Patricio Pron: ¡°Ahora me es m¨¢s f¨¢cil re¨ªrme del rid¨ªculo literario¡±
El escritor argentino publica el libro de cuentos 'Lo que est¨¢ y no se usa nos fulminar¨¢'
Este es el hombre que dice ser Patricio Pron en uno de los cuentos de Lo que est¨¢ y no se usa nos fulminar¨¢ (Literatura Random House). En ese cuento, el verdadero autor inventa un personaje, Patricio Pron, que alquila actores para que hagan en su nombre la promoci¨®n de sus libros. El p¨²blico termina amando m¨¢s al actor que al autor verdadero.
Nacido en Rosario en 1975, Pron vivi¨® en su infancia el torbellino argentino, del lado revolucionario, y se siente un poco como todos los argentinos de su edad, ¡°hijo de desaparecidos¡±, aunque sus padres est¨¦n ah¨ª, y bien saludables. Hablamos con el verdadero Pron.
Pregunta. ?Es el hombre que dice llamarse Patricio Pron?
Respuesta. Eso dicen. Los escritores no somos m¨¢s que una suma de prejuicios. Las entrevistas y lo que leemos sobre los autores confluyen en una especie de fantasma que se adhiere al escritor y que en alg¨²n sentido lo reemplaza.
P. Y ah¨ª est¨¢ usted haciendo de Pron en un cuento de Pron.
R. Y eso es ese Pron. Y es posible que el que hace de Pron, el actor, sea mejor que el tal Patricio. Pero no hay posibilidad de que haya competencia para hacer de m¨ª en ning¨²n sitio: puedo seguir siendo quien de veras soy.
P. ?Y qui¨¦n es usted, el verdadero o el falso?
R. No hay falsedad en literatura. Siempre he pensado que quien sea ese Pron no importa. Lo que importan son los libros que ha escrito, las contribuciones que haya hecho a la discusi¨®n. En cada libro existe la posibilidad de una redenci¨®n modesta de las peque?as faltas.
P. ?C¨®mo entra la persona que es usted en los libros?
R. Algunos escritores hacen autobiograf¨ªas o memorias. Lo que yo hago es vaciar los textos de toda referencia personal, pero a veces se cuelan. De una forma u otra, parte de todo lo que se cuenta en este libro me sucedi¨®. Cuando finjo que no me pas¨® es cuando verdaderamente me sucedi¨® a m¨ª.
P. El ¨¦nfasis en su propia persona de estas preguntas es porque aqu¨ª habla de todo lo que le concierne como autor: los editores, los otros autores, el p¨²blico... ?C¨®mo se siente en ese mundo en el que usted dice que hay tanta simulaci¨®n?
R. Si lo deseamos, todos desarrollamos mecanismos para mantenernos al margen de los aspectos m¨¢s s¨®rdidos de este negocio. Se puede entrar de forma plena en ese juego, pero si, como en mi caso, eso no se es lo que se quiere, hay que recordar siempre que nuestro impulso inicial estuvo solo motivado por los libros. Una de las formas de resolver el problema de la inmersi¨®n en la sociabilidad literaria es ri¨¦ndose de ello. Esa sociabilidad literaria puede ser decepcionante si uno comenz¨® a escribir con una visi¨®n ¨¦pica de la vida de los escritores. En tiempos fue dif¨ªcil, pero me resulta bastante f¨¢cil poder asumir el porcentaje de patetismo y rid¨ªculo que forman parte de la vida literaria.
P. Dijo ¡°s¨®rdido¡± refiri¨¦ndose al negocio en el que est¨¢.
R. Es un negocio s¨®rdido a ratos, ennoblecido y salvado por un pu?ado de personas rectas y merecedoras de todo nuestro respeto y por otro pu?ado, incluso mayor, de personajes que trabajan en puestos del negocio editorial que no son especialmente visibles. Lo que ocurre es que la conversaci¨®n literaria se convierte cada vez m¨¢s en conversaciones de comerciales en las que se cuelan reputaciones m¨¢s basadas en lo que se vende que en lo que vale la pena.
P. ?A qu¨¦ aspira en ese ¨¢mbito en el que se encuentra?
R. No quiero la literatura como una homil¨ªa laica que sirva para arrojar migajas de verdad sobre un p¨²blico informe. Concibo la literatura como un di¨¢logo que conforma una comunidad. Una especie de rep¨²blica formada por autores y lectores. Y el prop¨®sito ¨²ltimo es desaparecer detr¨¢s de los libros. Un d¨ªa, hace mucho, escrib¨ª en Rosario sobre un tango. Escuch¨¦ a mi alrededor a unos tangueros mayores que hablaban de mi texto como si lo hubiera escrito alguien de su edad. No dije nada, no me di por conocido. Eso escenific¨® lo que deseaba que sucediera conmigo y con mis libros.
P. ?Tampoco le importar¨ªa no ser Pron?
R. En ocasiones los autores escribimos sobre lo que nos atemoriza. Y el temor a desaparecer es algo que tenemos todos. A ser olvidados. En cuanto a esa suplantaci¨®n que de broma se hace en el cuento del que habl¨¢bamos, no hay problema: nadie querr¨¢ ser Patricio Pron, de modo que tengo que seguir si¨¦ndolo yo mismo hasta que, en efecto, desaparezca.
P. ?A qu¨¦ le tiene miedo?
R. A que la escritura se convierta en una rutina, a que escribir ficci¨®n y no ficci¨®n sea algo que pueda hacer sin volcarme por completo en ello. Creo que me he desprendido de algunos miedos. Por ejemplo, del temor a las opiniones de los dem¨¢s.
P. Usted es muy serio. ?C¨®mo ha logrado re¨ªrse de s¨ª mismo?
R. Quiz¨¢ al hecho de que la enorme inmigraci¨®n jud¨ªa llev¨® a Argentina el humor. Y quiz¨¢ somos jud¨ªos sin saberlo, capaces de re¨ªrnos tambi¨¦n del horror que hemos padecido.
P. En todo el libro hay referencias a Argentina, su autobiograf¨ªa es argentina.
R. S¨ª, se podr¨ªa decir que es un libro de regreso a mi pa¨ªs. En alg¨²n momento fantase¨¦ con titularlo Mundo argentino, un t¨ªtulo perfecto para este egocentrismo que tenemos los argentinos. Ser¨ªa un mundo terrible, pero es posiblemente un mundo en el que los argentinos creemos que vivimos sintiendo que todo el mundo es argentino.
P. Imagine a un actor que sea Patricio Pron en el caso hipot¨¦tico que pase lo que usted dice en el relato que implica su nombre.
R. Poni¨¦ndome en lo mejor, George Clooney, o John Cassavetes. En lo peor, Cantinflas, o uno muy gordo. ?O una actriz! ?Por qu¨¦ no una actriz?
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Autor: Patricio Pron.
Editorial: Literatura Random House (2018).
Formato: versi¨®n kindle y tapa blanda (176 p¨¢ginas).
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