¡°Los poemas son como sue?os¡±
Una conversaci¨®n en Londres con Mark Waldron, uno de los poetas m¨¢s destacados de Reino Unido
El pasado 16 de octubre, el sol en ciertas partes del Reino Unido, Londres incluido, se ti?¨® de rojo a eso de la hora de comer. El meteor¨®logo de la BBC dijo que el efecto se deb¨ªa al polvo del desierto del S¨¢hara que arrastraba el hurac¨¢n Ofelia.Tambi¨¦n, a?adi¨®, el aire tiene las cenizas de los incendios forestales que afectan a Portugal y Espa?a. El poeta Mark Waldron fue de los muchos que sintieron cierta pesadumbre ante la imagen de un sol rojizo y un cielo anaranjado unas cuantas horas a¨²n antes del atardecer. ¡°Estaba con mi hijo de 12 a?os, intentando racionalizar la situaci¨®n. ?l tambi¨¦n estaba asustado. Me repet¨ªa a m¨ª mismo que nada iba a pasar, pero los sentimientos son otra cosa; son poderosos¡±, cuenta sentado en el sof¨¢ del living de su hogar.
Nacido en Nueva York pero criado en Inglaterra, Waldron, de 57 a?os, empez¨® a escribir poes¨ªa despu¨¦s de cumplir los 40. Desde peque?o tuvo inclinaciones literarias. Incluso, escribi¨® una novela a los veintitantos. Su esposa, que hoy trabaja en su ordenador un par de tramos de escaleras m¨¢s abajo, le dijo que era ¡°horrible¡±, pero que aquellos poemas de adolescente no estaban nada mal. Se lo pens¨® durante 20 a?os. Dice que necesitaba encontrar valor; dice que el mundo de la poes¨ªa es acad¨¦mico y que ¨¦l no fue a la universidad. Mientras, sigui¨® con su trabajo de publicista freelance para marcas como Fiat o Lloyd¡¯s Bank.
¡°Siempre he sabido que para trabajar en publicidad ten¨ªas que vender tu alma. Pero yo soy muy ingenuo y solo quer¨ªa pasarlo bien, tener buenas ideas y ganar alg¨²n premio. En realidad, es bastante parecido a la poes¨ªa¡±, dice sin un ¨¢pice de humor el autor de versos con t¨ªtulos como Todos mis poemas son como anuncios para m¨ª o Algunas veces un falo es solo un falo.
No le ha ido mal; en su adosado al este de la ciudad hay obras de arte, muebles de dise?o y un techo de cristal por el que ver cruzar los p¨¢jaros. Resulta que los esl¨®ganes han resultado ser una buena escuela, quiz¨¢s la mejor, a la hora de escribir una poes¨ªa ir¨®nica donde la imaginaci¨®n es protagonista a golpe de palabras como napalm o mierda ¨Clo que no impide que los cr¨ªticos mencionen a Wordsworth, John Ashbery o a Seamus Heaney cuando hablan de los sofisticados collages sem¨¢nticos que pueblan Meanwhile, trees [Mientras tanto, ¨¢rboles], publicado el pasado a?o en la prestigiosa editorial Bloodaxe Books. Poemas que, b¨¢sicamente, muestran la distancia que hay entre nuestros actos y qui¨¦nes somos en realidad. ¡°Someone really / needs to have the authority to intervene/ and protect me from myself¡± [Realmente alguien / deber¨ªa tener la autoridad para intervenir / y protegerme de m¨ª mismo]: comprar un tanque de detergente para hacer la colada es lo m¨¢s parecido a la libertad que nos queda, sugiere en uno de los poemas.
¡°La mayor parte de poetas escriben sobre s¨ª mismos, se hacen visibles; en mi caso, creo que lo intento pero no lo consigo y siempre estoy escondido. Tan pronto como empiezas a escribir, est¨¢s inventando una persona, ya sea est¨¦s escribiendo como yo o como t¨²; yo prefiero inventar un personaje, porque es m¨¢s honesto. Tiendo a pensar que mis poemas a veces son un poco como un mont¨®n de personajes diferentes en una obra de teatro, excepto que no hay narraci¨®n¡±, explica quien fue incluido en la lista de Nueva Generaci¨®n de Poetas en 2014 por la Poetry Book Society, fundada por T. S. Eliot en los a?os 50.
¡°La mayor¨ªa de los poetas contempor¨¢neos que me rodean son m¨¢s j¨®venes; en los 80 ya escrib¨ªan, eso quiere decir que mis amigos en este mundillo tienen 20 a?os menos que yo; los que tienen mi edad, su manera de escribir no me interesa. Siento que soy un outsider y a la vez me gusta esa sensaci¨®n¡±, cuenta
PREGUNTA. Da la sensaci¨®n de que muchos de estos poemas dar¨ªan para un libro pero que le da pereza desarrollarlo y que por eso elige escribir un poema.
RESPUESTA. Eso es. Mucho de vaguer¨ªa hay. Mi trabajo ha sido la publicidad; el trabajo perfecto para un vago. No tienes que escribir toda la pel¨ªcula, solo unos pocos segundos, o un titular para un p¨®ster, as¨ª que s¨ª, es vaguer¨ªa, pero siendo un poco m¨¢s benevolente conmigo dir¨ªa que no soy capaz de imaginar cosas que no necesitan una gran estructura. Quiz¨¢s yo tenga el tipo de mente que le resulta m¨¢s f¨¢cil escribir poemas. O puede que todo esto que te est¨¦ diciendo sean excusas y que realmente sea un vago.
P. Resulta curiosa su manera de rendir homenaje al omnipresente legado de la poes¨ªa en ingl¨¦s. Al Christopher Isherwood comunista, en el poema Underground beekeeping [Apicultura subterr¨¢nea], le gusta el marisco. Hay algo de ego en eso de ser el ¨²nico en saber qu¨¦ quieres decir, quiz¨¢s por eso Su poes¨ªa no pueda ser nunca popular sino precisamente underground.
R. Pero es que yo no quiero ser underground. Que aparezca un nuevo Wordsworth o un nuevo Hopkins no es posible. Como ingl¨¦s, tengo la capacidad de responder al paisaje como lo hac¨ªan ellos, pero los poemas para m¨ª estan escondidos, muchas veces no eres consciente de lo que escribes. Son como sue?os. A veces vuelvo a ellos sin saber de qu¨¦ van exactamente.
P. H¨¢bleme del poema que abre Meanwhile, trees, escrito para la artista estrella del oto?o en la Tate Britain de Londres, Rachel Whiteread, So I hid my song [As¨ª escond¨ª mi canci¨®n].
R. Ese poema responde a algo que sent¨ª cuando me invit¨® a ver su obra en el taller; hay gente que le ha preguntado si ella me dijo qu¨¦ escribir, porque es exactamente de lo que va su trabajo: inconscientemente, una obsesi¨®n por esconderse y ser visto al mismo tiempo. Quiz¨¢s el arte va de eso.
P. Los ¨¢rboles casi adquieren la dimensi¨®n de personas, como el ¨¢rbol-madre de la infancia para Seamus Heaney. Es como si viera el mundo a trav¨¦s de ellos.
Entregu¨¦ el otro d¨ªa a mi editor algunos poemas nuevos; y tambi¨¦n hay muchos ¨¢rboles. Fui un ni?o infeliz y de adolescente tambi¨¦n. Mis padres ten¨ªan una casa en el campo a la que ¨ªbamos los fines de semana; soy ateo, pero en esa edad entr¨¦ en una extra?a comunidad con la naturaleza, en concreto con los ¨¢rboles. Hab¨ªa un cierto de tipo de ¨¢rbol con el que sent¨ªa que pod¨ªa comunicarme; muchas veces no pasaba nada pero otras veces, estaba en sinton¨ªa con ellos, no quiero sonar como un hippy pero sent¨ªa consciencia por el ¨¢rbol, y el ¨¢rbol conmigo; era incre¨ªble. Ten¨ªa 12 a?os. No era un viaje ni salirme fuera de m¨ª mismo. Con las personas, las relaciones son siempre complicadas, puedes salir herido, puedes herir. Con los ¨¢rboles puedo relacionarme de una manera muy segura.
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