Crudamente insolvente
Cuesta creer que entre las novelas aspirantes al premio Nadal no hubiera docenas de ellas con un magma literario m¨¢s adensado y prometedor que 'Un amor', de Alejandro Palomas
No ha estado demasiado lucida la editorial Destino en su exigencia literaria al otorgar este a?o el premio Nadal a Un amor, de Alejandro Palomas. Cuesta creer que no hubiera, entre las novelas recibidas, docenas de ellas con un magma literario m¨¢s adensado y prometedor. No se trata de declarar aqu¨ª ninguna inocencia perdida, pero resulta cuando menos descarado que una novela tan crudamente insolvente pueda servir de modelo de un honorable concurso. Se supone, aunque a estas alturas es mucho suponer, que el jurado contempla en sus deliberaciones el rigor de la prosa, la introspecci¨®n tem¨¢tica, la indagaci¨®n en zonas de la realidad poco frecuentadas, en fin, una propuesta que libere o reconstituya al g¨¦nero novel¨ªstico como una forma expresiva todav¨ªa capaz de dar raz¨®n de la existencia. La novela seleccionada est¨¢ muy lejos de predecir alguna de esas probables distinciones.
Por fortuna no he le¨ªdo las novelas que preceden a Un amor, que convocan en sus p¨¢ginas a los mismos personajes, Una madre y Un perro. Pero he averiguado bastante para saber que las tres conforman un mosaico familiar que acaso est¨¢ a¨²n por concluir. El autor parece haber hallado en la familia un mundo suficientemente el¨¢stico para tirar de ¨¦l sin temor al estropicio, cosa que se aprecia con liviana ansiedad en la inconsistente estructura de Un amor, con un narrador reincidente, Fer, que somete al lib¨¦rrimo azar el ensanchamiento de la novela. Fer es gay, hijo de Amalia, a quien hay que suponer estrafalaria y graciosa, pero que no alcanza, mal que le pese a su creador, la vis c¨®mica de la peor secundaria de Almod¨®var. El n¨²cleo familiar excluyente lo componen, con la madre y el hijo, las hermanas Silvia y Emma (lesbiana), y la t¨ªa In¨¦s (cat¨®lica, que no es t¨ªa, sino vieja amiga de la madre). Por supuesto hay m¨¢s gente alrededor, pero son figuras de un gui?ol que aparecen o desaparecen seg¨²n la estimulaci¨®n imaginaria de Fer, y con la premisa de dotar de elementos pintorescos o tragic¨®micos a la narraci¨®n.
La novela, como la familia, tambi¨¦n es intencionadamente nuclear, y toda ella gravita en los pre¨¢mbulos de la boda de Emma con Magal¨ª, una argentina, hija de montoneros, que fue adoptada de ni?a por los asesinos de sus padres, de lo que nos enteramos en un episodio de celos suscitados por la compra de unos zapatos y que se revela al lector con una teatralidad vergonzante. Los preparativos de la boda y la boda en un registro con una juez en estado de shock se desarrollan en una sucesi¨®n de incongruencias y necedades, por lo visto tambi¨¦n presumiblemente graciosas, cuya primera v¨ªctima es la verosimilitud. Pero, ya puestos, la boda coincide con el cumplea?os de la madre, y hay despu¨¦s un convite en un molino de las afueras que propiciar¨¢ unas cuantas confesiones, en par?ticular que Amalia lleg¨® como lleg¨® al registro porque antes hab¨ªa estado en el tanatorio¡ En fin, efectos de relleno que abundan en la composici¨®n de una novela saturada de un ¡°desestructurado andamiaje mental¡± que, aunque aplicado a la madre, el enunciado puntualiza a las claras su car¨¢cter literario. Desisto de se?alar el prodigio de los personajes de ¡°poner los ojos en blanco¡± y, m¨¢s prodigioso a¨²n, de soltar ¡°un suspiro por la nariz¡±. En una entrevista el autor se ha declarado ¡°pol¨ªticamente muy incorrecto¡± y ¡°muy tremendo¡±. Muy. Un amor, para qu¨¦ negarlo, es exhibicionismo sentimental.
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Autor: Alejandro Palomas.
Editorial: Ediciones Destino (2018).
Formato: versi¨®n kindle y tapa dura (464 p¨¢ginas)
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