Estrategias en la batalla de la vida
Es una de esas historias de las que, pese a sus desperfectos formales, que no son pocos, en momento alguno puedes evadirte
LA CENA
Direcci¨®n: Oren Moverman.
Int¨¦rpretes: Steve Coogan, Richard Gere, Rebecca Hall, Laura Linney.
G¨¦nero: drama. EE UU, 2017.
Duraci¨®n: 120 minutos.
En el a?o 2007 dos j¨®venes de 18 a?os de clase alta quemaron viva a una mendiga en el interior de un cajero autom¨¢tico de Barcelona. Unos hechos que, con exactas caracter¨ªsticas, sirvieron tres a?os despu¨¦s al novelista holand¨¦s residente en Espa?a Herman Koch para elucubrar sobre los or¨ªgenes educativos y familiares de los adolescentes, y sobre las consecuencias morales en los padres, con la muy exitosa novela La cena, ahora adaptada al cine por el director estadounidense Oren Moverman, uno de los pocos especialistas americanos en cine social y pol¨ªtico, siempre relacionado con la ¨¦tica, tras notables pel¨ªculas como The Messenger (2009) e Invisibles (2014).
La cena es una de esas historias de las que, pese a sus desperfectos formales, que no son pocos, en momento alguno puedes evadirte: conciernen a la sociedad y a cualquiera m¨ªnimamente preocupado por lo que ocurre a su alrededor y en su propio modo de vida. Dotada de m¨²ltiples capas narrativas, con continuos saltos atr¨¢s en el espacio y en el tiempo desde el hilo conductor de la cita en un restaurante con los progenitores de los chavales asesinos, para ir conformando el ambiente y los resortes en los que estos se han criado, la pel¨ªcula habla principalmente de hasta d¨®nde estar¨ªamos dispuestos a llegar para proteger a nuestros hijos ¡ªen lo econ¨®mico y en lo judicial, y sobre todo en lo moral¡ª. Pero tambi¨¦n de las batallas de cada d¨ªa, con los dem¨¢s y con uno mismo, demasiadas veces mucho m¨¢s cruentas que cualquier guerra entre pa¨ªses o entre bandos civiles.
Un subtexto que Koch como novelista y Moverman como director y adaptador enlazan con el interesant¨ªsimo personaje interpretado por Steve Coogan, uno de los padres, profesor de Historia con evidentes desequilibrios mentales, especialista en la batalla de Gettysburg, clave en la Guerra Civil estadounidense, y hermano del otro padre implicado, pol¨ªtico de grandes aspiraciones de poder. Una guerra civil familiar, tambi¨¦n con componentes racistas, que llega hasta los hijos adolescentes, herederos en cierto modo de aquellos terratenientes esclavistas.
Sin embargo, la estructura del relato, marcada tan pomposa como artificialmente por los sucesivos platos que se van sirviendo en el restaurante de lujo donde se celebra la reuni¨®n de altas instancias para dar una soluci¨®n al problema, nada aporta en un desaf¨ªo con tanto que contar y con tan poco que desperdiciar. Un agujero en el que tampoco ayuda la puesta en escena de Moverman, grandilocuente, vac¨ªa y est¨¦ticamente hortera ya desde la l¨ªnea fotogr¨¢fica, que acaba rebajando la altura de una pel¨ªcula de inmensas posibilidades sobre la guerra de vivir. Aquella en la que la estrategia es tan necesaria, y tan terrible, como en la batalla de Gettysburg.
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