Tres docenas de canciones de amor a M¨¦xico
El concierto solidario con las v¨ªctimas de los terremotos re¨²ne en el WiZink a 4.000 asistentes c¨®mplices y entregados
Menos mal que los camerinos del WiZink Center madrile?o son holgados y abundantes, porque anoche hab¨ªa que aprovecharlos hasta el ¨²ltimo palmo. M¨¢s de 35 artistas de toda clase y generaci¨®n respondieron a la convocatoria del concierto solidario M¨¦xico. Es que me acuerdo, cuyos ingresos se destinaban ¨ªntegramente a la reconstrucci¨®n de viviendas y edificios da?ados por los pavorosos terremotos de septiembre en Chiapas y Puebla, que se cobraron 472 vidas. Hablan los apocal¨ªpticos sobre los j¨®venes como una generaci¨®n de escasa dimensi¨®n solidaria, pero podr¨ªan haber corregido su percepci¨®n paseando ayer por entre los casi 4.000 aficionados que pasaron por taquilla, agitaron los m¨®viles y se desga?itaron con las casi cuatro horas de m¨²sica en directo.
Entre los m¨¢s implicados, Mikel Erentxun. "Hace seis d¨ªas viv¨ª en Ciudad de M¨¦xico un terremoto de 7,5 grados. Creo que saldr¨¢ de ah¨ª una canci¨®n:?Cuando el suelo tembl¨®. Dejaron de cantar los p¨¢jaros; era como una peli de Stephen King". Miguel R¨ªos recordaba antes de bajar a escena cuando descubri¨® a Enrique Guzm¨¢n y los Teen Tops, en 1960. "Vend¨ªa el disco de?La plaga en los almacenes Los Olmedo y me enamor¨¦ de aquel tipo, un Elvis en castellano. Y luego le trat¨¦ mientras grababa una peli con Roc¨ªo D¨²rcal: un maravilloso bala perdida". ?lvaro Urquijo (Los Secretos) se emocionaba evocando a Manuel, su abuelo materno, un fan¨¢tico de Mar¨ªa Dolores Pradera, "La influencia mexicana de mi hermano Enrique venia de ah¨ª". Y Shuarma (Elefantes) rememoraba su primera actuaci¨®n mexicana (2000), en el Teatro Metropolitan como teloneros de Bunbury. "Est¨¢bamos acojonados, pero la gente se volvi¨® loca... y el idilio dura hasta hoy".
Hab¨ªa tantos participantes que solo tocaban a una canci¨®n por barba
Hab¨ªa tantos participantes que solo tocaban a una canci¨®n por barba. "?Otra, otra!", se desga?itaban desde las primeras filas tras escucharle?Girasoles a Rozal¨¦n, que dio paso a Funambulista, y este a David Otero, Jorge Marazu, Marlango (que opt¨® por una versi¨®n de Jos¨¦ Alfredo Jim¨¦nez), El Kanka, Jacobo Serra (que se desmarc¨® con B¨¦same mucho), Marwan y el improvisador Arkano, Zahara y una largu¨ªsima lista de art¨ªfices de este milagro colaborativo. "Girasoles naci¨® como un canto a la gente buena y M¨¦xico es todo un ejemplo de hermandad, de capacidad para ponerse en la piel del otro", reflexion¨® la cantautora albacete?a, en estado de gracia ubicuo. "Para las entrevistas tengo a un doble", bromeaba entre bambalinas.
A muy poca distancia de ella, un cer¨²leo Txetxu Altube se encontraba indispuesto y preocupado, pero nadie lo advirti¨® media hora m¨¢s tarde cuando se dej¨® la piel sobre el escenario con?Comp¨¢s de espera. Rebeca Jim¨¦nez ni lo dud¨®: era la noche de?T¨² veras, la ranchera que cierra su ¨²ltimo disco. Pedro Pastor aprovech¨® un ritmo de guaguanc¨® aprendido en su reci¨¦n concluida gira latinoamericana de cuatro meses. Arnau Griso le cant¨® al postureo c¨ªnico en las redes y Miguel Campello le dio muchas vueltas hasta decantarse por?La espina. "Sigo viviendo en ?guilas, en un paraje natural sin luz ni cobertura, y disfruto mucho de estas ocasiones porque conozco a la gente hablando cara a cara, no por WhatsApp", se explay¨®.
Ilustres asistentes
El evento sali¨® adelante por iniciativa de Les Nits de l'art, EL PA?S, As y Los 40 Principales, y cont¨® con asistentes ilustres a muy pocos metros del escenario. Roberta Lajous Vargas, embajadora de M¨¦xico en Espa?a, se confesaba "conmovida con la vitalidad de la sociedad civil" y agradeci¨® que los mel¨®manos espa?oles sientan tanto aprecio por la m¨²sica de su pa¨ªs. "El se¨ªsmo del 19 de septiembre pasado fue una pesadilla revivida: yo sufr¨ª los temblores del 19 de septiembre de 1985 en Ciudad de M¨¦xico", relat¨®.
El secretario de Estado de Cooperaci¨®n, Fernando Garc¨ªa Casas, se encontraba en la reuni¨®n de cancilleres iberoamericanos en Nueva York y coordin¨® desde all¨ª la movilizaci¨®n de la Unidad Militar de Emergencias. "M¨¦xico es un amigo, socio y aliado a cuyo lado hay que estar siempre", subrayaba este amante de Serrat y Sabina que aprovech¨® la velada para familiarizarse con la nueva generaci¨®n de cantautores. Y para proclamar su fe en los j¨®venes: "Conozco de primera mano el voluntariado y los cooperantes, y tanto su preparaci¨®n como el esp¨ªritu de solidaridad son evidentes". Bastaba con echar un vistazo a la radiante y entregada pista del WiZink para corroborarlo. Y asistir al cierre, apote¨®sico: todos los participantes, los 36, cantando aquello de "Pero sigo siendo el rey". Porque los reyes (y reinas) mexicanos siempre acaban reponi¨¦ndose de los golpes.
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