El desaf¨ªo de improvisar un acompa?amiento para Charlot
El Teatro Real proyecta fragmentos de pel¨ªculas del genio mientras el pianista belga Jean Jadin toca en directo y sin partitura
En una sala tan oscura que evoca al misterio y despierta las ganas de ver m¨¢s all¨¢, se presenta, bajo un foco, un hombre bajito, de pelo canoso y mirada brillante que parece tener vida propia. Lentamente, se coloca una peluca de cabello negro engominado, se pinta unas cejas azabache? con forma arqueada, se coloca un bigote cuadrado del mismo color, un pantal¨®n demasiado grande y se mira al espejo de manera coqueta para comprobar que todo est¨¢ como deber¨ªa. Parece otra persona, sin embargo, esa mirada brillante le delata. Busca algo en el escenario. "?D¨®nde est¨¢ mi sombrero?". Rebusca, rebusca, rebusca... Et voil¨¤! Y tras varios tropiezos, se coloca un bomb¨ªn negro. La transformaci¨®n se ha completado. Ante ustedes, el mism¨ªsimo Charlot, o al menos eso parece.
El espect¨¢culo comienza con el pianista belga Jean Jadin (B¨¦lgica, 1962) al piano. Sin partitura, sin esquemas, sin guion, pero con fragmentos proyectados de pel¨ªculas de Charles Chaplin como ¨²nico hilo conductor del espect¨¢culo. El icono mundial de la era del cine mudo ha llegado al Teatro Real de Madrid este fin de semana y estar¨¢ hasta el s¨¢bado 27 de enero. El vagabundo, Charlot a la una de la madrugada, Charlot emigrante, Charlot en el balneario; Charlot, prestamista; Charlot en la calle de la paz y Charlot, h¨¦roe del pat¨ªn son algunos de los t¨ªtulos elegidos por Jadin para crear una pel¨ªcula que cobra sentido en s¨ª misma, como si se viera por primera vez. El belga tiene por delante una hora de improvisaci¨®n en vivo, a sabiendas de que de ¨¦l depende la comprensi¨®n de las im¨¢genes. En este reto le acompa?a el veterano actor Guy Cohen (B¨¦lgica, 1942), su compa?ero de experimentos art¨ªsticos desde hace 35 a?os, que, caracterizado como Charlot, est¨¢ a cargo de leer los carteles que acompa?an a las cintas de cine mudo. "?Arriba las manos!", grita en un espa?ol afrancesado, como si ¨¦l mismo fuera el ladr¨®n.
En un ejercicio de volver a los or¨ªgenes del cine, en los que en cada sala de exhibici¨®n hab¨ªa un pianista a cargo de la m¨²sica y sonidos de un filme mudo, la instituci¨®n comienza el a?o de la mano de estos dos artistas de la improvisaci¨®n para acercar la figura de Chaplin, a¨²n m¨¢s si cabe, a los espectadores con esta representaci¨®n para todas las edades, pero sobre todo, para los m¨¢s j¨®venes. "La intenci¨®n es despertar en ellos el gusto por la confluencia de las artes", se?ala Jadin. Con varias actuaciones por delante, ni una de ellas ser¨¢ igual que la anterior, ya que el belga cambia de esquema musical seg¨²n se sienta ese d¨ªa y seg¨²n las reacciones que perciba del p¨²blico. "Llevo seis meses trabajando en esto y ni un solo d¨ªa ha sonado similar a otro, pero siempre est¨¢ ligada totalmente a la imagen", apunta el pianista.
Sin quitar la vista de la pantalla, Jadin se deja llevar a trav¨¦s de las teclas del piano y, de vez en cuando, emite alguna onomatopeya de acompa?amiento de los golpes, ca¨ªdas y dem¨¢s estridencias del protagonista. Para prepararse, tiene como costumbre ver una ¨²nica vez la pel¨ªcula sin sonido. Cuando acaba, intenta estar el mismo tiempo que dura la pel¨ªcula tocando al piano de manera improvisada. Si lo consigue, es que el filme le ha inspirado lo suficiente como para que pueda crear la m¨²sica en vivo cada vez que quiera. Es la primera vez que Jadin viene a Espa?a con este espect¨¢culo, sin embargo, ha recorrido con su piano B¨¦lgica, Inglaterra y Francia. Siempre improvisando sobre pel¨ªculas mudas, pero de diferentes directores, como George M¨¦li¨¨s, Buster Keaton, Germaine Dulac o la famosa Metr¨®polis de Fritz Lang. "Me dejo llevar por la luna de M¨¦li¨¨s y a la vez me asusto con Nosferatu, el siniestro vampiro de Murnau".
La hilaridad desenfrenada por las rid¨ªculas ca¨ªdas, la caracter¨ªstica figura de Charlot, arr¨ªtmica en sus movimientos, los silencios intencionados y la sucesi¨®n de fotogramas en blanco y negro que representan situaciones tan reales como absurdas hacen que la sala se sienta como una proyecci¨®n de cine cl¨¢sico de principios de siglo. Jean nunca escribe notas musicales. "Quiero que cada vez sea como la primera". Y quiere que, todo el que disfrute de su espect¨¢culo, sienta lo mismo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.