Jos¨¦ Molina, el bailaor que emocion¨® al ¡®New York Times¡¯
Promocion¨® el baile espa?ol durante los 62 a?os que vivi¨® en Estados Unidos
¡°Soy espa?ol de los pies a la cabeza¡±, declaraba un bromista Jos¨¦ Molina en uno de los programas nocturnos de entretenimiento de la televisi¨®n estadounidense que frecuentaba entre los a?os sesenta y ochenta. En otro programa, tocaba en¨¦rgicamente las casta?uelas. Sin apenas captar atenci¨®n en Espa?a, Molina actuaba como un embajador del flamenco en Estados Unidos, pa¨ªs al que viaj¨® en 1956 en busca de oportunidades y del que ya nunca se march¨®. El bailaor y profesor muri¨® en Nueva York el pasado cinco de enero a los 81 a?os como consecuencia de un c¨¢ncer de pulm¨®n.
Judith Shapiro, una amiga cercana, asegura que Molina le cambi¨® la vida. Era 1993 y ella quer¨ªa aprender a bailar flamenco. ¡°Alguien me dijo tienes que encontrar a Jos¨¦ Molina y eso es lo que hice. Me enamor¨¦ del flamenco¡±, cuenta por tel¨¦fono la mujer estadounidense, de 55 a?os, que organiz¨® el pasado fin de semana un homenaje al fallecido en un restaurante espa?ol en Manhattan.
Cuando se conocieron, Molina hab¨ªa dejado de lado la compa?¨ªa con la que recorri¨® durante tres d¨¦cadas 400 ciudades estadounidenses, actuando ante p¨²blicos multitudinarios y en reconocidos auditorios, como el Carnegie Hall de Nueva York. Seg¨²n una cr¨ªtica de 1978 del diario The New York Times, Molina se despleg¨® en el escenario de esa sala como un bailar¨ªn impresionante que recordaba en ocasiones a la estrella de ballet sovi¨¦tico Rudolf Nur¨¦yev.
A partir de los a?os noventa, Molina decidi¨® dedicarse a impartir clases, sobre todo en un estudio de baile en Manhattan aunque tambi¨¦n viajaba a Florida o a la Costa Oeste. No se retir¨® hasta hace cuatro a?os. ¡°Era un profesor muy popular¡±, dice Shapiro, que asegura que hab¨ªa alumnos de todos los niveles y procedencias. ¡°Era un perfeccionista, todo el mundo estaba enamorado de ¨¦l por su encanto, carisma pero tambi¨¦n porque a la vez fuera tan exigente con el flamenco cl¨¢sico¡±, comenta.
Jos¨¦ Molina naci¨® en Madrid en 1936. Su padre, un militante republicano, estuvo preso tres a?os hasta el fin de la Guerra Civil. A los nueve a?os, Molina empez¨® a mostrar inter¨¦s por el baile al acudir a un club de boxeo en el que tambi¨¦n practicaban bailarines. Su padre se opuso tajantemente a que ¨¦l entrara en el mundo del baile, pero su madre le apoy¨® siempre que ¨¦l mismo se pagara sus clases trabajando por las ma?anas con su progenitor en un mercado de pescado. El ni?o acept¨® el trato y all¨ª empez¨® su carrera.
De los 16 a los 19 a?os, Molina viaj¨® por Europa y Oriente Pr¨®ximo como bailaor de flamenco de una compa?¨ªa espa?ola. Y en 1956, con 20 a?os, decidi¨® cruzar el Atl¨¢ntico. Ten¨ªa una prueba musical en The Tonight Show, uno de los programas nocturnos de la televisi¨®n estadounidense, y la super¨®.
Se le abrieron r¨¢pidamente otras puertas. Conoci¨® a Jos¨¦ Greco, una estrella del flamenco en EE UU, y trabaj¨® con ¨¦l durante cinco a?os. En 1962, decidi¨® crear su propia compa?¨ªa, Jos¨¦ Molina Bailes Espa?oles, con la que recorri¨® en autob¨²s casi todo el pa¨ªs. En los primeros a?os, su hermano Ram¨®n le acompa?aba con la guitarra durante las actuaciones.
Era otra ¨¦poca. Ver flamenco en televisi¨®n y en persona era una rareza en Estados Unidos. ¡°Era algo nuevo para la gente, no era como hoy con Internet y YouTube¡±, explica Shapiro.
Molina, asegura su amiga, viajaba con frecuencia a Espa?a y manten¨ªa un apartamento en Madrid. ¡°Amaba Espa?a pero se dio cuenta de que se hab¨ªa convertido en estadounidense. Era una persona de dos pa¨ªses¡±, se?ala. No obstante, el bailaor no obtuvo la ciudadan¨ªa estadounidense hasta 2012.
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