Jonas Kaufmann arrasa

Aplausos atronadores, v¨ªtores de admiraci¨®n, respuesta pasional del p¨²blico. En su esperado debut esc¨¦nico en Espa?a, en un espectacular montaje de Andrea Ch¨¦nier, de Umberto Giordano, el tenor alem¨¢n Jonas Kaufmann conquist¨® anoche el Liceo en una gloriosa jornada de exaltaci¨®n l¨ªrica. El divo m¨¢s deseado del momento levant¨® pasiones, ciertamente, pero no fue el ¨²nico triunfador: en la emocionante velada, que se cerr¨® con m¨¢s de diez minutos de aplausos, tambi¨¦n fueron aclamados la soprano estadounidense Sondra Radvanovksy y el bar¨ªtono espa?ol Carlos ?lvarez.

Se esperaba a Kaufmann como agua de mayo en un teatro que necesita golpes de gran efecto medi¨¢tico para mantener su prestigio. Lo es, sin duda, contratar al cantante m¨¢s cotizado del mundo en su primera actuaci¨®n en un montaje esc¨¦nico en Espa?a; y si no cancela -algo que sucede con temible frecuencia- el ¨¦xito, nunca mejor dicho, est¨¢ cantado.

Kaufmann lleg¨®, cant¨® y venci¨® como un gladiador de la l¨ªrica, y lo hizo en medio de una expectaci¨®n sin precedentes, con la sala repleta y el ambiente de los grandes eventos. Lo era a nivel art¨ªstico y social; tambi¨¦n en cuesti¨®n de precios, pues no todos los d¨ªas se ponen las localidades m¨¢s caras a 385 euros y, encima, se agotan.

En buena forma vocal, Kaufmann control¨® sus medios en una interpretaci¨®n medida al detalle -sabe administrar sus fuerzas en un papel que tiene mucha tela que cortar en el cuarto y ¨²ltimo acto-, bien guiada por un instinto vocal y teatral de primera. Y el p¨²blico, que lo esperaba todo de Kaufmann, se rindi¨® ante la paleta vocal, el fraseo apasionado y los s¨®lidos agudos del carism¨¢tico divo. La belleza y emoci¨®n alcanz¨® cotas excelsas en un Come un bel di di maggio sencillamente arrebatador.

Tambi¨¦n cosecharon un ¨¦xito may¨²sculo las otras dos grandes voces del lujoso reparto, que cont¨® con la eficaz concertaci¨®n en el foso del director israel¨ª Pinchas Steinberg, que ya hab¨ªa dirigido esta ¨®pera en el Liceo: Sondra Ravdavnosky, que debutaba el papel de Maddalena de Coigny, la arist¨®crata arruinada que morir¨¢ en la guillotina junto a su amado Ch¨¦nier, y Carlos ?lvarez, sensacional por voz y car¨¢cter en el papel de G¨¦rard, que pasa de criado a notorio revolucionario sin dejar de amar a Maddalena.

Radvanovsky cautiv¨® con un canto intenso, bellos pianissimi y una fuerza dram¨¢tica que culmin¨® con una emocionante interpretaci¨®n de La mamma morta. En los d¨²os con Kaufmann, con quien compart¨ªa escena por primera vez, la qu¨ªmica entre las voces propici¨® suaves acentos de gran belleza l¨ªrica.

Completando el tr¨ªo de ases, ?lvarez derroch¨® nobleza en el fraseo y un certero sentido dram¨¢tico que elev¨® la temperatura en un impresionante Nemico della patria. A pesar de los interminables aplausos, los tres protagonistas no concedieron bises.

Para asegurar el ¨¦xito de la funci¨®n, los responsables el coliseo barcelon¨¦s han tirado la casa por la ventana alquilando la lujosa producci¨®n, con realista puesta en escena del director escoc¨¦s David McVicar, que el Covent Garden de Londres estren¨® hace tres a?os con Kaufmann al frente del reparto. En la extensa galer¨ªa de personajes, tan t¨ªpica en el verismo, el retorno de la soprano Anna Tomowa-Sintow en el papel de la vieja Madelon fue un lujo cargado de nostalgia.

El montaje de McVicar -con Marie Lambert como directora de la reposici¨®n- es todo un espect¨¢culo en su pertinente realismo esc¨¦nico, con algunos detalles de buena ley en la direcci¨®n de actores; la espl¨¦ndida escenograf¨ªa de Robert Jones y el vestuario de ¨¦poca dise?ado por Jenny Tiramani sumergen al espectador, con cinematogr¨¢fico sentido del detalle, en la agitaci¨®n de las calles de Par¨ªs en los convulsos d¨ªas del terror de la Revoluci¨®n Francesa.

El excelente trabajo de Francisco Vas como sinuoso esp¨ªa (L?Incredibile) y el relieve que Manel Esteve otorga al sans culottes Mathieu, destacaron en un plantel de comprimarios no siempre audible.