Leyenda y verdad de Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz
El escritor argentino, autor de 'La herida', rompe records con sus ¨²ltimas novelas
Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz es un periodista de los de antes: toma notas, escribe durante diez horas una columna de mil palabras, porque no se f¨ªa de su memoria ni de lo que le dicen, y no inventa nada.
Una leyenda, que es verdad, sit¨²a su nacimiento a la narrativa de ficci¨®n y de sentimientos, en la prensa, sobre todo en el diario La Naci¨®n, donde ha escrito cuentos que son verdades y verdades en forma de cuentos. Y donde, adem¨¢s, se ha labrado una existencia de cronista s¨®lido de la pol¨ªtica argentina, que es como un campo revuelto lleno de cazadores furtivos.
Pero la leyenda m¨¢s verdadera de Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz, la que lo retrata como un periodista contumaz y como un narrador desconfiado de los lugares comunes, es lo que le pas¨® con su madre. Un d¨ªa volvi¨® su madre, una emigrante asturiana que a los diecis¨¦is a?os fue mandada por sus padres a luchar contra el hambre en Argentina, de la consulta con el psiquiatra. "?Y qu¨¦ pasa all¨ª, mientras habla?", pregunt¨® Jorge. Ella hablaba y el psiquiatra lloraba.
Esa locura cl¨ªnica, esa anomal¨ªa, sent¨® a Jorge ante su madre para hacer la entrevista crucial de su vida. De ese medio centenar de horas sentado con la que lo trajo al mundo naci¨® Mam¨¢, un libro que public¨® hace dieciocho a?os y que est¨¢ en todas las estanter¨ªas sensibles del mundo de habla hispanoamericana.
Si se lee ese libro se llega a parte del libro de estilo que ha convertido ya a Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz en uno de los personajes m¨¢s influyentes de la Argentina. Escribe despu¨¦s de haber preguntado, en su peri¨®dico; habla en la radio, donde es tambi¨¦n una figura, como si le estuviera hablando al o¨ªdo a un p¨²blico que se parece a la vez a su madre, a ¨¦l y a su hijo, y escribe libros, como La herida (que hoy le presenta su amigo Arturo P¨¦rez-Reverte en la Telef¨®nica de Madrid), utilizando el equipaje que lo ha convertido ya en uno solo: el escritor (y acad¨¦mico) argentino Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz. ¡°No el ministro¡±, como sol¨ªa decir cuando antes ven¨ªa a Espa?a. Ya no le preguntan si es el mismo Jorge.
Pero el segundo punto de su biograf¨ªa de hijo cuya escritura se consolida escuchando a su madre, como a Gabo lo educ¨® el o¨ªdo de su abuelo, es su padre, Marcial. Jorge se lo cont¨® este lunes a Carlos Cu¨¦ en EL PA?S. Marcial no quer¨ªa por nada del mundo que el chico perdiera la vida escribiendo, se retiraron la palabra por esa afici¨®n (que tambi¨¦n enfrent¨® a Mario Vargas Llosa con su padre reencontrado, se cuenta en El pez en el agua) y solo se reconciliaron cuando ¨¦l advirti¨® que Marcial era un seguidor devoto de todo lo que escrib¨ªa en La Naci¨®n. (Pas¨® con el padre de Vargas: al morir descubrieron que llevaba en su cartera de chaqueta la cr¨ªtica que Time hab¨ªa publicado sobre uno de los recientes libros de quien luego iba a ser Nobel de Literatura).
La emoci¨®n de saber que Marcial era su lector, su apasionado lector de historias de cap¨ªtulos inciertos, ya puso a Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz en el camino abierto de la literatura.
A¨²n hubo otro factor. Tras la madre y el padre estuvo el maestro. Y este fue Tom¨¢s Eloy Mart¨ªnez, quiz¨¢ el mejor narrador de Am¨¦rica Latina de los que vivieron, como Sergio Ram¨ªrez, en los afluentes del boom. Tom¨¢s Eloy, director de peri¨®dicos en Argentina, Venezuela y M¨¦xico, narrador de voz y de escritura, invent¨® la escritura de leyendas basadas en la realidad, y lo hizo juntando m¨²sica y palabras hasta conseguir ritmos inigualables (l¨¦ase, por ejemplo, Lugar com¨²n la muerte, para que comprueben c¨®mo la escritura de peri¨®dicos tambi¨¦n forma parte de las bellas artes) que parecen de otro mundo pero que tambi¨¦n son de este.
De esas experiencias, de esos encuentros, de esas escuchas, nace el ritmo de Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz. El principio de esta nueva novela, La herida (publicada, como El pu?al, por Destino en Espa?a) retrata a una monja desvisti¨¦ndose. Lo que sucede entretanto no se puede contar: hay que leerlo.
Pues ese principio, como lo que sigue, igual que suced¨ªa en la novela anterior, o como pasa en sus textos period¨ªsticos, adquiere en seguida la sugesti¨®n de la realidad. Parece leyenda, parece mentira, pero en seguida se hace cierto. Cuando hace periodismo lo hace al rev¨¦s: se sabe que lo que cuenta es cierto, pero su magia lo convierte todo en un cuento por el que uno viaja como si leyera novelas.
Pocos periodistas como ¨¦l pueden transitar con tanta eficacia, y con tanta poes¨ªa, por lo que parece incre¨ªble y es cierto. Lean La herida, entender¨¢n todo esto, espero, y entender¨¢n tambi¨¦n por qu¨¦ esta novela vendi¨® 80.000 copias en un pa¨ªs en el que un best seller se cuenta a partir de los 2.000 ejemplares.
Babelia
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