Un tsunami de verdad y hartazgo
El patriarcado est¨¢ nervioso porque sus cr¨ªmenes se cuentan por millones en todo el mundo
Cien mujeres francesas del ¨¢mbito de la cultura firman un manifiesto en favor del patriarcado en Francia y su eco tiene resonancia en todo el mundo. Es la estrategia habitual, cuando las demandas feministas calan en buena parte de la sociedad y se evidencia no solo que sus reivindicaciones son justas, sino que son necesarias y urgentes, se busca r¨¢pidamente mujeres que hagan el trabajo sucio, es decir, que se enfrenten a estas demandas para ganar un poco de tiempo. El patriarcado busca mujeres para hacer el trabajo cuando ¨¦ste no es aceptable para los hombres, es decir, cuando los hombres tienen miedo a hacerlo porque evidenciar¨ªan demasiado su situaci¨®n de poder o porque simplemente, sus argumentos son inconsistentes. La historia tiene miles de ejemplos. En Espa?a, probablemente, el paradigma sea el enfrentamiento que sostuvo Victoria Kent con Clara Campoamor cuando ¨¦sta defend¨ªa el derecho al voto para las mujeres. El partido de Kent solo ten¨ªa una diputada y fue ella precisamente la elegida para sostener lo indefendible: la negativa al sufragio universal. Los franceses han hecho lo mismo, esconderse tras cien mujeres para defender lo indefendible: la violencia masculina, especialmente sexual, que sufrimos las mujeres en todo el mundo.
Una estrategia tan vieja y endeble como el resto de los argumentos del manifiesto franc¨¦s. Somos m¨¢s de tres mil millones de mujeres en el mundo, solo faltar¨ªa que fu¨¦semos todas iguales. El patriarcado no es un ente abstracto, tiene nombres y apellidos los de todos aquellos hombres que se benefician de la desigualdad, de quienes no respetan a las mujeres, quienes las desprecian, las agreden, las ningunean, las insultan, las violan o las matan y tambi¨¦n los de todas las mujeres que creen que es mejor tener unas migajas de ese poder que enfrentarse al mismo.
Mucho me temo que esta vez, la jugada no les va a salir bien. El silencio es el mandato patriarcal por excelencia. Durante siglos se mantuvo la expresa prohibici¨®n a las mujeres de tener conocimiento, leer, escribir, crear, hablar en p¨²bico¡ Ese pacto de silencio forjado sobre el miedo de ellas, la violencia de ellos y la indiferencia de la mayor¨ªa, hab¨ªa conseguido normalizar el abuso, el maltrato e incluso generar la cultura de la violaci¨®n en la que vivimos. El patriarcado reacciona con sus viejos trucos porque el silencio se ha roto. Ana Orantes, Malala, el movimiento #metoo¡ miles de voces de mujeres en todo el mundo lo est¨¢n haciendo a?icos con una fuerza desconocida hasta ahora. Es el fruto del buen trabajo que el feminismo lleva haciendo, sin descanso, los ¨²ltimos tres siglos. Millones de mujeres en todo el mundo han dicho se acab¨®. No porque el feminismo haya victimizado a las mujeres y las haya convertido en ¡°v¨ªctimas eternas y pobres peque?as bajo la influencia de demon¨ªacos fal¨®cratas¡±, como dicen las francesas en su manifiesto, cargado de errores conceptuales y patra?as, sino por todo lo contrario. Miles de mujeres han dejado de tener miedo y est¨¢n dispuestas a hablar alto y claro en las redes sociales, frente a las c¨¢maras y frente a los tribunales. Miles de mujeres en todo el mundo saben que el silencio y la sumisi¨®n, lejos de protegernos, amparan a los perpetradores y alimentan la impunidad, gasolina de la violencia.
El patriarcado est¨¢ nervioso porque sus cr¨ªmenes se cuentan por millones en todo el mundo y ya no es posible esconderlos debajo de las alfombras. ¡°Abrid ya las ventanas. Adentro las ventiscas y el aire se renueve¡±, escrib¨ªa Carmen Mart¨ªn Gaite. El patriarcado est¨¢ nervioso porque se enfrenta a un tsunami de verdad y hartazgo, de infinito cansancio, de asco e indignaci¨®n. No ser¨¢ con manifiestos y viejas artima?as como lo va a parar. Las bases est¨¢n puestas, la conciencia extendida, los liderazgos numerosos y consolidados, las voces afinadas, el objetivo claro y, por primera vez, toda una industria y sus tremendos beneficios econ¨®micos se tambalea. Esto ya comenz¨® y nadie lo va a parar.
Nuria Varela es escritora. Su ¨²ltimo libro se titula Cansadas: una reacci¨®n feminista ante la nueva misoginia
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