Cara a cara entre Jos¨¦ Luis G¨®mez y Unamuno
El actor pone ante el espejo de su ¨¦poca y de sus contradicciones al pensador del 98
Un refer¨¦ndum... Un refer¨¦ndum ha venido a ser esa votaci¨®n del Estatuto de Catalu?a (...) El pueblo ¡ªhay que decirlo¡ª no tiene voluntad en cosas de estas, tan complejas. Es de unos cuantos que lo dirigen o tratan de dirigirle (...) Indudablemente se est¨¢ marcando cada vez m¨¢s un divorcio entre la mayor parte del pa¨ªs y los partidos que parece que representan a este pa¨ªs. Hoy, en este asunto concretamente, no sabe, la mayor parte de los diputados que tiene que legislar, cu¨¢l es la voluntad de los que les eligieron¡±. Podr¨ªan ser palabras sacadas de un peri¨®dico de hoy, pero las escribi¨® Miguel de Unamuno hace m¨¢s de 80 a?os a prop¨®sito del refer¨¦ndum sobre el Estatuto de Catalu?a de 1932. ¡°Dice el libro del Eclesiast¨¦s: lo que es, ya fue; lo que ser¨¢, ya sucedi¨®¡±, recordaba ayer el actor y director teatral Jos¨¦ Luis G¨®mez en la presentaci¨®n de su nuevo espect¨¢culo, Unamuno: vencer¨¦is pero no convencer¨¦is, un mon¨®logo que indaga en el lado m¨¢s ¨ªntimo del escritor y pensador de la Generaci¨®n del 98.
Cree el director oportuno ¡ª¡°que no oportunista¡±¡ª arrancar su montaje con estas palabras de Unamuno por el momento hist¨®rico que atraviesa Espa?a. Pero advierte: ¡°Este trabajo no se puede reducir a un comentario sobre la actualidad. Esto no es una tertulia sobre la actualidad, es un ejercicio de memoria hist¨®rica. Cuando viv¨ª en Alemania [en los a?os sesenta] pude ver c¨®mo ese pa¨ªs recuperaba su memoria hist¨®rica. Eso a¨²n no ha ocurrido en Espa?a y creo que es importante insistir en ello en este momento¡±.
Todo en este espect¨¢culo es un juego de espejos. G¨®mez pone a Espa?a frente al espejo, pero tambi¨¦n al propio Unamuno. Y durante su mon¨®logo se desdobla para estar a la vez, m¨¢gicamente, en los dos lados del cristal: en un lado representa a un actor del presente que va a interpretar a Unamuno y al que de pronto este se le aparece en su reflejo, mientras que en el reverso encarna al propio Unamuno.
Tiempo para la memoria hist¨®rica
No es la ¨²nica vez que Jos¨¦ Luis G¨®mez se mete en la piel de Unamuno. Primero lo interpret¨® en la pel¨ªcula La isla del viento, de Manuel Mench¨®n, estrenada en 2015. Un a?o despu¨¦s fue invitado por la Universidad de Salamanca para recrear el famoso discurso del pensador en octubre de 1936. Este nuevo espect¨¢culo, con la coproducci¨®n de la organizaci¨®n del octavo centenario de la Universidad salmantina, se estrenar¨¢ la pr¨®xima semana en el Teatro de la Abad¨ªa de Madrid como inicio de un ciclo dedicado a la memoria hist¨®rica que continuar¨¢ con otro conocido mon¨®logo de G¨®mez, Aza?a, una pasi¨®n espa?ola, y seguir¨¢ con la versi¨®n teatral de Tiempo de silencio, de Luis Mart¨ªn-Santos.
No es magia, sino la mano maestra de Carl Fillion, codirector del espect¨¢culo junto a G¨®mez. Fillion es un escen¨®grafo de gran reputaci¨®n internacional, colaborador habitual del director canadiense Robert Lepage, pionero en el uso de las tecnolog¨ªas. ¡°El teatro est¨¢ hoy invadido por las tecnolog¨ªas. Por eso no me gusta abusar de ellas, pero s¨ª usarlas para potenciar un trabajo ¡ªexplic¨® G¨®mez ayer¡ª. En este caso, para acercar a Unamuno al presente¡±.
La obra se compone de cartas, poemas y discursos del pensador seleccionados por el director con la ayuda del dramaturgo Pollux Hern¨²?ez y el asesoramiento del matrimonio de hispanistas Collette y Jean Claude Rabat¨¦. Se centra en sus ¨²ltimos meses de vida, durante el a?o 1936, justo cuando quiz¨¢ m¨¢s se manifest¨® su car¨¢cter contradictorio. Recordemos: Unamuno, reconocido republicano, apoy¨® inicialmente el golpe de Franco, pero enseguida cambi¨® de opini¨®n, como dej¨® claro en su crudo enfrentamiento con el general Mill¨¢n Astray durante el discurso que pronunci¨® en la Universidad de Salamanca el 12 de octubre de 1936, en el que dej¨® una frase para la historia: ¡°Vencer¨¦is, pero no convencer¨¦is¡±. Fue destituido fulminantemente como rector. Y muri¨® poco despu¨¦s.
G¨®mez intenta penetrar en el pensamiento ¡ªacaso alma¡ª de su personaje para entender por qu¨¦ actu¨® de aquella manera. ¡°?Por qu¨¦ se puso del lado de los golpistas? ?Por qu¨¦ exoner¨® una y otra vez usted al general Franco en lo poco que escribi¨® sobre ¨¦l¡? ?Por qu¨¦ luego se arrepinti¨®?¡±, pregunta el actor durante la funci¨®n.
?Ha encontrado G¨®mez la respuesta preparando este trabajo? ¡°Est¨¢ impl¨ªcita en el espect¨¢culo. Pero no la doy yo, es el propio personaje de Unamuno el que va dejando claves para que el p¨²blico saque sus conclusiones¡±, contesta el director. El matrimonio Rabat¨¦, presente en la presentaci¨®n, no se resisti¨® a dar una pista: ¡°El Franco de Unamuno no era el nuestro. Hoy sabemos que muri¨® en su cama tras cuarenta a?os de dictadura, pero entonces nadie lo imaginaba¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.