Victorino Mart¨ªn, la esperanza (?imposible?) del mundo del toro
?Servir¨¢ para algo que el ganadero sea el presidente de la Fundaci¨®n del Toro de Lidia?
El ganadero Victorino Mart¨ªn Garc¨ªa es el taurino de moda. No hay duda. Su reciente nombramiento como presidente de la Fundaci¨®n del Toro de Lidia (FTL) ha sido recibido con una clamorosa y merecida bienvenida. No en balde es el criador de toros m¨¢s acreditado, tiene las ideas claras y la suficiente valent¨ªa para expresarlas. Ha tenido un buen maestro, su padre, quien se caracteriz¨® durante toda su vida por una tenaz defensa del toro bravo y una cr¨ªtica sin ambages hacia el sistema y sus protagonistas.
El prestigio de Victorino hijo se acentu¨® el pasado 26 de septiembre, con su participaci¨®n en el programa televisivo ¡®La l¨ªnea roja¡¯, en el que mantuvo una encendida pol¨¦mica con Laura, una joven y agresiva animalista, ante la que no se dej¨® amilanar. Esa noche se convirti¨® en el ¡®l¨ªder¡¯ del toreo, que ahora se ha visto materializado con su designaci¨®n como presidente de la FTL.
Asume as¨ª un duro y elogioso compromiso, por su enorme dificultad y las escasas posibilidades de ¨¦xito. El toreo sufre una de las peores crisis de su historia por el acoso de pol¨ªticos y animalistas, el abandono progresivo de la sociedad, la irresponsable pasividad de los taurinos y la decadencia del toro.
Pero ah¨ª est¨¢ Victorino, en la puerta de toriles, con valerosa y encomiable disposici¨®n para lidiar un muy serio problema del que puede salir volteado. Ovaci¨®n de gala, pues, para quien abandona su zona de confort y salta al ruedo para enfrentarse a un toro de aviesas intenciones.
La FTL ha tenido hasta ahora una limitad¨ªsima actividad en defensa de la fiesta
Por todo ello, se ha convertido por derecho propio en la gran esperanza blanca del toreo actual.
Pero un asunto son las buenas intenciones y otro, muy distinta, la realidad.
Victorino es el nuevo presidente de una organizaci¨®n -la Fundaci¨®n del Toro de Lidia- que, despu¨¦s de dos a?os de vida, ha tenido una limitad¨ªsima actividad en la defensa y promoci¨®n de la fiesta, sus dos objetivos principales.
?Pero qu¨¦ es la FTL? Buena pregunta. Fundada al abrigo de la Uni¨®n de Criadores de Toros de Lidia -instituci¨®n inmovilista, silente y temerosa donde las haya, carente de todo sentido autocr¨ªtico y mucho m¨¢s preocupada de los ganaderos que del toro-, se ha dedicado, fundamentalmente, a promover acciones judiciales contra los descerebrados que han cometido presuntos delitos de odio, y ha tratado de mantenerse a flote -que no es poco- en el proceloso y complicado mundo de toro de la mano de un entusiasta Borja Cardel¨²s, su director general.
Pero poco m¨¢s. El negocio taurino ha seguido su curso, manejado por tres o cuatro grandes casas empresariales/apoderadas/ganaderas y las figuras del escalaf¨®n que eligen toros, ferias, compa?eros y fechas al margen, unas y otras, de los intereses de los aficionados. Y as¨ª nos va. Mientras la FTL mantiene su actitud a la defensiva, el espect¨¢culo camina sin rumbo conocido hacia no se sabe d¨®nde.
?Cambiar¨¢ el panorama con Victorino en la presidencia de la fundaci¨®n? He ah¨ª la cuesti¨®n peliaguda. ?Mantendr¨¢ el ganadero la libertad y valent¨ªa necesarias para criticar al sistema podrido que rige la fiesta? ?Se limitar¨¢, acaso, a defender la fiesta de los toros de los ataques externos, y olvidar¨¢, qui¨¦n sabe, que el gran enemigo est¨¢ dentro? ?Clamar¨¢ por un toro ¨ªntegro y exigir¨¢ que la corrida vuelva a los tres tercios, que nunca debi¨® perder? ?Se acordar¨¢ de los derechos de los aficionados antes que de los privilegios de los taurinos?
?Mantendr¨¢ el ganadero la libertad y valent¨ªa necesarias para criticar al sistema podrido que rige la fiesta?
En su primera declaraci¨®n de intenciones ha dejado claro que la nueva etapa va a estar marcada por la promoci¨®n; ¡°necesitamos salir a la sociedad¡±, ha enfatizado. ¡°Pero va a ser un trabajo dif¨ªcil, que requiere el apoyo de todos¡±, concluy¨®.
El nuevo presidente sabe que la unidad es la m¨¢s grave carencia del mundo del toro; y estar¨¢ convencido, sin duda, de que si no es capaz de concitar el compromiso de todos los sectores, la tauromaquia ser¨¢ un nost¨¢lgico recuerdo m¨¢s pronto que tarde.
Dirigir todas las energ¨ªas a la promoci¨®n no parece lo m¨¢s recomendable, cuando el espect¨¢culo se tambalea a causa de unas estructuras obsoletas, unos sistemas de gesti¨®n del pasado y unos protagonistas -toros y toreros- anclados en el ego¨ªsmo personal y lejos de los verdaderos intereses de los clientes.
Victorino sabe que la mejor promoci¨®n es un espect¨¢culo ¨ªntegro, un toro de verdad y toreros dispuestos a jug¨¢rsela cada tarde. Lo dem¨¢s son milongas.
Quiz¨¢, por todo ello, el papel del flamante presidente de la FTL nace cuajado de espinas. Se le reconoce el ¡®liderazgo¡¯, pero no faltar¨¢n quienes le recuerden que no debe molestar; que dirija sus cr¨ªticas a los antitaurinos y defienda el sistema ¡®de que todos comemos¡¯.
Victorino Mart¨ªn se ha convertido por m¨¦ritos propios y el empuje de Laura, la animalista televisiva, en la gran esperanza blanca; pero mucho tendr¨¢n que cambiar las cosas para que los taurinos le permitan seguir siendo el hombre libre y valiente que ha demostrado ser. Mucho tendr¨¢n que cambiar para que no sea una esperanza imposible. Y, si no, al tiempo¡
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