Otro ni?o desaparecido

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?Se puede rodar un ¡®thriller¡¯ sin contarle al actor protagonista qu¨¦ va a pasar?

La pura casualidad ha querido que el hecho tr¨¢gico m¨¢s abordado por los medios de comunicaci¨®n y llorado por la sociedad espa?ola en mucho tiempo coincida con el estreno de una pel¨ªcula francesa del a?o 2017, con su fecha fijada para nuestros cines desde hace bastantes semanas, cuya historia central coincide en tem¨¢tica, subtextos y, durante una parte de su relato, incluso en particularidades familiares e investigadoras con el amargo tema en boca de todos en los ¨²ltimos d¨ªas.

De modo que resulta imposible acercarse a Perdido, con un ni?o de 7 a?os desaparecido en medio de la noche durante un campamento infantil y sus inmediatas consecuencias respecto de padres y polic¨ªas, sin que el pensamiento del espectador se retuerza hasta alcanzar la dram¨¢tica muerte del ni?o Gabriel Cruz. Algo que no tiene por qu¨¦ ser negativo, ni en lo cinematogr¨¢fico ni en lo social ni en lo moral, pues la pel¨ªcula incluso puede hacer m¨¢s comprensibles ciertas emociones y comportamientos relacionados con algo tan terrible como la desaparici¨®n de un hijo.

De hecho, cuando las concomitancias entre la pel¨ªcula y nuestro hecho luctuoso son m¨¢s sorprendentes en sus circunstancias ¡ªpadres divorciados pero que mantienen una buena relaci¨®n; reticencias del ni?o con la nueva pareja de la madre; comportamiento harto sospechoso de este durante las horas y d¨ªas siguientes a lo que puede ser un secuestro, una huida o un asesinato¡ª, es justo cuando Perdido mantiene toda su fuerza y su inter¨¦s intacto. Ah¨ª donde el drama exterior se une a cuestiones en principio ajenas al caso, pero con evidentes rozaduras emocionales: los celos, la culpa, el remordimiento, la misericordia, la impotencia.

Con cierto estilo visual, mantenimiento del punto de vista en la figura del padre, aunque con el apoyo de un pu?ado de v¨ªdeos dom¨¦sticos, y un dise?o sonoro y musical de corte minimalista, Christian Carion, su director y guionista, conmueve, cautiva y se compromete. Sin embargo, cuando la pel¨ªcula desemboca, m¨¢s que en el drama, en el thriller de investigaci¨®n y supervivencia, la pel¨ªcula se torna m¨¢s convencional. M¨¢s cerca de un suced¨¢neo de la soberbia Prisioneros (Denis Villeneuve, 2013) que del apasionado encontronazo con el resquemor que estaba siendo hasta entonces.