La anarqu¨ªa de una mocosa
Se presenta con un convencionalismo narrativo, tem¨¢tico y de di¨¢logo un poco cargante, aunque mantiene algunas de las mejores esencias de la serie original
LA ABEJA MAYA: LOS JUEGOS DE LA MIEL
Direcci¨®n: Alexs Steadermann, Sergio Delfino, Noel Cleary.
G¨¦nero: animaci¨®n infantil. Australia, 2017.
Duraci¨®n: 82 minutos.
La canci¨®n, al menos en su versi¨®n espa?ola, ya lo dec¨ªa todo: un pa¨ªs multicolor, la alegr¨ªa, la bondad y el mundo sin maldad. Los que ¨¦ramos ni?os en 1978, fecha de estreno en nuestro pa¨ªs, recordamos la serie de televisi¨®n japonesa La abeja Maya como una apoteosis del buen rollo, magn¨ªficamente doblada, que solo se pod¨ªa ver de peque?os, o de mayores con nostalgia, porque, pasada cierta edad, el asunto se pon¨ªa demasiado blandengue.
Justo lo que le puede ocurrir tambi¨¦n a su serie renacimiento, y a las dos posteriores pel¨ªculas para cines, producidas por estudios australianos, y en las que se vira de la animaci¨®n tradicional a la digital: la inicial La abeja Maya, la pel¨ªcula (2014), y esta La abeja Maya: los juegos de la miel, que hoy se estrena. Un producto blanco para los m¨¢s peque?os, con el que seguramente sus padres acompa?antes jueguen a la morri?a, que se presenta con un convencionalismo narrativo, tem¨¢tico y de di¨¢logo un poco cargante, pero que sin embargo mantiene algunas de las mejores esencias de aquella serie nipona.
En el relato, su toque de arbitraria recaudaci¨®n de impuestos, al estilo de Los siete samur¨¢is y, naturalmente, de su remake encubierto producido por Pixar, Bichos, suena a visto y o¨ªdo demasiadas veces. A lo que hay que unir una estructura de pel¨ªcula deportiva ¡ªla segunda en cartelera, coincidiendo con Cavern¨ªcola, de los estudios Aardman¡ª, con todos sus marcad¨ªsimos mecanismos en el tratamiento de los personajes y de sus giros narrativos, que acaba completando un cansino panorama donde el riesgo no es m¨¢s que una leyenda urbana, dentro de una puesta en escena acad¨¦mica pero profesional, y unos dise?os y vol¨²menes sin sorpresas.
Sin embargo, en esa colmena sin orden ni reglas ¡ª¡°?Abejitas libres que hablan fuera de lugar!¡±, grita la villana de la pel¨ªcula, una dictadora¡ª, donde la anarqu¨ªa se abre paso a golpe de cucharada de miel y az¨²car biempensante, reina tambi¨¦n un interesante panorama para los cr¨ªos. Maya, chica de rompe y rasga en su esp¨ªritu dionis¨ªaco, y su amigo Willy, chico indolente y conservador ¡ª¡°Es que a m¨ª no me gusta probar cosas nuevas¡¡± ¡ª forman una pareja de un esp¨ªritu sutil y aleccionador bien encantador. Y la pel¨ªcula recupera, en boca de la malvada de la funci¨®n, un insulto cl¨¢sico dirigido a los ni?os, y sobre todo a las ni?as, quiz¨¢ en v¨ªas de desaparici¨®n: aquel ¡°?Mocosa!¡± que siempre endilgaban a las rebeldes, en tono a?ejo y machista, cuando hac¨ªan algo que supuestamente no les correspond¨ªa.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.