¡°La cultura empresarial t¨®xica es por desgracia com¨²n en videojuegos¡±
William Audureau habla sobre su investigaci¨®n en 'Le monde' que ha desvelado las p¨¦simas condiciones laborales de Quantic Dream
El glamur de Ellen Page, Willem Dafoe o David Bowie. El compromiso art¨ªstico de lograr una narrativa de calidad. Y el poder t¨¦cnico para alcanzar una belleza fotorrealista en las im¨¢genes. Pero, bajo todo este lustre, el estudio franc¨¦s Quantic Dream, con 20 a?os ya a sus espaldas, escond¨ªa una cultura empresarial machista y abusiva con los empleados. As¨ª lo desvel¨® una investigaci¨®n publicada al un¨ªsono por tres medios franceses el pasado domingo: Le monde, Media part y Canard PC.
La reacci¨®n oficial de Quantic Dream y sus fundadores fue negar taxativamente todo lo dicho. Sony, la compa?¨ªa que cuenta con Quantic Dream como uno de sus estudios exclusivos m¨¢s prestigiosos para sus consolas PlayStation, tambi¨¦n ha publicado un comunicado oficial, al que ha remitido a este peri¨®dico: "Como estudio independiente, Quantic Dream es responsable de sus pr¨¢cticas con sus empleados. De manera m¨¢s general, nuestras expectativas con todos nuestros proveedores y socios es que cumplan con la legislaci¨®n relativa al empleo y tengan las mejores pr¨¢cticas. No tenemos m¨¢s comentarios". El estudio franc¨¦s se ha visto envuelto en este esc¨¢ndalo cuando el lanzamiento de su nueva y esperada superproducci¨®n, el videojuego ciberpunk Detroit exclusivo de PlayStation 4, es inminente. Para m¨¢s inri, el juego se mete en jardines como la violencia dom¨¦stica o la esclavitud sexual como una apuesta por el riesgo art¨ªstico.
Una semana despu¨¦s de esta pol¨¦mica, William Audureau, periodista de Le monde, coge el tel¨¦fono para hablar con 1UP sobre esta investigaci¨®n, el problema del que es ep¨ªtome, la repercusi¨®n que ha tenido y la responsabilidad de todos los actores implicados en su encubrimiento; prensa incluida. Audureau se encontr¨® con la cultura t¨®xica de Quantic Dream mientras investigaba, el pasado octubre, un problema mucho m¨¢s general y mayor: el sexismo y el acoso sexual en la industria del videojuego franc¨¦s. "Estaba hablando con muchos actores de la industria. Eso supongo que hizo que mi nombre sonara y que por eso me contactara el responsable de IT de Quantic Dream para contarme qu¨¦ estaba pasando all¨ª. Y una de las primeras cosas que me cont¨® es que hab¨ªa mucho sexismo en Quantic Dream. Pero tambi¨¦n muchos otros problemas". Al descubrir que otros periodistas estaban tras la pista del mismo problema, Audureau y sus colegas de profesi¨®n decidieron coordinarse para publicar al mismo tiempo y compartir la informaci¨®n de la que dispon¨ªan.
Un ¨¢rea de esos problemas pertenece por entero a la cabeza visible del estudio, su presidente y m¨¢ximo responsable creativo, David Cage. La treintena de entrevistados cercanos o empleados de Quantic Dream que hablaron con Le Monde, Mediapart y Canard PC describen a un Cage desp¨®tico, incapaz de escuchar otra opini¨®n al margen de la suya y habituado a casi doblar de manera habitual el m¨¢ximo de jornada laboral legal en Francia (35 horas), siendo habitual que sus empleados alcanzaran las 60 horas semanales.
Los empleados lo acusaron tambi¨¦n de una rutinaria inclinaci¨®n a los chistes xen¨®fobos, hom¨®fobos y machistas. Un bot¨®n: al ver una noticia de un robo, se dirigi¨® a uno de sus empleados, magreb¨ª, y le dijo, con una sonrisa: "?Es este tu primo?". Cage neg¨® taxativamente las acusaciones y se defendi¨® en el prestigio de sus colaboradores contestando al peri¨®dico franc¨¦s en estos t¨¦rminos: "?Quer¨¦is hablar de homofobia? Hemos trabajado con Ellen Page, que lucha por los derechos LGBT. ?Quer¨¦is hablar de racismo? Hemos trabajado con Jesse Williams, que lucha por los derechos civiles en Estados Unidos. ?Juzgad mi trabajo!". Audureau ha afirmado a EL PA?S que no descarta una posible demanda legal a Le Monde, pero que se encuentra "tranquilo" porque tienen la historia "perfectamente atada" desde todos los ¨¢ngulos.
Los motivos que explican esta cultura t¨®xica en Quantic Dream no son, para Audureau, fruto de una casualidad o muestra de un mal ejemplo muy concreto. "El problema viene de que muchos estudios de videojuegos se formaron de un n¨²cleo muy peque?o, de entre cinco y 10 personas, todos varones. Esto hizo que los estudios institucionalizaran, a lo largo de su historia, una cultura de machos de vestuario, que choca frontalmente con la apertura y diversidad que poco a poco va transformando el medio", afirma el periodista franc¨¦s.
Pero hay otro responsable de que este problema se enquiste: la prensa y particularmente la especializada. Audureau, que antes de trabajar en Le Monde era periodista de un medio especializado, afirma sin tapujos que, "si siguiera trabajando en un medio as¨ª, probablemente ser¨ªa imposible haber sacado esto a la luz. Para algunos el periodismo de videojuegos no existe, lo consideran solo una herramienta de marketing. Eso no quiere decir que en Francia no se haga buen periodismo de videojuegos desde el lado especializado, porque hay profesionales que s¨ª tratan de investigar. Canard PC es un ejemplo, como lo es tambi¨¦n Gamekult. E internacionalmente Kotaku, Polygon o Eurogamer est¨¢n haciendo muy buen trabajo".
El a?o pasado, en estas p¨¢ginas, el fundador de Nivel Oculto Juan Manuel Moreno public¨® un pol¨¦mico art¨ªculo de opini¨®n, muy discutido por la escena del periodismo espa?ol de videojuegos, titulado La prensa fan. En ¨¦l se cuestionaba esa frontera permeable entre el aficionado al videojuego y el periodista profesional dentro del sector, especialmente en el trato que recibe y da a las compa?¨ªas de las que informa. Audureau describe que la misma situaci¨®n se da en Francia y que se le puede poner una fecha muy concreta. "Antes de los noventa, los medios especializados de videojuegos estaban acostumbrados a hablar de cualquier cosa, pol¨¦mica o no. Pero a partir de esa d¨¦cada, las compa?¨ªas de videojuegos crecieron mucho en tama?o y beneficios y con ese crecimiento aparecieron los departamentos de prensa. Todo empez¨® a controlarse mucho m¨¢s".
Audureau incluso recibi¨® la confirmaci¨®n por una fuente interna a Sony PlayStation Francia de que hab¨ªa sido incluido en una lista negra, es decir, borrado de cualquier posibilidad de entrevistar al talento o asistir a eventos de la compa?¨ªa, algo que, seg¨²n Audureau, Sony es tristemente famosa por hacer en su divisi¨®n francesa. El redactor de Le Monde lo public¨® en Twitter y la respuesta de la multinacional no se hizo esperar. Un comunicado oficial (en ingl¨¦s) en el que negaban que estuviera en ninguna lista negra y que la compa?¨ªa nipona inst¨® al periodista a publicar p¨²blicamente a la mayor urgencia. Audureau lo hizo en su cuenta de Twitter.
Audureau lamenta que los aficionados a los videojuegos, especialmente los j¨®venes, no valoren mucho investigaciones como la suya y exijan que se convierta en norma este tipo de periodismo en videojuegos. "En muchos casos, al repasar los comentarios al art¨ªculo, nos encontramos con gente que se prefiere creer una teor¨ªa de la conspiraci¨®n antes que aceptar que un estudio de videojuegos tiene esta cultura empresarial. No se dan cuenta de que un medio de informaci¨®n de prestigio cuida una historia as¨ª, desde el punto de vista tambi¨¦n legal, hasta el ¨²ltimo detalle. Me gustar¨ªa ense?arles personalmente, a uno de estos j¨®venes que dudan, c¨®mo lo hicimos, que vean por dentro lo exigente y dif¨ªcil que es una investigaci¨®n as¨ª".
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