Un viaje en el tiempo a trav¨¦s de la nueva fotograf¨ªa
Una exposici¨®n aventura el futuro de la fotograf¨ªa. Regresa a sus albores a trav¨¦s de la obra de algunos de los artistas m¨¢s innovadores del medio
Que lo nuevo se esconde en lo viejo y lo viejo se revela en lo nuevo es algo que todos conocemos. As¨ª, a lo largo de la historia los artistas han reinterpretado, adoptado y reciclado temas, t¨¦cnicas e ideas del pasado para dar paso a nuevos c¨®digos est¨¦ticos. De ah¨ª que ¡°para mirar hacia adelante es necesario mirar atr¨¢s en el tiempo¡±, escribe Kim Knoppers, comisar¨ªa de la exposici¨®n Back to the future: The 19th century into the 21st century que ofrece un recorrido por la obra experimental de fot¨®grafos contempor¨¢neos donde resuenan las ideas de los pioneros de la fotograf¨ªa del siglo XIX, considerado por algunos como el primero de la era moderna.
La muestra se exhibe en el Foam Museum de ?msterdam. Establece un di¨¢logo entre estos siglos a trav¨¦s de las im¨¢genes de veinticinco artistas. Toma como referencia la obra de aquellos visionarios, astr¨®nomos, matem¨¢ticos, y otros cient¨ªficos, quienes en un tiempo en el que no exist¨ªa un medio estandarizado, contribuyeron a su cristalizaci¨®n a trav¨¦s de sistemas de prueba y error movidos por su sed de experimentaci¨®n. Ellos sentaron las bases para que la fotograf¨ªa dejase de ser solo una herramienta ¨²til con distintos prop¨®sitos y llegase a ser con el tiempo un medio art¨ªstico. Su trabajo ha servido de inspiraci¨®n a una serie de fot¨®grafos contempor¨¢neos que partiendo de los principios b¨¢sicos de la fotograf¨ªa: la luz, los materiales fotosensibles, la emulsi¨®n, y los procesos qu¨ªmicos, los complementan con el uso de herramientas de nuestro siglo como los ordenadores y las impresoras 3D. ¡°A trav¨¦s de una considerable investigaci¨®n crean piezas art¨ªsticas radicalmente nuevas que se sit¨²an en la frontera entre otros medios como la escultura y la pintura. Est¨¢n reinventando el medio fotogr¨¢fico y llev¨¢ndolo al futuro, ensanchando las barreras de la misma manera que lo hicieron sus predecesores del siglo XIX¡±, apunta Knoppers.
En la exposici¨®n se yuxtaponen los cianotipos de algas realizados en 1853 por la que es considerada la primera fot¨®grafa de la historia, la bot¨¢nica brit¨¢nica Anna Atkins (a quien, adem¨¢s de a Henry William Fox Talbot, se le atribuye la publicaci¨®n del primer libro de fotograf¨ªa impreso), con los realizados recientemente por Adam Jeppesen, utilizando el lino como soporte. No pod¨ªa faltar la obra de Karl Blossfeldt, pionero de la microfotograf¨ªa empe?ado en hacer visible aquello invisible al ojo humano, cuyas escult¨®ricas im¨¢genes plantas siguen asombrando al p¨²blico m¨¢s de un siglo despu¨¦s. Ni tampoco, las primeras fotograf¨ªas de la luna tomadas por el astr¨®nomo Warren de la Rue en 1853, que dialogan con la obra de Nicolas Howalt, quien en su serie Light Break investiga y visualiza las ¨¢reas invisibles del espectro de la luz, as¨ª como la capacidad de las radiaciones solares tanto para dar vida como para destruirla, manifestando su inter¨¦s por capturar la luz y darle una forma material.
Destaca la obra de Matthew Brandt, quien fascinado por el esp¨ªritu abierto y no conformista que impregn¨® los albores de la fotograf¨ªa, comenz¨® a inventar sus propios m¨¦todos y a aplicarlos a sus paisajes de gran formato. Se caracteriza por utilizar materiales poco convencionales asociados a lugares en concreto. As¨ª, en Stepping Stone Falls, una vez revelada la imag¨¦n bombe¨® el agua contaminada del rio Flint sobre ella, alterando su cromatismo al tiempo que denunciaba el envenenamiento con plomo de las aguas de la ciudad que toma su nombre de caudal. Tambi¨¦n, nos encontramos con una fiel r¨¦plica de uno de los iconos de la historia de la fotograf¨ªa, The Munich Tryptic, una panor¨¢mica del Boulevard du Temple de Par¨ªs realizada en 1839 por el inventor del Daguerrotipo, Louis Jacques Mand¨¦ Daguerre. La obra result¨® severamente da?ada durante la Segunda Guerra Mundial, as¨ª como por el paso del tiempo, sin que se haya podido restaurar. La alemana Sylvia Ballause ha fotografiado el tr¨ªptico en su estado actual, donde nubes de burbujas, y ara?azos difuminan las ventanas y chimeneas de los edificios, solo perceptibles al observar muy detenidamente la imagen; el material fotogr¨¢fico se vuelve aut¨®nomo y relata su propia historia, independientemente de lo que fue. ¡°En su conjunto estas obras nos muestran lo que fue la fotograf¨ªa, lo que es y lo que podr¨¢ ser en el futuro¡±, destaca la comisaria.
Las condiciones actuales de la fotograf¨ªa son una reminiscencia de sus comienzos en cuanto a la necesidad de experimentar y desarrollar las infinitas posibilidades que nos ofrece la tecnolog¨ªa, pero con unas herramientas inimaginables entonces. Aun as¨ª, la fe en el futuro parece estar resentida en lo que respecta a las consecuencias de una sociedad consumista y la amenaza del cambio clim¨¢tico. De la misma forma la fotograf¨ªa digital ha tra¨ªdo muchas ventajas, pero tambi¨¦n supone una amenaza en el terreno de la privacidad y la vigilancia. Nunca fue tan sencillo tomar fotograf¨ªas y compartirlas. Sin embargo, ¡°la paradoja est¨¢ en que cuantas m¨¢s im¨¢genes producimos menos comprendemos su esencia¡±, se?ala la comisaria. ¡°Lo podr¨ªamos denominar hiperinflaci¨®n fotogr¨¢fica. Cuanto m¨¢s dominado est¨¢ el mundo por la imagen m¨¢s homog¨¦nea es la cultura visual en t¨¦rminos generales¡±. As¨ª, ¡°la singularidad de una obra, su propio car¨¢cter y su aura, es cada vez m¨¢s importante en respuesta a una imagen fotogr¨¢fica infinitamente copiada, compartida y reproducida¡±.
Back to the future: The 19th century in the 20th century. Foam Museum. ?msterdam. Hasta el 28 de marzo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.