¡®La joven de la perla¡¯ desvela sus secretos
El Mauritshuis analiza la famosa obra de Vermeer en un laboratorio transparente a la vista del p¨²blico
Durante los pr¨®ximos catorce d¨ªas, La joven de la perla, el famoso cuadro pintado por Johannes Vermeer en 1665, ser¨¢ sometido a revisi¨®n a la vista del p¨²blico. Metido en un taller transparente que semeja un invern¨¢culo, los expertos de la galer¨ªa Mauritshuis, de La Haya, utilizar¨¢n los ¨²ltimos avances t¨¦cnicos para analizar las pinceladas, capas de pintura y materiales aplicados por el artista. El trabajo no busca averiguar qui¨¦n era la modelo. Es una misi¨®n casi imposible, puesto que Vermeer no lo dijo. Se trata de documentar los efectos del paso del tiempo para afrontar mejor el deterioro futuro.
Queremos saber el origen de los materiales y la composici¨®n de los pigmentos. El escaneado de la obra llevar¨¢ tres d¨ªas, y luego veremos qu¨¦ hay debajo
La joven en el punto de mira, es el t¨ªtulo elegido por la sala holandesa para aplicar rayos X fluorescentes, tomograf¨ªa ¨®ptica y microscopio digital a un ¨®leo de 44 x 39 cent¨ªmetros. ¡°En 1994 ya se restaur¨® y analiz¨®, pero la tecnolog¨ªa ha avanzado tanto que es como mirar la Luna desde la Tierra con un telescopio, o hacerlo con ayuda del Hubble, que ¨®rbita en el espacio¡±, dice Joris Dik, experto en Materiales, Arte y Arqueolog¨ªa, de la universidad holandesa de Delft. Todo ello ante los visitantes y en la Sala Dorada, que era este lunes un hervidero de c¨¢maras y fot¨®grafos captando el subir y bajar del esc¨¢ner de cuerpo entero que dibujar¨¢ por primera vez el mapa completo del ¨®leo.
¡°Nunca hab¨ªamos aplicado toda la bater¨ªa de medios actuales a un cuadro tan famoso, y no lo tocaremos. Antes se tomaban muestras para su an¨¢lisis. Ahora podremos ver c¨®mo consigui¨® Vermeer el fondo negro, que incluye una capa de verde transl¨²cido. Y sobre todo, sabremos c¨®mo ha cambiado¡±, a?ade Dik, que en 2011 descubri¨® otro goya debajo del Retrato de don Ram¨®n Satu¨¦, la ¨²nica pieza del artista conservada en el Rijksmuseum, de ?msterdam, con ayuda de los rayos X fluorescentes.
?Qui¨¦n fue la modelo?
¡°La joven de la perla es un icono y una imagen en tres dimensiones: por el lienzo mismo, las capas de pintura, el efecto de los brillos¡ Queremos saber el origen de los materiales y la composici¨®n de los pigmentos. El escaneado de la obra llevar¨¢ tres d¨ªas, y luego veremos qu¨¦ hay debajo¡±, asegura Abbie Vandivere, conservadora y jefa de investigaciones de la sala. Con la informaci¨®n obtenida, ella publicar¨¢ a diario un blog ilustrado. El visitante podr¨¢ consultar a su vez los trabajos gracias a los iPad colgados fuera del laboratorio. Los resultados definitivos se esperan dentro de un a?o. ¡°Este es un trabajo en equipo, y queremos que Mauritshuis sea un centro de especializaci¨®n sobre el Siglo de Oro. De ah¨ª que contemos esta vez con el apoyo de las universidades de Maastricht y Amberes, el Rijksmuseum y la National Gallery of Art, de Washington, entre otros¡±, dice Emilie Gordenker, directora de la galer¨ªa.
El chequeo a fondo no dar¨¢ respuesta a la pregunta inevitable ante esta obra: ?qui¨¦n era La joven de la perla? Desde luego, no fue una clienta. El retrato es un tronie, es decir, una muestra. El artista mostraba su habilidad para captar un rostro, y el posible comprador decid¨ªa si el estilo le satisfac¨ªa. A no ser que el encargo lo hiciera alguien rico, el nombre de los modelos no interesaba.
En este caso, el primer t¨ªtulo conocido se remonta a 1676, cuando se hizo un inventario de la obra del artista. All¨ª constaba como Un retrato al estilo turco, por la indumentaria de la chica. Ponerle un tocado de varios colores y texturas era otra forma de reproducir sedas, encajes y alhajas. Despu¨¦s se llam¨® Joven con turbante y Cabeza de joven. En 1995, un cat¨¢logo exhaustivo lo nombr¨® La joven de la perla, y en cierto modo acert¨®. La joya, de gran tama?o y mejor oriente (brillo natural), llama casi tanto la atenci¨®n como la mirada de la muchacha, que parece responder a la llamada del espectador. De todos modos, en la tienda de recuerdos de la galer¨ªa puede adquirirse la novela del mismo t¨ªtulo escrita por la estadounidense Tracy Chevalier. Ella la imagina como una criada al servicio de la familia Vermeer, y resulta muy convincente.
Mientras el original es revisado, en la sala 15 de la Mauritshuis colgar¨¢ en su lugar una reproducci¨®n digital de la tela. ¡°As¨ª podr¨¢ fotografiarse, como siempre, una de las obras m¨¢s famosas del Siglo de Oro¡±, recuerdan sus portavoces. En esa habitaci¨®n sigue La vista de Delft (1660), su ciudad natal. Es un paisaje de Vermeer, especializado en interiores, que trabajaba muy despacio. Una caracter¨ªstica que le llev¨® a tener un ¨¦xito ¡°moderado¡± en su tiempo, admiten hoy sus custodios. Muri¨® a los 43 a?os y solo se le atribuyen 35 cuadros.
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