en Italia es la 'Ndrangheta.
P. ?Cree que Sicilia se liberar¨¢ un d¨ªa de la mafia?
R. S¨ª, lo deseo y pienso que est¨¢ cerca ese d¨ªa. Pero llegar¨¢ otra forma de corrupci¨®n m¨¢s moderna. Hasta que haya pobreza y la posibilidad de que un individuo te de trabajo en sitios de tanta desocupaci¨®n, habr¨¢ organizaciones mafiosas. El problema es que el estado italiano nunca ha querido ir a fondo con el crimen organizado.
P. D¨ªgame, ?qu¨¦ echa m¨¢s de menos en este punto de su vida?
R. Boh¡ No siento que me falten cosas. Tengo buenas amistades, grandes afectos, noto que hay gente que me quiere. Si me voy ahora con 92 a?os no sentir¨¦ carencias, tampoco pienso en el pasado. En mis tiempos estaba la guerra y las bombas, siempre es mejor lo que pasa hoy. Echo de menos gente, alg¨²n amigo en Sicilia. Ahora que volver¨¦ ser¨¦ el ¨²ltimo. De mis 15 amigos de infancia, solo quedo yo. ?Y qu¨¦ voy a hacer? Pues a respirar el aire de mi puerto.
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