La f¨¢bula de fango y ajolotes de Gael Garc¨ªa Bernal
El actor mexicano concluye en Xochimilco el rodaje de ¡®Chicuarotes¡¯, su segundo largometraje como director
Gael Garc¨ªa Bernal est¨¢ sentado en la sala de una casa de tres niveles en el centro de San Gregorio Atlapulco. Es una madrugada de diciembre y el fr¨ªo en esta zona de Xochimilco, al sur de la Ciudad de M¨¦xico, cala los huesos. El director de Chicuarotes est¨¢ vestido con una gruesa chamarra que desborda la silla de manta. Frente a ¨¦l, una pantalla muestra a un par de ajolotes que roban el primer cuadro de la toma. Los anfibios, end¨¦micos del Valle de M¨¦xico, se mueven lentamente en una pecera hipnotizando a la producci¨®n. Hay uno oscuro y uno albino. En la ficci¨®n se llaman Tonatiuh y Citlali.
Gael Garc¨ªa suelta un par de curiosidades sobre esta especie prehisp¨¢nica al borde de la extinci¨®n. Cuenta que el animal sale en una pel¨ªcula de acci¨®n de Corea del Sur. Uno de los cuidadores de los ajolotes asegura tambi¨¦n que uno aparece en Viaje a la luna, de Georges M¨¦li¨¨s. El actor relata la teor¨ªa del antrop¨®logo Roger Bartra, que compara al mexicano con esta especie de salamandra que vive una adolescencia perenne porque no termina de evolucionar. Es esta met¨¢fora la que Garc¨ªa Bernal quiere resaltar para contar la historia de dos j¨®venes que buscan escapar del c¨ªrculo de pobreza y violencia del extrarradio de la capital mexicana.
Los protagonistas,?Cagalera (Benny Emmanuel) y Moloteco (Gabriel Carbajal), piensan en una forma de comprar una plaza en el sindicato de electricistas. Su ingreso al gremio es un billete de salida de Atlapulco, un vocablo xochimilca que hace referencia a las tierras del fango. Cagalera es hijo de una familia muy disfuncional y ambos, habitantes de un entorno bello con edificios color concreto, est¨¢n dispuestos a lo que sea con tal de salir de esa realidad. Incluso a secuestrar a otro menor.
¡°Es una historia que, si fuera contada en Buenos Aires o Sao Paulo ser¨ªa violencia pura, pero llevada a M¨¦xico se convierte en una historia de violencia cotidiana¡±, cuenta Gael Garc¨ªa en el rodaje aquella madrugada de diciembre. La pel¨ªcula le permite reflexionar sobre la alta tolerancia a este fen¨®meno en M¨¦xico. ¡°?C¨®mo nos permitimos caer en el fondo de esta violencia?¡±.
Chicuarotes, sin embargo, no carece de picaresca. El guion est¨¢ escrito por Augusto Mendoza (Abel, Mr. Pig), quien creci¨® en el barrio colindante de esta zona y ha sabido inyectar humor e iron¨ªa a la aventura de estos antih¨¦roes. El t¨ªtulo de la cinta hace referencia al gentilicio de la regi¨®n y significa necio o testarudo.
Garc¨ªa Bernal ha vuelto a colocarse detr¨¢s de la c¨¢mara para dirigir un largo de ficci¨®n tras una d¨¦cada. D¨¦ficit, la ¨®pera prima que dirigi¨® a sus 29 a?os, ha dejado recuerdos agridulces en los espectadores a lo largo del tiempo. Ahora, encabeza un proyecto tras ejercitarse con cortometrajes y dirigiendo cap¨ªtulos de las series de Aqu¨ª en la tierra y Mozart in the Jungle, con la que gan¨® un Globo de oro por su actuaci¨®n.
¡°Me sorprende no estar estresado, angustiado y todos los d¨ªas, aunque suene a un mantra medio cursi, estamos haciendo la pel¨ªcula que queremos. Eso es una maravilla y una fortuna¡±, confes¨® el director este lunes, cerca del t¨¦rmino del rodaje que arranc¨® el 20 de noviembre.
El rodaje de la pel¨ªcula ha servido como un b¨¢lsamo despu¨¦s de la tragedia. Un paseo por San Gregorio revela un pueblo muy afectado por el terremoto del 19 de septiembre. Muchas casas eran solo escombros en diciembre. El Gobierno hab¨ªa comenzado a tirar los edificios m¨¢s da?ados. Algunos ten¨ªan lonas anunciando el derribo inminente. Otras casas mostraban en las puertas de los garajes las hojas que los hac¨ªan acreedores a las ayudas del Fondo de Desastres Naturales. La escena de los ajolotes se rod¨® en el segundo piso de un edificio reforzado con pilotes para dar m¨¢s soporte a la estructura.
Enamoramiento y desencanto filos¨®fico
El terremoto no hizo cambiar de planes a la producci¨®n, sino que la afianz¨® m¨¢s. La cinta utiliza a j¨®venes del pueblo como actores. Gael Garc¨ªa incluso habla de un ¡°enamoramiento¡± con la comunidad. ¡°De repente ya no recuerdas qu¨¦ fue lo que m¨¢s llam¨® la atenci¨®n. Son tantas cosas que se vuelve una necesidad hacer la pel¨ªcula. Hacer el sue?o en el que te embarcaste, te convenciste y adem¨¢s embaucaste a mucha gente tambi¨¦n¡±.
Esto no siempre fue as¨ª. En la madrugada de diciembre, Gael confes¨® haber perdido el apetito del proyecto hace algunos a?os. Conoci¨® el guion desde hace una d¨¦cada y lo hab¨ªa apasionado. Sin embargo, tuvo un ¡°desencanto filos¨®fico¡± con ¨¦l justo cuando fue padre. La paternidad desplaz¨® el ejercicio de creaci¨®n cinematogr¨¢fica. No era un fen¨®meno extra?o. Lo hab¨ªa consultado con Alfonso Cuar¨®n y Carlos Reygadas y se hab¨ªa encontrado con que los directores hab¨ªan tenido experiencias similares. Con sus ni?os encaminados, Gael retom¨® el foco del proyecto que est¨¢ cerca de concretarse.
Los muros de San Gregorio Atlapulco se han poblado de murales desde el terremoto. Los ni?os fueron desalojados de sus escuelas por varias semanas y la pintura en las paredes se convirti¨® en una actividad extracurricular de manos de los maestros. Uno de esos murales, justo a la entrada del pueblo, muestra una flor naciente. San Gregorio florecer¨¢, dice la pieza de arte urbano.?Chicuarotes abonar¨¢ a que el arte ayude a pasar el mal trago que dej¨® la tragedia aqu¨ª, en la tierra del fango.
Babelia
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